Mi matrimonio - Teoría Parte 3

1.9K 117 2
                                    


Hefesto se encontraba en un bosque alejado del olimpo.

Ya pasaron 495 años y realmente mi matrimonio fue horrible, yo lo intente, joder lo intente mas que nadie en hacer que mi matrimonio funcione, pero no importa lo que haga, por lo visto Afrodita me sigue odiando.

Hefesto solo pudo mirar el cielo estrellado y hablar: Joyas, vestidos y muchas mas cosas. Hechas con todo mi amor, Solo sirvieron para hacerla feliz por un momento. Para luego estrenarlas con sus amantes. Incluso no tuvo reparo en tener hijos con otros, Hijos que me toco cuidar pues fueron abandonados, pensé que estúpidamente que con eso ella se fijaría en mí.

Hefesto miro el suelo y apretó el puño del enojo: Al final nada sirvió, Yo estúpidamente les cogí cariño y los cuidé como si fueran mis propios hijos. Pero Solo basto unas simples palabra de su madre para dejarme a mi he irse con sus padres bastardo que en primer lugar fueron abandonados por ellos. Pero quien la culpa yo soy el marginado del olimpo y al parecer no merezco nada, ni siquiera un poco de amor.

Para desahogarse un poco, propino un puñetazo a un árbol, destrozando al árbol y varios más detrás de él. Ahora él se encontraba acostado en la hierba mientras lloraba en silencio.

Una diosa vio todo eso y se comenzó acercar. Hefesto se dio cuenta, pero no dijo nada, pues a el ya no le importaba nada.

Artemisa de pie en frente de Hefesto hablo: Te vez patético Hefesto.

Hefesto solo dio una leve sonrisa: Eso ya lo sé, dime algo nuevo.

Artemisa frunció el ceño: Así de simple dejaras a tu hija Harmonía que se vaya con Afrodita y Ares.

Hefesto solo aparto la mirada: Y que quieres que haga, le suplique, le llore, le prometí que le daría el mundo, y aun con eso ella me dejo y ni siquiera voltio a ver lo destrozado que estaba.

Artemisa negó con la cabeza: Y ahora que harás.

Hefesto con una sonrisa: Ser feliz, eso suena bien no lo crees mi bella luna.

Ese comentario no le gusto a Artemisa, así que en una fracción de segundo. Tenia su arco y su fecha apuntaba en la cabeza de Hefesto.

Artemisa seria habla: Cuidas tus palabras. Recuerda que no eres nadie, si te mato nadie te extrañaría.

A Hefesto no le importaba y para sorpresa de Artemisa. Hefesto agarro su arco para acércalo más a él. Y ahora la flecha le estaba rozando la frente de Hefesto por lo cerca que estaba.

Hefesto serio: Dispara y créeme que me harías feliz. Hazlo y termina con esto.

Artemisa se zafó del agarre de Hefesto de su arco, para luego guardar su arco.

Artemisa dio un suspiro de la molestia: Realmente no te entiendo. Te he observado y se que eres mas fuerte de lo que la mayoría piensa. Con simpleza puedes acabar con la vida de los amantes de tu esposa. Pero sucede lo contrario, te dejas humillar por todos. ¿Así que dime porque haces eso?.

Hefesto se quedo en silencio por un rato, pero luego respondió: Yo Quiero creer.

Artemisa no comprendido esa respuesta, así que quedo en silencio para que se explicara.

Hefesto con una sonrisa triste: Yo quiero creer que mis acciones llegaran al corazón de Afrodita, quiero creer que el mundo no es tan cruel, quiero creer que tengo un propósito en esta vida y que al final alguien como yo seré feliz.

Hefesto ya no pudo seguir hablando, pues llego en su mente todos los engaños de su esposa, todas las traiciones de sus amigas que creyó tener, pues descubrió que solo lo hacían para tener las mejores joyas, también recordó que todos sus hijos en la primera oportunidad lo abandonaron, recordó también como su nada hija Harmonía también lo abandono, él pensó que ella era diferente, pero resulto ser igual a su madre. Recordó que todos los días su madre Hera lo humillaba y despotricaba la desgracia que soy yo para ella, Todos mis hermanos se jactaban de acostarse con Afrodita.

Con todos esos recuerdos, sus lagrimas salieron y no pudo detenerlas. Sus manos fueron directo a su pecho, pues su corazón le dolía y sentía una agonía insoportable. El se desplomo y solo lloraba.

Artemisa estaba aturdida, de un momento a otro observó como Hefesto callo en lágrimas y parecía en un trance. Ella llego a una conclusión, él se rompió mentalmente. Y sinceramente ella no lo culpaba con todo lo que ha vivido, se sintió algo mal, pues ella también fue mala con él.

De la nada ella vio que una gota callo cerca de sus pies, se sorprendió pues no estaba lloviendo. Ella levanto una mano y se toco la cara. Y para su sorpresa estaba llorando.

Artemisa suspira y se dijo así misma: Solo una vez más, solo una vez más volveré a confiar en alguien. – Ella se agacho y con sus brazos rodio a Hefesto para abrazarlo-

Hefesto solo lloro más, pues sentía como si su madre Tetis lo estuviera consolando. El también Escuchaba palabras tranquilizadoras y de apoyo. Luego de un tiempo se calmo y se quedo dormido en los brazos de Artemisa.

Artemisa tenia una pequeña sonrisa y habla en un susurro: Siéntete afortunado eres al primer hombre que le doy mi cariño, espero que tú seas el indicado para mí.

Desde ese día Hefesto cambio su actitud, antes era algo alegre y tenia una sonrisa, pues pensaba que así se ganaría el afecto de todos, pero ahora veía la verdad, así que si el mundo le daba la espalda pues el lucharía contra ese podrido mundo.

Solo una persona le podía sacar una sonrisa y esa era Artemisa. Cada vez que tenia tiempo el iba a visitarla al campamento que ella tenia junto a sus cazadoras. O Artemisa lo visitaba a su forja pues ella era la única que podía entrar.

Teoria Hefesto - EL Herrero y la cazadoraWhere stories live. Discover now