Capítulo 15

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Aramis Wang

Palacio de Aylord

Solo han pasado doce días desde que llegó a mi vida y le ha dado la vuelta a todo mi mundo. Lo más gracioso de esto es que sin hacer nada lo ha conseguido. Nunca pensé que en tan poco tiempo podía abrir mi corazón a alguien.

Hoy es la celebración en casa de Madame Elisa. Nunca me ha gustado asistir, pero esta vez es diferente. Nadie intentará emparejarme con alguna chica de buenos antecedentes porque voy con mi niña de ojos verdes y cabellos dorados. Debo hacer todo lo posible para verme bien, quiero darle una buena impresión ¿Cuándo me he vuelto de esta manera? No puedo evitar sonreír en el espejo, claro, solo cuando nadie me ve. Debo parecer distante, no podemos enamorarnos mientras traman a nuestras espaldas un ataque. ¿Cuánto tiempo podré mantenerme a raya y lejos de ella? Tengo muchas preguntas y a veces no quiero saber las respuestas. Te prometo que cuando todo esto se acabe confesaré mis sentimientos.

Al final escogí bien el traje. Estoy esperándola en el salón, me pregunto si mis ojos podrán ocultar la admiración de su belleza cuando baje esas escaleras. Está demorando un poco, no me gusta llegar tarde a los lugares, pero mi prometida necesita tiempo. No puedo apurarla.

No sé por qué he estado pensando últimamente en el hermano menor de mi abuelo ¿Tendrá algo que ver con todo esto? Él escapó después de que descubrieran que fue quien ordenó el atentado contra mis padres y en el que al final terminaron muriendo los padres de Aramis. Fue hace veinticinco años ya, tenía seis años y mi primo cinco. Todos estábamos invitados a una cena benéfica y luego sería la fiesta, mis tíos querían irse antes debido a que mi primo estaba resfriado y su fiebre estaba alta. A ellos no les gustaba dejarlo solo en casa y mi padre les dijo que tomaran el auto de él para que pudieran pasar sin ser detenidos por el tráfico, ya que el auto de la realeza tiene prioridad. Él no sabía que los frenos habían sido cortados para provocar un accidente. Eso solo hizo que cayera en una culpa por el resto de su vida y por lo que brindó todo el amor que pudo al hijo de ellos. Más nunca supimos de el causante de todo, pero últimamente siento como si estuviera cerca de nosotros.

El sonido del taconeo en las escaleras me despierta de vuelta a la realidad. Dirijo mi vista hasta el lugar de donde proviene y la veo. Se ve hermosa con ese vestido, le dije que se quedara con el primero que le sacara una sonrisa, pero creo que el efecto lo sufrí yo. ¡Diablos, mis ojos no pudieron ocultar mis sentimientos! Incluso el mayordomo Emilio se dio cuenta.

Trato de cambiar el ambiente pidiéndole de irnos cuanto antes. Necesitaba decirle lo bonita que se ve, pero no me atrevo hacerlo en voz alta. Camino primero hacia el garaje del palacio, cuando estoy en un punto donde no se puede ver mi rostro dejo escapar lo que tenía en mi mente desde hace tiempo.

―¡Te ves hermosa! ―lo dije tan bajo que no se si llegó a escucharme. Solo sé que me sentí feliz y liberado de cierta forma por haberlo dicho.

El chofer nos llevó hasta la casa de Madame Elisa, en el transcurso del viaje no dijimos ninguna palabra, pero las miradas lo decían todo. No estoy seguro si mis sentimientos son correspondidos o no, pero ella es la que quiero que me acompañe en esta aventura que llamamos vida.

Cuando llegamos a la entrada recibo el mensaje de Charles, que insistencia de su parte para que venga. Después de responder le brindo mi brazo a Lilah para entrar una vez que anunciaran nuestra presencia.

Todo iba bien, hasta que vi un momento de contacto visual entre el duque y mi prometida. Fue infantil, pero necesitaba detenerlo. Me coloqué frente a Lilah para evitar que ambos se miraran. Charles vino solo a interrumpir y alejarme de su lado. Él quería presentarme a alguien y efectivamente fue quien pensé que podía ser; Rebecca, mi amiga de la infancia y el primer amor del duque.

Vendida a mi YuanfenWhere stories live. Discover now