Capítulo 29

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Ayudé a Jisoo a cargar a Co hasta la bañera, una vez ahí encendí el grifo para poder quitarle algo del barro y la sangre de encima.

El rubio se comprometió a lavarlo mientras yo encendía el ordenador "No podemos entretenernos más" me dijo, como si la culpa de no haber abierto el ordenador todavía fuera mía.

Me senté en el despacho y saqué el ordenador de su funda. Entrar en la cuenta de mi padre fue fácil, siempre pone la misma contraseña "1234564321". Lo difícil es entrar en la web del trabajo, la contraseña de esta, como es obvio, no la elige él. Una vez me contó que hasta el director habló con él para preguntarle por qué sus contraseñas son tan predecibles...


—¡Jisoo!— Arrastré la silla hasta el pasillo.

—¡Dime!— me respondió desde el baño.

—¡Si tú fueras mi padre, ¿Dónde guardarías las contraseñas del trabajo?!

—¡No sé. ¿Dónde las guardarlas tú?!

—¿Dónde las guardaría yo? —Probablemente en un documento...

—¡¿Qué?!

—¡Nada! —Volví a arrastrar la silla hasta la mesa.

—¡No arrastres la silla!

—¡Es mi casa!


He de admitir que me sentí muy decepcionada de mi padre cuando encontré una carpeta en el escritorio llamada "contraseñas". Aunque al menos se dignó a ponerle contraseña a dicha carpeta "12345643210"

No sé por qué me sorprende, yo tengo una carpeta igual en mi ordenador, y además con la misma contraseña... tendré que cambiar la clave.


—¡Estoy dentro! —Escuché el grito de felicidad de Jisoo.

—¡Ayúdame con Co y lo leemos!

—¿No crees que deberíamos arreglar la ventana primero también? —pregunté cuando me asomé al baño.


El chico pareció meditarlo un rato mientras secaba el cuerpo inconsciente del muchacho.


—Podríamos hacer ambas cosas a la vez. O sea, uno limpia mientras el otro lee y nos vamos turnando.

—Me parece buena idea —Volví al despacho para recoger el portátil.

—¡Pero primero ayúdame a tirarlo en tu cama!

—¡Perdón! ¡Voy!


Cogí el cuerpo de Co por el torso y Jisoo lo cogió de las piernas. En verdad podía con él yo sola, pero el rubio decía que si lo hacía sin ayuda era muy probable que lo chocara con alguna pared, como si eso fuese a matarlo.

Tras soltarlo en la cama Jisoo se quedó analizando mi precioso nuevo agujero en la pared mientras yo abría el portátil y entraba en la web.


—¿No crees que la mejor solución sería pegar una bolsa de basura al boquete? me refiero, el boquete en sí es algo más grande que la ventana que había en el boquete de la ventana —El rubio se llevó las manos a la cintura como si acabase de decir algo muy profundo —. ¿Me explico?

—No.

—A ver... tu habitación tenía una ventana.

—Ajam... —respondí mientras buscaba el perfil de mi padre.

Co (Más que un escorpión)Where stories live. Discover now