Amor Vincint Omnia - Dramione [Traducción]

20. Paper rings

Navidad, 5º año .

Hermione caminaba de un lado a otro, creando huellas en la nieve a lo largo del terreno al lado de la plaza principal donde había pasado los últimos veinte minutos, tratando de no dejar que su ansiedad la hundiera por completo.

Sus padres la habían abrazado esa mañana cuando se dirigían a las pistas de esquí, haciéndole prometer que estaría a salvo hasta que regresaran por la noche para reunirse con ella para cenar. Ella y Draco. Si llegó.

El plan había sido más complejo de lo que le hubiera gustado.

Narcissa le diría a Lucius que quería visitar a sus familiares en Francia durante las vacaciones. Ella y Draco tomarían un traslador a Lyon, donde Narcissa se quedaría mientras Draco tomaba el tren muggle a Chamonix.

Si todo hubiera ido bien, Draco debería estar caminando hacia la calle principal en cualquier momento, ya que su tren había llegado hacía veinte minutos.

Pero Hermione no estaba segura.

¿Y si algo hubiera salido mal?

¿Y si Lucius hubiera insistido en ir con ellos?

¿Y si Draco hubiera perdido su parada en el tren?

Las posibilidades giraron a su alrededor mientras Hermione continuaba caminando, sus mejillas y nariz enrojeciendo por el frío mientras metía sus manos enguantadas dentro de su chaquetón. Quería verse bien para Draco, pasó más de una hora con varios productos mágicos de peinado para domar su cabello y eligió el mejor atuendo que podía usar que la mantuviera lo suficientemente abrigada como para no correr riesgo de congelación.

Pero si no llegaba, todo sería en vano.

Toda la planificación, toda la anticipación, Hermione estaba aterrorizada de que todo se derrumbara.

Hizo lo que debió ser su paso número cien a lo largo de su ruta establecida, inclinándose hacia adelante para mirar la carretera, buscando a su novio entre la multitud.

Justo cuando estaba a punto de darse la vuelta nuevamente, lo vio. Un mechón de cabello platino sobre una figura envuelta en una fina bufanda de cachemira y un precioso abrigo de lana, caminando por la calle, con los ojos recorriendo las aceras.

Una sonrisa eufórica cruzó por el rostro de Hermione mientras salía de su lugar de espera, captando la atención de Draco desde quince metros de distancia.

La sonrisa en su rostro coincidía con la de ella cuando hizo una pausa, absorbiéndola.

Antes de que pudiera pensar, Hermione estaba corriendo. Estaban en un área completamente muggle en una ciudad completamente muggle en un país completamente diferente, lo que significaba que no había riesgo de que alguien los viera juntos si no debería hacerlo. Lo que significaba que Hermione podría arrojarse a los brazos de Draco en medio de la calle sin ninguna consecuencia.

Entonces eso es lo que ella hizo.

Ella corrió hacia él, observando cómo su sonrisa crecía y sus brazos se abrían para ella antes de volar hacia él, capturándolo por los hombros mientras sus brazos rodeaban su cintura. Sus pies dejaron el suelo mientras Draco la hacía girar, ambos riéndose de la alegría, la libertad de no tener que esconderse.