Capítulo 4 | Rumores

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Podías sentir su mirada quemar tu nuca y, a pesar de que no te decía nada al respecto, no era muy agradable sentir que te observaba tan fijamente; así que, en un intento de parar esa agonía, detuviste tus pasos y tragaste saliva para darte valor antes de girar la cabeza y mirarla.

—¿Qué es? ¿Por qué has estado mirándome como si fuera una extraña?

—Estaba pensando... —respondió Remi, frotando su barbilla con su mano— ¿Te hiciste novia de Kenma en un mes?

—... Sí. —asentiste torpemente, acariciando tu cuello— Hablábamos... Eh.. Todos los días durante la limpieza del aula y... Solo sucedió.

—Qué conveniente. —Remi dio pasos alargados hacia ti y escudriñó tus ojos— De verdad, es muy conveniente.

—¿No crees que estamos saliendo? —retrocediste al verla acercarse.

—No dije eso. —Ambas dieron un par de pasos más, hasta que tu amiga te encerró entre la cerca de alambres que rodeaba la preparatoria y su cuerpo— Pero no lo sé, creo hay algo extraño en todo esto.

Una gota de sudor recorrió tu mejilla y sonreíste con nervios. Sí, esa era tu amiga, su intuición era demasiado aguda incluso en situaciones como esta.

Buscaste algo alrededor que pudiera serte de ayuda para librarte de lo que ocurría y las posibles preguntas que ella tenía planeado hacerte; pero no había nada, además de estudiantes que las veían con curiosidad al pasar por su lado.

—¡_______!

Entonces, de repente, escuchaste la voz de tu Mesías-... Ah, era Kazuki.

—Quiero hablar contigo. —dijo el chico tan pronto como estuvo cerca de ustedes.

Tú y Remi compartieron una mirada fugaz llena de confusión y curiosidad. Le preguntaste qué sucedía y ella respondió que no tenía idea, como si hablaran telepáticamente. Tras unos instantes, tu amiga te liberó de la cerca y asintió, mirándote fijamente.

—Ve con él, te esperaré en la estación. —respondió y luego hizo el ademán de "te estoy observando" apuntando sus dedos índice y medio de ella a ti.

Tras una breve despedida entre ella y Kazuki, ambos la vieron alejarse a pasos relajados. Cuando la perdieron de vista, te alejaste de la cerca para mirar a quien solicitó tu atención, acomodando correctamente tu uniforme.

—¿De qué quieres hablar? —le preguntaste, ocultando tus manos tras tu espalda.

—Escucha, sé que ya tienes a Kenmay está bien. —Kazuki fue directo al punto, y el rumbo de la conversación no te agradó— ... ¿Pero podrías dejar que me quede?

—¿Eh?

—Lamento si mis sentimientos te hicieron sentir tan presionada hasta el punto en que pensaste que tenías que alejarte de mí; pero yo... —Yamazaki estiró su mano para sujetar la tuya, levantándola frente a él— No quiero alejarme de ti.

Lo miraste fijamente a los ojos y tu preocupación principal volvió a tu cabeza: Kazuki. Es cierto, no habías hablado con él luego de pedirle que tomara distancia de ti, y hasta ese momento no habías pensando en cómo podía sentirse él al respecto.

Tú... ¿Siempre fuiste tan desconsiderada con los sentimientos de las personas que te rodeaban?

—No te disculpes, Kazuki, la culpa es mía. —miraste sus manos unidas y, debido a la frustración que te azotó, aplanaste los labios— Discúlpame por alejarte así, sé que hice mal pero...

¿Pero? ¿Qué "pero" debías decirle?
No tenías ningún “pero”, hasta ese momento, solo estuviste huyendo de las consecuencias de tus actos precipitados.

Blossom... | Kenma Kozume × Lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora