Capítulo 5 | Videojuegos.

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La sensación que se instaló en la boca de tu estómago no permitía probar un solo bocado de la comida frente a ti. Y es que mientras más lo pensabas, más irreal te parecía.

¿Por qué... Estaban todos sentados en la misma mesa?

Observaste con incredulidad como Lev y Remi parecían llevarse extrañamente bien, pues ella no lo insultaba como era habitual con otras personas que no fueran tú o Yamazaki. Así mismo, Yaku, Taketora y Kazuki conversaban con bastante euforia sobre algún cómic del que nunca habías escuchado antes.

En serio, ¿Qué demonios ocurría?
¿Por qué estaban todos juntos? ¿Y por qué parecían llevarse tan bien? ¿Eras la única que se sentía extraña en ese momento?

—Oye, pequeña flor.* —parpadeaste, como saliendo de un trance, y enfocaste tu atención en Kuroo que se sentaba a tu derecha. Tu superior se inclinó hacia ti, como si fuera a contarte un secreto, y su sonrisa se amplió con entusiasmo— ¿Sabías que el ADN, el portador de la información genética en los seres vivos, es una molécula que se compone de nucleótidos?

Hiciste una pausa y parpadeaste con mayor incredulidad. Tu cerebro pareció mezclar la situación con las palabras que salieron de la boca de tu superior y, por un instante, nada tuvo sentido para ti, lo que te llevó fruncir el ceño con lentitud.

—Cada nucleótido está formado por un grupo fosfato, un desoxirribosa y una base nitrogenada. Y las bases nitrogenadas son las que determinan toda la información genética que heredamos. La biología es increíble, ¿No crees? —él asintió a su propia pregunta, sus ojos casi parecían brillar de la emoción mientras te hablaba— Escuché de Taketora que eres la primera del curso, incluso en biología. También eres algo increíble, aunque nunca me superarás, por supuesto.

No pudiste evitar soltar una pequeña carcajada por las palabras de Kuroo. ¿Por qué hablaba sobre biología en horario de descanso? Daba la sensación de que se moría por hablar sobre ese tipo de cosas con alguien, pero seguramente sus compañeros no tenían la suficiente paciencia (o ganas) como para escucharlo decir tantas palabras complicadas.

Ibas a responder que, efectivamente, lo sabías e ibas a añadir un comentario al respecto, pero un repentino toque en tu mejilla te interrumpió. Giraste la cabeza y al hacerlo viste una pequeña porción de arroz aproximándose a ti, provocando que levantaras una ceja.

—No has comido nada. —dijo Kenma, empujando los palillos más cerca de tus labios.

Por costumbre, abriste la boca y engulliste el arroz. Él estaba en lo cierto, no habías hecho más que beber uno o dos trago de un jugo desde que se habían sentado todos en la misma mesa.

Todo empezó cuando, mientras tú y tus dos amigos buscaban un lugar en el cual sentarse a comer, Lev les llamó la atención y alegó que Kenma y tú debían sentarse juntos como la pareja que eran; incluso hizo que Kuroo se hiciera a un lado para hacerte espacio junto al pequeño flan.

—¿No le parece extraño todo esto? —le preguntaste en un susurro a tu "pareja".

Mientras esperabas su respuesta, agarraste tus propios palillos para engullir tu comida.

—Me esperaba algo así. —Kenma contestó, llevando a sus labios los palillos con los que antes te había instado a comer.

Abriste tus labios en una "O", mirándolo con admiración. Él era muy inteligente, y eso era algo que admiraste desde el momento en que empezaron a compartir el aula de clase como compañeros.

Después de todo, si alguien podía desafiarte académicamente en el aula de clase era él.

—... Eres impresionante, Kozume.

El aludido bajó la cabeza y movió sus dedos sobre la mesa con inquietud, como si estuviera manejando una consola. Se negó a observarte, mientras sus orejas se volvían a colorear de aquel suave rojo que delataba su vergüenza.

Él no era increíble, solo era más observador que los demás. De hecho, el que pudieras elogiarlo así, sin si quiera pestañear, lo hacía pensar que tú eras la impresionante.

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—Esto empieza a volverse ridículo. —murmuraste, observando a tu acompañante— Siento ponerlo en estas situaciones, Kozume.

—No te preocupes.

El aludido ni siquiera te observó, pues estaba bastante concentrado en el videojuego de su teléfono. Te acercaste a él y, gracias a la diferencia de alturas, lograste mirar la pantalla del móvil por sobre su hombro.

Era un juego en el que el jugador debía derrotar una criatura parecida a un slime con dos puntos como ojos y una línea curvada como boca, era grande y amarillo. No estabas segura de si podía llamársele smile o baba, pero el diseño te pareció adorable.

—... Qué bonito.

Kenma frunció el ceño y levantó la mirada hacia ti, confundido. Al verte observar la pantalla de su teléfono, pronto ató cabos y regresó al juego entre sus manos.

—El slime quiere controlar a todos o destruirá la tierra.

—Vaya... —volviste a mirar el videojuego por sobre su hombro, acercándote un poco más, completamente escéptica por sus previas palabras— Pensar que algo así quiere destruirnos.

Kozume aplanó los labios ante tu comentario y se centró en derrotar al slime de una vez por todas. Viste como el personaje de Kenma dio una voltereta hacia atrás y aterrizó sobre un escalón, esquivando exitosamente el ataque mucoso del slime; después, los dedos de chico hicieron algún tipo de combinación y un rayo de luz verde salió disparado de las manos del personaje dirigiéndose directamente al slime.

Al minuto siguiente, un enorme cartel de felicitación apareció se pronto en la pantalla, con letras enormes que decían algo como: «¡You win!».

—Kuroo-san tenía razón, usted es muy bueno en los videojuegos. —volviste a tomar distancia de él, sintiendo una extraña satisfacción por su victoria a pesar de que no era tuya.

—No es la gran cosa. Los movimientos de los personajes son predecibles, cualquiera puede hacerlo.

—¿Incluso yo? Nunca antes he jugado un videojuego. —te señalaste a ti misma y ladeaste la cabeza.

Fue en ese momento que Kenma levantó la mirada y te escudriñó, incrédulo.

—¿Nunca...?

—Nunca.

—¿De verdad? —él parpadeó, achicando los ojos con sospecha.

—Sip. —asentiste con la cabeza, dubitativa— Mi madre es... Bueno, no le gusta que mi atención se desvíe a otras cosas como juegos o salidas, la mayoría de mis recuerdos de infancia son estudiando o pasando el tiempo leyendo un libro.

Kenma escuchó atentamente y asintió. Era una obviedad que no jugabas videojuegos a diario, pues no te veías como alguien que lo hiciera, ¿Pero en serio una persona como tú nunca hubiese jugado un solo videojuego en lo que llevaba de vida?

Antes de procesarlo por completo, Kenma sujetó tu muñeca y empezó a caminar de nuevo; jaló de ti con apuro, obligándote a acelerar el paso.

—¿Tienes tiempo ahora mismo?

—Creo que tengo poco más de una hora. —respondiste, siguiéndolo con curiosidad— ¿A dónde vamos?

—Al arcade.

—... ¿Qué?

—Iremos a jugar videojuegos.

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Pd: El apellido de _______, "Hanae", está compuesto por dos kanji: "花" y "根". El primer kanji, "花" (hana), significa "flor", y el segundo kanji, "根" (ne), significa "raíz"; juntos tienen un significado similar a "raíz de flor". Kuroo realiza un juego de palabras con su apellido al llamarla "pequeña flor" :D

Blossom... | Kenma Kozume × Lectora.जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें