Mi esposa- Teoría Parte 2

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Cuando se termino su tiempo de castigo, fue preparado y vestido para su boda. Él no había visto a su prometida desde su encarcelamiento, pero conociéndola sabia que no estaba feliz. Aun se preguntaba como la lograron convencer para que se casara con él.

Cuando comenzó la ceremonia supo el porqué, pues solo con verla supo que fue engañada, la música de boda sonaba y Hefesto desde el altar veía a una deslumbrante Afrodita que se acercaba, pero lo que lo sorprendió fue que estaba vendada de los ojos, Hay supo que ella fue manipulada y le vieron la cara de idiota.

Luego de un rato comenzó la ceremonia.

Zeus comenzó hablar: Cada uno coloqué su anillo al otro, para que este compromiso se efectué. Y luego digan sus votos.

En eso se ve que tanto Hefesto y Afrodita, se intercambiaban los anillos, aunque a Afrodita se le complico un poco, pues tenia aun la venda, aunque se la veía muy feliz, pues le prometieron casarse con el dios más hermoso y estaba ansiosa por saber quién era.

Afrodita de la emoción hablo primero: Yo como diosa del amor, te prometo amarte mi querido esposo. Te prometo estar a tu lado en tus momentos felices y en los tristes para apoyarte. Y Juro que te hare feliz.

Todos estaban sorprendidos, pero Hefesto estaba muy nervioso. Sus palabras lo conmovieron, pero no se hacía falsas esperanzas. Sabia que esas palabras no eran para él.

Así que con un suspiro también dijo su voto: Yo juro amarte hasta lo que dure nuestro matrimonio, juro de protegerte de todo mal. Hare mi mejor esfuerzo de ver esa sonrisa tuya todos los días. Y aunque el camino sea difícil, yo luchare porque me ames. Y algún día juntos formar una familia.

En eso Zeus prosiguió hablar: Bueno si nadie se opone, pueden besarse y sellar su unión eterna.

Luego de eso Afrodita se lanzó hacia Hefesto, Y lo atrajo a un beso lleno de amor. Si antes estaba emocionada ahora estaba saltando de alegría, pues las bellas palabras de su esposo, le llegaron a su corazón. Pues ella desde que nació, busco quien sería su eterno amor y su corazón y todo su ser le indicaba que el sujete que estaba besando, sería su pareja perfecta.

Todo era alegría, incluso estaba soltando lágrimas de felicidad, se movió tanto que las vendas se cayeron. Y cuando abrió los ojos para ver quien era su esposo. Su mundo se vino abajo, estaba besando al dios mas feo, al dios mas insignificante, al dios que fue marginado por su propia madre y ahora su esposo para siempre.

Una rabia la invadió, su corazón que antes estaba llena de amor que dar, solo se lleno de un profundo odio y rabia, ella fue engañada y solo llego a una conclusión, todo fue culpa de Hefesto.

Ella que antes tenía una sonrisa, ahora puso una cara de odio total y sin pensarlo le propino una cachetada a Hefesto tumbándolo al suelo.

Afrodita del enojo le grita: Como pudistes hacerme esto – En ese punto ella estaba llorando del enojo– Tu tu pequeño bastardoooooo, jamás te lo perdonare, te hare sufrir, te hare lamentar el haberte casado conmigo, Destruiste mis sueños, entonces yo te destrozare de tantas maneras que te hare llorar de la desesperación.

Cada palabra de ella, lo decía mientras golpea a Hefesto que seguía en el suelo. Luego de un rato se calmo y sin decir más se marchó lugar. Luego de ese momento todos empezaron a reírse de él, el solo podía escuchar insultos, incluso algunos arrojaban objetos para lastimar a Hefesto.

En eso Hera se acerca a su bastardo de hijo: Vaya he presenciado varias bodas, y la tuya fue espectacular, estoy de buen humor. Y como te ves tan lamentable, te cumpliré 2 peticiones tuyas.

Hefesto en el suelo y con un rostro de enojo y tristeza respondió: Mi reina, Concédeme el divorcio, aparte ya no quiero tener ningún vínculo contigo madre.

Hera se sorprendió, pero no lo demostró: Esta bien, pero la condición es simple: Soporta 500 años de casados con Afrodita, amala con todo tu ser, has todo lo posible para que su matrimonio funcione. Y si en 500 años nada funciona, Yo juro hoy por el Estigia que te divorciare y renunciare a ti como mi hijo.

Luego de eso, todos se fueron. Ahora Hefesto estaba solo, ahora podía gritar y maldecir por toda esta situación, solo por un momento pensó que seria feliz junto a Afrodita, pero luego de ver su reacción, toda esperanza de ser feliz se acabó.

Para este punto él estaba llorando de la frustración, el solo quería conocer a su madre y hermanos, jamás pensó que todo sería una mierda.

Hefesto estaba cabreado Y gritaba del enojo: Maldición – Golpe el suelo con sus puños- , Porque a mí –Otro golpe-, No pedí nacer así – otro golpe-, A caso no hay nadie en quien pueda confiar, realmente soy patético.

A lo lejos una diosa observaba todo, ella era una de las que mas despreciaba a Hefesto, por el simple hecho de ser hombre. Pero en ese momento, pudo verse ella misma en él, recordó como su primer amor solo la quería por su cuerpo, y este casi la profanaba. Ella paso días maldiciendo a todos, pues se sentía devastada.

Ella solo se dio media vuelta y se fue de ese lugar.

*tiempo después.

Hefesto ya mas calmado se retiro para ir al templo de su esposa, pero no se espero que, en el mismo día, ella ya estuviera teniendo sexo con uno de sus hermanos.

Él no podía reclamar nada, pues sabia que ella no lo amaba, pero hacer ese acto en su día de bodas fue cruel, El devastado y sin animo dejo una rosa en la mesita de su habitación y se marchó.

Todo esto era visto, por una sonriente Afrodita, ya que podía sentir lo devastado que estaba su esposo y eso la hacía feliz.

Luego de un par de horas, Ares se fue. Afrodita se acerco a su mesita y vio la rosa más hermosa que hayan visto sus ojos y a lado de ella una carta.

Afrodita con algo de recelo, agarro la carta y la leyó: Hola Afrodita, te pido perdón. Pero fui obligado por Zeus y Hera a casarme contigo. Hare lo posible por hacerte feliz. Y Si te hace feliz tener amantes entonces hazlo, no te lo recriminare. Pero si me das una oportunidad juro que te hare feliz.

Al terminar de leer sin querer se le cayo una lagrima, pues pudo sentir las palabras sinceras de su esposo, pero ello solo negó con su cabeza, para luego destruir la carta.

Afrodita mira la rosa y pensó con odio: No importa lo que quieras, Yo te hare infeliz, maldito bastardo.

Teoria Hefesto - EL Herrero y la cazadoraWhere stories live. Discover now