Capítulo 27

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—¡Ya he llegado Co!— el mutante me esperaba sentado enfrente de la puerta con una sonrisa de "Puede que te haya roto algún mueble" —¡Tengo noticias! Pero primero tengo que hacer una llamada— busqué el móvil en mi bolsillo y marqué el número de Jisoo, tras varios toques descolgó —¡Hola Jisoo!

—[Hola]— respondió

—¿Qué haces?

—[Estudio]

—Vale. ¿Ya has comido?

—[Hace rato, ¿Por?]

—Por saber. ¿Vas a venir esta tarde?

—[Supongo que sí]

—Entonces espero a que llegues para abrir el ordenador

—[¿Qué ordenado-? ¿Te lo ha dado?]— se interrumpió

—Sí— asentí energéticamente aunque el rubio no pudiera verlo

—[¿Cómo?]

—Te lo digo cuando llegues, además, Co te echa de menos. ¿A qué sí Co?— pasé el móvil al mutante

—Co?

—Es Jisoo, dile algo— olió el móvil y se retiró con cara de asco —Pues nada. Te espero, pero si en media hora no estás lo enciendo sin ti

—[Estoy recogiendo tardaré un rat-]

—¡Vale adiós!— interrumpí

—[Adiós...]— y colgó


Estaba muy emocionada, en tan solo media hora todas las preguntas sobre Co tendrán respuesta. Y entonces... ¿Qué haré? Es obvio que Co no podrá vivir en la ciudad como una persona normal, pero, ¿Se quedará encerrado aquí para siempre? ¿Qué clase de vida sería esa?


—AAAAAAAAH!— el grito del mutante frenó el tren de pensamientos que comenzaba a descarrilarse

—¿Co?— avancé por el pasillo buscando al mutante —¿Qué pasa? ¿Por qué gritas?— solo se escuchaba el sonido de unos pies descalzos corriendo hacia algún lado, y silencio


Hasta que el repentino ruido de un vidrio roto complementado con una cacofonía de bufidos y gritos instaló una sensación de ansiedad en mi pecho que me hizo correr abriendo las puertas de las habitaciones con golpes bruscos hasta encontrar al mutante.

Cuando encontré la habitación, ahora con un agujero en la pared, Co estaba gritando al exterior y saliendo por lo que antes era la ventana al claro que rodeaba la casa. Persiguiendo algo.

No tuve más remedio que salir por el mismo agujero que el pelinegro y perseguirlo hasta el claro.


—IIIIIIHHH!!!

—AAAAAAAAH!

—¡Tú deberías estar muerto!


La figura humanoide, alta y huesuda que estaba parada enfrente de Co me miró fijamente, era el mismo que atacó a dieciséis. Y, por primera vez, pude verlo perfectamente bajo la luz del crepúsculo.

Su cara estaba deformada con una cicatriz en forma de arañazo que dejaba ver todas sus muelas afiladas, además, al no tener pelo se podía ver la cicatriz de lo que parecía un disparo en su frente. Su único ojo visible, pues el otro lo deformada la cicatriz, carecía de esclerótica y era de color amarillento, que contrastaba con su piel oscura, si es que se le puede llamar piel.

Co (Más que un escorpión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora