Un paso hacia el perdón y un Nuevo olímpico surge - Teoría Parte 7

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Pasaron algunos días en el que tanto madre e hijo convivían. Hefesto aun no sabía que sentir, pues no estaba en sus planes estos giros del destino, pero pondría a prueba a su madre y si la pasaba confiaría en ella.

Hera con preocupación le pregunta a su hijo: Mi bebe te veo muy pensativo, que te tiene tan preocupado.

Hefesto solo la observaba hasta que le responde: Te seré sincero, nunca espere esto, nunca se me cruzo por la cabeza que tu cambiarias, pero me es difícil olvidar todo lo vivido.

Hera solo agacho su mirada, pues se maldecía dejarse llevar solo por la apariencia y hacer que su hijo sufra una vida miserable.

Hefesto siguió hablando: pero te perdonare si me concedes 3 deseos.

Hera solo observó esperanzada, sin importar que, cumpliría con la petición de su hijo pues ella quería tener su perdón.

Hefesto alza 3 dedos: Primero, quiero que me concedas el derecho de casarme con Artemisa, Segundo permite que mi madre Tetis viva aquí conmigo y que ella este segura de los bastardos que intente profanarla, Tercero y último, si alguien me ataca a mi o a mis seres queridos y si son por motivos tontos tendré el derecho de matarlo o por lo menos masacrarlos.

Hera no tenía problema con ninguna de las peticiones, aunque no le gustaba que Tetis estuviera aquí, pero sabia que ella amaba a su hijo como propio. Por eso ella haría lo imposible para que su hijo la perdonara, incluso si eso signifique aceptar a Tetis como madre de su hijo.

Hera solo se acerco a su hijo y lo abrazo: tranquilo mi pequeño, tus peticiones son fáciles de cumplir. Espero que algún día me perdones de todos los males que te he hecho. Y, por último. Como mi heredero te ascenderé y reclamaras tu lugar como un olímpico.

Hefesto estaba muy contento y apretó con más cariño el abrazo que tenía con su madre.

Sin perder más tiempo. Hera convoco una reunión.

*Sala de reuniones

Todos los olímpicos estaban en la sala de reuniones. Antes de que alguien hablara, Hera levantó su mano, para que nadie hable.

Hera pone su vos mas seria: Escuchen todos, no me importa su opinión así que lo diré sin titubear. Hoy Hefesto será reconocido como un Olímpico.

Zeus y algunos iban a protestar, pero una mirada seria de ella, los hizo palidecer pues nunca la vieron tan seria en algo.

Hera con voz de mando: Me importa una mierda, sus protestas, él es hijo mío, por ende, es un príncipe por ser hijo de su reina. Y será mejor que cambies tu mirada de enojo Apolo y Hermes. Pues les recuerdo que ustedes son bastardos de Zeus. Así que Hefesto desde hoy será su superior, ya que fue un hijo concebido dentro del matrimonio y no como ustedes. Ese comentario molesto a muchos, Zeus quería defender a sus hijos, pero la mirada de Hera le hizo tener un nudo en la cargando así que mejor se quedo callado.

Tanto Apolo y Hermes, así como Ares estaban furioso, pues alguien que consideraban inferior, lo estaban promoviendo a su mismo estatus. Aunque Ares no aguanto y dio un golpe en la mesa.

Ares cabreado grita: Como ese error tuyo, puede ser un olímpico. ¡¡responde¡¡. Yo soy el puto príncipe y no el.

Hera no soportaría que le respondan así, en menos de un segundo sostendría a su hijo por el cabello, sosteniéndolo con fuerza y sacándole un gruñido de dolor.

Hera con su mano libre agarro la cara de su hijo para que la viera en su dirección, más precisamente sus ojos, que reflejaban enojo y decepción. Cosa que molesto a Ares.

Hera prosiguió a decir unas palabras que Harían sudar a Ares: Tu pequeña sabandija, te he tolerado por mucho tiempo, haz un comportamiento que me disguste y créeme que los castigo injustificado que se le hacia a Hefesto, te lo hare a ti pero multiplicado, lo suficientemente dolorosa para que le reces a Tanatos para que se lleve tu alma.

Hera soltó a su hijo y exclamo: Si están a favor alcen sus manos para reconocer a mi heredero Hefesto como Olímpico.

Todos alzaron sus manos, pues Hera les dio una mirada de advertencia a cualquiera que no apoyara su decisión.

En eso se abren las puertas, por una patada que dio Hefesto. Pero había un contraste de la vez anterior, pues ahora tenia una sonrisa de pura felicidad. El por fin se reconcilio con su madre Hera, también muy pronto vera a su madre Tetis y por ultimo hoy tendría una cena romántica con su amada Artemisa.

Aun con su sonrisa, inclina su cabeza para esquivar un puñetazo de Ares, Para luego levantar su rodilla y darle un fuerte golpe en el abdomen y desmayando a Ares del dolor. Fue tan rápido que todos se quedaron paralizado pues vencer a un dios así de fácil es imposible. Solo Hera y Artemisa estaban con una sonrisa de orgullo. Afrodita solo veía a su ex, aquel que en el pasado haría lo imposible solo para tener un poco de su atención, pero el que estaba enfrente suyo ni si quiera noto su presencia.

Hefesto antes de hacer algo, se acerco a una feliz Artemisa, aunque lo que ella no esperaba era que Hefesto se le acerque a su cuello para darle una ligera mordida, dejándole una marca y en un susurro Hefesto le dijo: -Eres mía y de nadie más- dejando a una ruborizada Artemisa que bajo un poco su mirada, pero se le veía una sonrisa.

Hefesto también fue hacia su madre, para darle un pequeño beso en su cabeza, para luego darle un abrazo. Con esta acción haría feliz a su madre. Pues ella crio a todos sus hijos con amor, pero nadie le hacia gesto tan lindo y es irónico que aquel que ella trato peor que insecto, fuera el más amoroso con ella.

Hefesto sin más preámbulo, invoco un martillo gigante y de un golpe en el suelo, modifico toda la sala, dándole un toque más increíble y ahora la mesa era más grande y había un asiento extra que era para Hefesto, Su asiento fuera el más increíble y bello, pero como un gesto el modifico el de su madre para que fuera el que destacara más.

Teoria Hefesto - EL Herrero y la cazadoraWhere stories live. Discover now