parte.8

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Caminaba por los grandes pasillos de la mansión con dirección a la cocina.

-Bianca Almozara en su habitación, No estaré por unas horas y espero que cuando regrese no tenga que matar a alguien. —Exprese cuando pude visualizar la silueta de Camil, quien me esperaba al final de la escalera.

-Es una orden señor.—Dijo con su expresión neutra y serena de siempre.

–señor, uno de los socios de Estambul llegará mañana, recuerde que en esta ocasión la  celebración del contrato será aquí. —Afirmo siguiéndome el paso hacia la puerta principal.

No podía cancelar ese acuerdo es muy importante para la empresa, no permitiría que todo el trabajo de mi padre se deseché como si nada.El había aportado todo su dinero en la empresa, a pesar de ser la empresa más poderosa del país era la más codiciada, yo como único heredero de la fortuna de mi padre debía actuar como un Dellanova.

-asegúrate que sea solo eso,para mañana.—Dije dándole ambas palmaditas en el hombro como señal de despedida.
 
Salí de la puerta de la mansión colocandome los lentes de sol mientras unos de mis hombres habría la puerta del coche. «A la empresa», enuncie después de entrar y acomodarme en el asiento trasero del coche.

*Narra Bianca.

-Adelante. — Dije después de escuchar varios toques en la puerta.

-Buenas tardes señorita, el señor Eliot me pidió que le trajera esto. —Dijo una chica joven que en sus manos traía un plato de ensalada y carne a la plancha, parecía trabajar aquí.

-Si gracias déjalo ahí. — expresé señalando la pequeña mesita de noche, en realidad no pensaba en comer nada en esta casa Pero tenía que comer, no podía destruir mi cuerpo tan solo por no comer.

-¿Se le ofrece algo más señorita?.—Dijo regalamdome una sonrisa amable.

-No se me ofrece nada más, gracias. —Dije devolviéndole la sonrisa.

-Señorita, Es muy hermosa que suerte tiene el señor de haberla conocido.—Chillo con emoción mientras daba pequeños saltitos.

Es raro escuchar alagos de personas extrañas, Como por el simple hecho de que otras personas piensen cosas hermosas de mi eso me hace sentir un poco segura de mi misma.

-Gracias, tu también eres hermosa— expresé mientras soltaba una pequeña risita de emocion.

-¿Puedo saber su nombre?.—expreso cruzando los pies, como una acción de nerviosismo.

-Bianca. —Aclare

-Michel, un gusto conocerla señorita.

-lo mismo digo Michel, y otras vez gracias por ser amable conmigo. —Confese viendo lo bien que me había caído Michel.

-Bueno tengo que irme el señor llegará pronto y no quiero causarle problemas.—Dijo dando la vuelta para irse de la habitación.

-No causas ninguna molestia, Michel.— Exprese viendo cómo abría la puerta y hacia una rápida seña de despedida con la manos, cuál en varios segundos imite.

Camine hacia donde michel minutos antes había dejado el principio con el almuerzo, lo tome e indecisa de comer si o no, empecé a comer delicadamente, la comida tenía un gusto exquisito que nunca había probado antes, termine de comer y deposite el plato sobre la bandeja. Mi cuerpo pedía por agua haci que me lo dispuse a llevar la bandeja a la cocina, salí de la habitación comenzando a caminar en busca dónde estaba la cocina mi mirada se perdió en visualizar bien está mansión, los cuadros, las lámparas, los espejos colgados en la pared le daban el toque perfecto a las paredes, todo lucía como un cuento de hadas lastima que el dueño sea una bestia.

Algo que despertó mi interés fueron los cuadros apartados de los otros en ellos estaba Eliot con una mujer muy parecida a el. -Debe ser su madre pensé-, había bastante cuadros dónde salía el  y en cuál me decidí a visualizarlo en otra ocasión «moria de sed» continúe mi recorrido por los pasillos perdiendome en cualquier cosa que se cruzaba, hasta llegar a los escalones cuáles baje corriendo, me gustaba hacerlo pero no sabía cuál era la razón.

-Señorita tenga cuidado al bajar los escalones. —Dijo un hombre que ya estaba entrando en la etapa de vejez este vestía un traje negro de encaje cuál el diseño jugaba con los colores de sus zapatos, su voz era firmé y cortez.

-Disculpe solo lo hacía por diversión. —Dije un poco avergonzada mientras recorría la sala con mi mirada.

-No se preocupe, el señor Eliot me dejó al cuidado de usted señorita y si le llega a descubrir un pequeño rasguño no irá lejos en hacer cosas indebidas .—Dijo mencionado las últimas palabras un poco desconcertado como si ocultaba algo.

-Entiendo, me podría decir dónde queda la cocina, por favor.—exprese comprendiendo la situación de este señor con el estúpido de Eliot.

-No tenía que molestarse en llevarlo eso es trabajo de las empleadas, señorita. —Dijo fijando su vista en la bandeja que sostenía en mis manos.

-Eso lo se señor, Llevar las cosas a su lugar no es molestia para mí. —aclare.

-Acompañeme.—solto indignado a continuar la conversación.

Siguiéndole los pasos al señor pude visualizar bien el área era grande y ala vez elegante la sala estaba decoradas con un enorme sofá en forma de L acompañado por una pequeña mesita de cristal  muebles al estilo antiguo entre otras cosas que no sabía su nombres .

El señor siguió caminando por varios minutos hasta parar frente a una puerta de madera giro la Manilla de la puerta, cuando abrió hizo un ademán  con las manos  para que yo entrara y Haci lo hice. Después de haberme dicho que tendría que hacer algunas cosas en la parte trasera de la mansión salió de la cocina dejándome con varias personas que parecían trabajadores del lugar. Al ver que no tenían el  Mínimo interés en dirigirme la palabra puse el precipicio sobre la isla saliendo de la cocina.

Era momento de tomar un baño por lo que apresurada camine por aquellos pasillos de la planta baja de la mansión, pero mi camino se vio interrumpido cuando choque con otro cuerpo, hiva a caer al suelo pero unos brazos rodiaron mi cintura evitando mi caída.

Mis nervios comenzaron a aparecer al ver que no era Eliot, «ni me gustaría que fuera » era un chico muy diferente a Eliot, este tenía los ojos más preciosos que había visto en mi vida era un poco más alto que yo,piel blanca, cuerpo delgado, nariz francesa, y labios pequeños.Este vestía con camisa de cuello y pantalón de mezclilla que lo hacía parecer más atractivo.

-Discúlpame no te Vi —solto matando me  con su tono francés al pronunciar las palabras.Quedé perpleja ante la belleza delante de mí que no encontré que decir, solo me quede apreciando el delicado rostro antes míos ojos.

-D-de acuerdo.— Dije incómoda por su mano cuál todavía estaba puesta en mi cintura.

-¿Me puedes soltar?.—Exprese viendo que este aumentaba su agarre en mi cintura. Apagando me  más al el.

-Que hermosa eres. —Contradijo viéndome fijamente a los ojos.

-, Quita tus asquerosas manos sobre mi mujer....

























Obsesse [Borrador]Where stories live. Discover now