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En el rincón de la eternidad, donde los susurros del pasado se entrelazan con las sombras del presente, nos encontramos con un ser que ha danzado con las estrellas desde tiempos antiquísimos. Se supone que ha teñido su ser con los matices de cada época, absorbiendo la riqueza de experiencias que solo el fluir del tiempo puede otorgar.

No obstante, en este momento singular, una extraña agitación se posa sobre sus hombros inmortales. Un nerviosismo palpable, como si la quietud de la eternidad se viera interrumpida por un murmullo inesperado. ¿Por qué, en la vastedad de sus días y noches interminables, este ser se encuentra ahora imbuido de una emoción tan humana como la ansiedad? Un misterio que añade una capa fascinante a la trama de su existencia sin fin.

Nirvana: (Oye, oye, cálmate... cálmate Nirvana, solo es un mal entendido)

- Tantas experiencias y ahora le ganaban los nervios.

Ignatius: Serafall es un chica un poco particular, siempre es alegre, y necesita que le den mucho cariño, pero también es una chica muy dura, ha visto muchas cosas horribles como la guerra. Es por eso que te lo pido como un padre que ama con todo su corazón a su hija, cuídala...

- No había expresión existente para poder representar todo lo que estaba sucediendo en la cabeza de Nirvana, una ola de emociones sin control. Era la primera vez en su vida que le sucedía algo así, no podía pensar con claridad

Nirvana: Señor Ignatius, yo...

- No pudo continuar porque sería interrumpido por el patriarca Sitri que seguía en su propio mundo.

Ignatius: Nosotros los Sitri somos una de las familias más importantes del inframundo, fuimos el centro de curación en la guerra, sin nosotros muchos hubieran muerto, así que ve tomando conciencia de lo que significa estar con alguien del clan Sitri...

Nirvana: Señor...

Ignatius: Tienes que traer a Serafall al menos 3 veces al mes, no, 4 veces al mes, también tienes que controlar que haga sus deberes como reina Leviatan...

Nirvana: Disculpe...

Ignatius: Tendrás que preparar sus comidas preferidas y recuerda que le gustan los baños de espuma...

Nirvana: (¿Y si lo asesino?)

- Y así Nirvana se vio atrapado en una trampa mortal del cual no podría escapar hasta que ya no tenga más palabras por escuchar.
Mientras tanto en la sala principal seguían charlando Serafall junto a su madre, sin dudas una charla bastante... compleja.

Serafall: ¿Entonces debería dormirlo y hacer que firme los papeles de matrimonio?

Isadora: Esa es una de las opciones, incluso la pondría como la última opción si no funciona lo demas.

Serafall: El plan es llevarlo a una cita y decirle mis sentimientos, si no funciona es insistir hasta que se enamore, y si tampoco funciona hay que recurrir al último plan.

Isadora: Exacto.

- Serafall anotaria en sus pensamientos los planes que tenía para lograr su objetivo de casarse con Nirvana.
El día en el hogar Sitri transcurrió lentamente, repleto de momentos inolvidables que se entrelazaron en la trama de la vida de Nirvana y Serafall. Desde las risas compartidas en el salón principal hasta las conversaciones más íntimas en el jardín, cada instante dejó una huella en el corazón de ambos.

Serafall irradiaba felicidad a cada paso, como si el hogar familiar hubiera reavivado chispas de alegría en su ser. Mientras compartía recuerdos y anécdotas con Nirvana, sus ojos brillaban con gratitud y afecto. Cada rincón de la casa resplandecía con la calidez de la historia familiar y el amor que había perdurado a lo largo de los años.

Mi razón de existir Where stories live. Discover now