15. Crisis y prioridades.

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Noviembre 18, 2016

— ¿Qué va a hacer qué? — pregunté. El timbre de la llamada me acaba de despertar, y ahora me sentía confundido.

Alejo se va, weón. No tengo ni idea del porqué. Alistese. Iré por Simón y después por usted.

Isaza no dice más. Termina la llamada y me quedo al menos dos minutos inmóvil, viendo por la ventana y tratando de pensar en lo que escuché.

La idea de que uno de nosotros deje la banda es irreal. Y para ser sincero, suena muy tonta. Sobretodo por el hecho de que todo va increíble, tenemos música muy buena por grabar, y ... Y porqué simple y sencillamente, Morat no es Morat sin el baterista. Sin Alejo.

Me levanto tratando de desviar mi mente porque juro que estoy a dos segundos de un ataque de ansiedad.
Saco la ropa del armario y entro a bañarme más rápido que el mismo flash.

La preocupación me ha dado hambre.

Escucho mi celular sonar un par de veces, pero estoy en la ducha todavía.
Seguro es Isaza.

Continuo con lo mío y salgo ahora enojado porque no encuentro mis zapatos.

Lo que me faltaba.

La emoción que siento al encontrarlos, es superior.
Isaza no ha escrito todavía, y eso es porque seguro viene manejando como abuelo y probablemente ni siquiera ha llegado a casa de Simón.

Mi teléfono suena una vez más.

Luly

Por favor, Luly, ahora no.

No respondo, y no porque no quiera, sino porque mi teléfono suena nuevamente y ahora es Juan Pablo Isaza avisando que está afuera.

Mis papás están de viaje con la familia, y mi hermana se quedó en casa de una amiga, así que prácticamente no hay nadie a quien avisarle que me iré.

— ¿Vas a salir? — mientras cierro la puerta, la voz de mi persona favorita, habla detrás de mi.

— Luly — saludo — ehm, sí. Isaza y Simón están abajo.

Todo esto lo he dicho sin mirarla. Pero, en cuanto volteo, me encuentro con una mirada triste y agobiada que me sacude la existencia.

No sé la razón, pero la puedo adivinar.

— ¿Qué le pasa? — la miro.

— Nada — se ríe. Muy falsamente, la verdad.

— Lucía, no sabes mentir... Al menos, no a mi, ¿Qué te pasa?

Cuando va a decirme algo, mi celular suena.
Es Isaza.

— No es nada importante, no te preocupes.

Mis pensamientos se dividen, se ahogan, luchan entre ellos, pero el corazón y el cariño que le tengo a la mujer que tengo enfrente es superior y sé que no puedo dejarla aquí. Toda triste.

— Luly, mi banda está en crisis. Lo que sería exageradamente importante si no fuera porque usted se atravesó en mi camino con esa cara de que algo está mal. Así que, por favor corra por sus cosas porque viene con nosotros.

— No te preoc..

— No es una pregunta, corra por sus cosas. Isaza volverá a llamar y... Mierda, qué le dije? — sí. Una llamada de Isa vuelve a entrar a mi teléfono y la cuelgo descaradamente.

Lucía se da la vuelta y corre hacia su casa.
Sin duda, flash se apoderó de nosotros esta mañana.

En menos de dos minutos ya estamos los dos bajando a la entrada. Corremos juntos hacia el coche del desesperado y lo veo hacer una mueca en cuanto ve a Lucía abriendo la puerta trasera.

Escondida en canciones Where stories live. Discover now