Blighted: Una historia de The Owl House

Capítulo 3: Parte de Ello

Yo nunca creí en el amor. No sabía realmente lo que era. Pensé que era un orgullo que alguien siente por ti tras demostrar que eres útil.

Pasaron años hasta que supe de una cosa llamada "amor incondicional", y me confundió bastante. ¿Padres que aman a sus hijos desde que nacieron? ¿Abrazos, besos y carantoñas sin ser una recompensa por nada? Mientras más crecía y mis desafíos aumentaban, menos lo entendía. Llegué a pensar que sólo los necios que no tienen nada por lo que luchar se tragarían esas pamplinas infantiles, la vida era un examen constante y siempre había algo en juego. Por mucho que me esforzaba mi familia no me quería, así que llegué a la conclusión de que tener un sitio donde vivir ya era bastante por lo que estar agradecida.

Pero eventualmente llegaron personas a mi vida que la llenaron de color y me demostraron poco a poco que amar a alguien por quien es y no por sus éxitos es uno de las sensaciones más agradables y puras que hay. Un huracán de amor me sacó del caparazón en el que me escondía y me hizo suya, y yo disfruté esa fruta prohibida. El amor permea ahora mi existencia, cada día derrite mi corazón y calienta mi alma, no soy capaz de expresar en palabras hasta qué punto soy afortunada por ello.

El amor era lo que se apoderó de mi mente aquella tarde, al caminar por las calles de la periferia de Huesoburgo, entre las tiendas que una vez constituyeron el Mercado Nocturno y que ahora operaban dentro de la legalidad. Aquella agradable tarde, la posterior a la inauguración de la biblioteca, la estaba pasando cogida de la mano grande y cálida de Luz.

Amanecí en su departamento del campus tras disfrutar de la divertida noche que me propuso. Me había hecho el desayuno porque siendo el último día del fin de semana no tenía clase, hizo un par de tareas de la universidad (siendo la primera semana posterior a los exámenes finales del cuatrimestre no era mucho), más tarde comimos y decidimos pasar el resto del día juntas por ahí.

-¿Cuenta esto como cita? -le había preguntado mientras nos preparábamos para salir.

-Jeje, supongo que sí. ¡Cuidado, Islas Hirvientes! ¡Las "Lumity" están sueltas de nuevo y harán mil nuevas cursilerías sin control! -exclamó con una voz tonta que me hizo imposible no reír.

Ahora caminábamos entre la gente mirando por los puestos mientras conversábamos despreocupadamente. Tuvimos que elevar un poco la voz, pues había mucho ruido de otras charlas a nuestro alrededor, vendedores gritando sus ofertas e intérpretes callejeros compartiendo su música con el mundo a cambio de unos caracoles. Llevábamos ropa más sencilla que el día anterior, Luz vestía su outfit favorito; pantalones mostaza holgados con unos cuantos parches, camiseta de rayas horizontales blancas y violetas, camisa morada oscura con sus detalles de serpiente y el colgante de luna creciente que le regalé meses atrás colgado del cuello, además de su pequeña riñonera verde en su cintura donde guardaba distintos instrumentos. Yo llevaba un overol vaquero oscuro y una camiseta rosa, con un bolso pequeño al hombro.

-¿Y dices que todos los miembros del reparto de la película volvieron para el anime? -pregunté.

-¡TODOS! Es un detallazo, la verdad, aunque sólo una ha trabajado como actriz de voz profesional, así que a ver cómo sale... ¿Sabes? Su personaje siempre me despertó un interés particular, ahora sé por qué. Me van las chicas un poco malas. Me recuerda a ti... -dijo Luz apoyándose en mí y mirándome con esos ojos.

Noté cómo me sonrojaba. Estúpida Luz y su carisma.

-B-bueno, ya te diré si estoy de acuerdo cuando llegue a esa parte del cómic, jeje. -respondí.

Ghost y Stringbean nos seguían a pata y también hablaban entre ellas, aunque seguir su conversación podía ser difícil ya que una bruja sólo entiende a su propio palismán. La compañera tricolor de Luz era errática en su rumbo, acercándose a puestos de uno y otro lado de la calle y alternando entre distintas formas de animales.