⠀⠀⠀⠀⠀⠀𝐈𝐈𝐈 - La plaga de los piojos

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Y la a casas se llenaron de la peor peste que un egipcio puede sufrir, se arrancaban las ropas con desesperación, sus cuerpos picaban tanto que de ellos sangre salía. Y por primera vez, los roles se invirtieron y "los piojosos" ahora eran ellos.

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La plaga de los piojos

Moises se acercó a la puerta de palacio junto con Aaron, esperanzados de que Ramsés lo recibiera para poder hablar acerca de dejar partir a los hebreos, tal y como el faraón había prometido anteriormente.

Sin embargo, Ikeni frenó a Bakenmut antes de que éste se acercara. El oficial no quería que el general hiciera un problema o que lastimara a quien aún él consideraba un príncipe.

Ikeni se acercó mientras Bakenmut hacia una mueca de descontento con su rostro, pero se mantenia alerta a lo que fuese a decirle a Moises.

-¿Cómo estás, Ikeni?-saludó Moises cordialmente y el oficial asintió señal de que se encontraba bien- Vengo a ver a Ramsés.

-Lo siento, Moises. Pero el faraón no quiere recibirte...-se lamentó el hombre- dice que no quiere volver a verte ahora que se fueron las ranas, y que los hebreos jamás abandonaran Egipto.

Moises contuvo el aire, escuchando las palabras de Ikeni. Tal y como Dios había dicho, Ramsés se mantenía inmerso en su orgullo y su pedestal invisible.

Ikeni se retiró, entrando nuevamente al palacio. Entonces, Moises se giró observando a su hermano de sangre. Le dolía tener que hacerlo, le dolía no poder hablar con el terco del faraón y evitarle más males.

-Que se haga la voluntad del señor...-murmuró.

Aaron asintió con afirmación, metió su mano en una pequeña bolsa de tela que traiga colgando de su túnica, y del interior sacó un puñado de tierra; tierra pura y virgen, que en cuanto se mezcló con el aire se convirtió en la peor plaga que Egipto pudiera imaginar (hasta ahora). Piojos.

Era bien sabido que los piojos eran el mayor terror del pueblo egipcio. De hecho, sus cabellos cortos y cuerpos lampiños se debían exactamente a esto: les daba terror contagiarse de piojos.

Asi que, en cuanto se dispersaron por la ciudad, el caso nuevamente comenzó.

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Yafeu estaba completamente dormido.

Eran mediodía, pero el príncipe se encontraba extremadamente cansado últimamente. Probablemente, las plagas y las constantes discusiones con su tío lo tenían agotado. Porque Ramses estaba más insoportable que nunca, y siempre se la agarraba con su joven sobrino (o con su hermana).

Los gritos lo hicieron saltar de la cama, y cuando la puerta se abrió bruscamente dejando ver a una Henutmire desesperada, el príncipe supo que nuevamente había sucedido algo.

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⏰ Last updated: Apr 12 ⏰

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༉𝗬𝗔𝗙𝗘𝗨٭El príncipe de Egipto (Moisés y los Diez Mandamientos)Where stories live. Discover now