Blossom... | Kenma Kozume × Lectora.

Capítulo 2 | First meet.

Golpeaste tu frente contra tu libreta y balbuceaste que eras una idiota.

¿Por qué razón habías recordado su nombre en ese momento? Bien podías haber dicho que no te gustaba nadie y allá ellas si te creían o no; ¡¿Pero decir que te gustaba Kenma?!

Normalmente pensabas un poco más las cosas y luego hablabas, ¿Entonces por qué pasó eso? ¿Por qué en ese momento dijiste el primer nombre en tu cabeza?

Y más importante, ¿Por qué el primer nombre en tu cabeza fue el suyo?

Soltaste un hondo suspiro y volviste a golpear suavemente tu frente contra la libreta. Habías hablado con Kozume solo una vez, tenías un recuerdo borroso de la primera vez que se dirigieron la palabra, pero no fue nada excepcional.

◍◍◍

—Disculpa.. ¿Eres Kenma Kozume? —el chico levantó la mirada hacia ti, sus ojos ámbar te enfocaron por pocos segundos, puesto que rápidamente volvió a ver su teléfono.

—Soy yo.

—Ahh... ¡Finalmente te encuentro! —sonreíste con entusiasmo, acercándote un poco más.

Buscaste en tu mochila por algo y cuando lo hallaste, se lo enseñaste. Era su libreta de ciencias, ¿Por qué la tenías tú?

—La encontré tirada en el pasillo, no vi tu nombre escrito así que le pregunté a las personas y maestros, por eso tardé en devolverla. —le extendiste la libreta— Aquí tienes.

—Gracias, disculpa las molestias. —Kenma agarró la libreta y, tras ojearte brevemente, volvió a sus asuntos.

Hiciste una reverencia antes de alejarte y salir del salón, puesto que en el primer año de preparatoria no estaban en la misma aula de clase. Después de eso, Remi te regañó por pasar el almuerzo buscando a un desconocido en lugar de dejar la libreta en las manos de un maestro o con la presidenta del consejo estudiantil.

◍◍◍

No recordabas ninguna otra interacción demasiado importante después de eso, además de pequeños saludos casuales (que él no te devolvía) cuando Remi y tú iban a ver el entrenamiento del club de voleibol a petición de Kazuki.

—¿Sucedió algo? —saliste de tu burbuja de pensamientos y miraste de soslayo a Kazuki, quien te sonrió.

Él te extendió una paleta de dulce y tú la observaste en silencio, pero tras un rato, la aceptaste. Te quedaste mirando la golosina en tu mano y no pudiste evitar recordar las palabras de Remi.

«No sé si a _______ le gusta Kazuki, pero a mí sí»

Achicaste tus ojos y apretaste la paleta en tu mano, posteriormente volviste la mirada a Kazuki y soltaste el aire lentamente.

—Kazuki... —murmuraste, llamando su atención— Este tipo de cosas... Será mejor que ya no lo hagas.

—¿Eh?

—Y también.. Creo que deberíamos distanciarnos un poco.

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—Quiero hablar contigo. —la voz de Remi te exaltó. Ella agarró tu mano y te levantó del escritorio— Ahora.

—¿Eh?

A pesar de tu confusión, la seguiste cual perrito obediente. Era extraño verla tan seria, es decir, Remi tenía un carácter fuerte y era bastante mal-hablada, y por ello las personas alrededor solían tacharla como una persona grosera y hostil. Pero no era así, podías dar miles de razones por las que refutabas ese pensamiento.

Remi realmente se preocupaba por las personas que consideraba lo suficientemente cercanas a ella como para atesorarlas; es por eso que te alarmó el tono tosco en su voz cuando solicitó hablar contigo a solas.

—... ¿Remi? ¿A dónde vamos?

—A un lugar en que nadie nos escuche. —masculló, finalmente deteniéndose al final de un pasillo que en los extremos contaba con escaleras de subida y bajada— Muy bien, confiesa.

—¿C-confesar? ¿Qué cosa?

Tu amiga soltó un suspiro hondo y golpeó la pared a tu lado, atrapándote entre ella y la pared.

—Kazuki. —te tensaste al escucharla decir ese nombre— No han hablado en toda la tarde, ni siquiera se miran. ¿Qué hiciste?

—No he... —carraspeaste, desviando la mirada al suelo— No he hecho nada.

—Eres muy mala mintiendo. —Remi acarició su entrecejo levemente fruncido y dio otro paso cerca de ti, haciéndote retroceder hasta pegar tu espalda contra la pared— Entonces, ¿Qué es eso de que te gusta Kenma? ¿Tratas de hacer una broma? Porque no es gracioso.

—No es una broma, Remi, a mí... —jugaste con tus dedos, moviéndolos entre sí; en un intento inútil de tranquilizarte— En serio me gusta Kozume.

—No te creo, _______. —Remi se inclinó hacia ti, escudriñándote con los ojos— Está bien si te gusta Kazuki, en realidad no me importa.

—Pero a mí no-...

—_______. —Remi apoyó sus manos sobre tus hombros, el tono de su voz fue más grave y gélido que normalmente— Escucha, no dije eso para que renunciaras, lo dije porque esa estúpida estaba siendo injusta.

—Pero no mentías... —susurraste, ahora mirándola fijamente a los ojos— A ti... Te gusta Kazuki.

—Eso no importa. —Remi achicó los ojos y suspiró— Prefiero verlo contigo que con alguna idiota de esta preparatoria, así que deja esa farsa..

Remi soltó tus hombros y, tras soltar una honda exhalación, empezó a alejarse de ti a pasos pequeños. Te quedaste quieta, mirándola alejarse poco a poco, y apretaste tus puños con frustración.

Habías sido injusta con tu única y mejor amiga por mucho tiempo.

Pero ya no más, y si para verla feliz debías mentirle.. Eso harías.

Soltaste un pequeño suspiro y cuando tu frustración pasó a segundo plano, volviste a sonreír.

—¡No miento, Remi! —exclamaste, empezando a correr por el pasillo para alcanzarla.

—Sí, sí.

Esa fue la segunda vez que Kenma te escuchó decir que te gustaba, como si el universo le estuviera dando respuesta a su pregunta anterior.

◍◍◍

—Hanae-san. —la voz de tu acompañante acabó con el silencio y te instó a levantar la mirada del asiento que limpiabas.

Él levantó la vista del pañuelo y te observó. Sus ojos gatunos te enfocaron y diste un pequeño respingo, acalarando tu garganta levemente en un intento inútil de esconder tus nervios.

—¿S-si?

—Yo... —él balbuceó, desviando sus ojos hacia la ventana a su lado. El viento se escabulló por una pequeña abertura de la ventana y sacudió el cabello de ambos— Creí que te gustaba.

—¿Eh?

¿Por qué Kenma... Estaba diciéndote algo así?