parte.10

99 6 0
                                    

Narra Eliot

Estaba agobiado con las secretarias que buscaban cualquier pretexto para coquetearme. Es que tan difícil es comprender que solo tengo ojos para una sola mujer y está más que claro que es Bianca un ser tan insistente y hermosa como ella no se encontraba dos veces.

-pase. —Dije escuchando como tocaban la puerta de mi oficina. El rostro agudo de mi secretaria apareció detrás de esta con su horrible sonrisa falsa.

-Buenos días, señor Eliot. —Dijo mientras veía su forma provocadora y indebida de su vestimenta.

-Buenos Días. —Dije arqueando una ceja, está chica estaba mal de la cabeza o ¿que?.

-¿Que se te ofrece?. —Exprese cortante.

-he, bueno vine a confesarle algo que no puedo estar guardando por más tiempo. —Dijo cerrado la puerta detrás de ella, para empezar a caminar peligrosamente hacia mi.Permaneci intacto en mi asiento, mientras veía como aquella chica se despejaba de su camisa quedándose en sostén.

-Se que te gustó , como tú también
Ami. —Dijo finalizando su caminata para apoyar ambas manos sobre mi escritorio, dandome una buena vista de sus pezones.

-¿Que crees que hacés?. —Exprese mientras una risa llena de sarcasmo se me escapaba de los labios.

-Me vuelves loca con solo tu sonrisa. —contradijo dándose la vuelta para bajar el envuelto de su falda.

-¡Basta!.—Grite molesto, levantándome del asiento y caminando hacia ella, quien se sorprendió por la forma en que reaccióne.

–Escúchame bien, Nunca pensé que una mujer fuera capaz de humillarse de esa forma, Solo tengo ojos para una sola mujer
Haci que no me hagas perder la paciencia Bianca es inalcanzable.—Dije mientras apretaba mi agarre en su cuello, viendo cómo está le empezaba a faltar el aire

-¿Te quedó claro?.—aclare viendola fijamente a los ojos mientras está se retorcía de dolor.

Con dificultad para hablar termino hacintiendo. Y yo solo me indigne a soltar mi agarre dedicándole una mirada de desprecio.

-Ahora recoje tus cosas y lárgate de mi empresa, antes de que me arrepienta de no haberte matado. —Exprese neutro en la gran falta de modales de esa chica

Viendo cómo recorría sus cosas con su mirada gacha y rostro pálido, Me decidí a llamar a Eliot para que me informará sobre Bianca, estar lejos de ella me causaba estrez. ignorando el portazo causado por la ‘chica’, tome mi celular marcando el número de Camil.

-Señor?.—la voz de Camil se escuchó detrás de la línea.

-Camil, quiero saber de Bianca.–exprese angustiado.

-Ella está bien señor, además parece que se está acostumbrado a estar aquí.—Dijo arrebatando me una sonrisa de dientes  afuera, al parecer no era tan complicada como la había descrito.

-¿por que lo dices camil?.—pregunte curioso.

-observe a la señorita bajar corriendo los escalones, con todo respeto señor me parece que la señorita sigue siendo una niña.—Expreso Camil hablando inseguramente como que si le daba miedo comentar lo dicho sobre Bianca. Una sonora carcajada salió de mi imaginando la acción de Bianca al bajar las escaleras.

-Eso lo se camil, ella es mi pequeña a la única que amo y que mis ojos están dispuestos a observar sin cansancio.
—Expresé mientras el rostro de Bianca reinaba mi mente.

-Señor, su primo Marck ha llegado hace varias horas.—Dijo Camil borrandome aquella sonrisa que tenía minutos antes.

-llego en dos minutos.—Dije Caminando hacia la puerta para cerrarla después de salir. Llevaba bastante años conviviendo con Marck y sabía que era capaz de coquetear hasta con mi propia mujer, claro no lo culpo el nivel de belleza de Bianca era tan sorprendente tanto que no salía de mi cabeza.

-No estaré aquí en Días enviame todo lo importante a mi correo.—lecomunique a mi asistente cuál apuntaba todo en su libreta.

-¿Algo más señor?

-Nada más Alex.—Exprese viendo al chico darme una pequeña sonrisa, mientras seguía caminando en los pasillos, hasta llegar ala puerta donde el guarda espalda no dudo en abrír la puerta. Fijado mi vista en el auto que se encargaría de llevarme a mi mansión.

»Llegue a la mansión lo más rápido que pude  recogiendo con la mirada la planta baja de la mansión, caminando por los pasillos rumbo ala cocina, mi corazón dió un ligero vuelco mientras veía la situación delante de mi.

¡Quita tus asquerosas manos sobre mi mujer!. — Grite furioso apretando los puños caminando hacia ellos, sentía como la sangre se acumulaba en mi rostro ver la mano de mi primo posada sobre lo que es mío mié ponía mal.

-Calma primo, ni siquiera la he besado.— Expreso juguetón mientras retiraba las manos sobre Bianca Mostrándome las a mi. Bianca estaba roja, intercambiamos miradas por unos segundos antes de sujetarla deo brazo viendo a mi primo regalarle una pequeña de sus patética sonrisas.

-Si vas a quedarte en mi casa te aconsejo que no pongas tus manos sobre lo que es mío.—Gruñi empezando a caminar con Bianca sujetada de brazos.

Estube tan ocupado con mis pensamientos que olvide que sujetaba a Bianca de brazos.

-¡Ahh!.—Escuche el pequeño Grito de Bianca,  se había caído y sus rodillas impactaron el suelo.

-Perdóname no era mi intención.—Dije en acción de tocar sus rodillas, pero enseguida Bianca retrocedió. Su rostro estaba triste y sus ojos se empezaban a inundar de lágrimas, ahí entendí que había cometido un gran error al tratarla así.

-¡Tu me lastimaste!. —Grito

-Perdoname no era mi intención hacerte daño, es que ví como otro te tocaba y perdí el control.—Solte desconcertado pasando me ambas manos en el rostro. Estaba nervioso había lastimado a Bianca y no sabía cómo hacer o como actuar ante mi repentino acto.

–Eres un monstruo.—susurro mientras lágrimas caían en su pequeño rostro.

-Pequeña por favor no llores, déjame curarte si?.—Dije acercándome  delicadamente a ella.

Al ver que me acercaba a ella retrocedió arrastrándose de espalda hasta chocar con la pared.Mi corazón quebrado no hacia  más que cavar un agujero en mi pechoes que tan solo de verla Haci me sentía culpable.

-No hagas eso Bianca, no me temas, destrozas mi corazón. —Exprese tomando su delicado rostro con ambas manos mientras la observava apenado.

-Me dejaras curarte?.—Dije acercándome un poco más a ella.

-Yo puedo hacerlo.—expreso haciendo un movimiento para levantarse pero la detuve tomandola de la cintura y haciendo que se siente bruscamente sobre mi regazo.













Obsesse [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora