No hay culpable
por la miseria que siento.
No hay un tercero
que se lleve el dolor
de todos estos años.
(De noches sin dormir).
No hay a quien culpar
por los sentimientos
que cargamos.
Elegimos llevarlos
por no saber como dejarlos.
La ira, como un fuego descontrolado,
calienta el corazón,
quemando la esperanza de encontrar amor.
(No saber amar).
Refugiado en la soledad,
me protegí.
Pero nunca encontré la forma de sanar.
Oculté todo, sin saber cómo transformar.
y ahora me siento destruido desde adentro.