No tenemos otra opción

15.4K 479 14
                                    

-¡¡CATALINA!!!!!

Desde que concí a la Cata he tenido deseos de matarla muchas veces. Hoy, la chica batió un record. 

Sé que con Catalina, nada es normal, y que lo único predecible en ella es que es completamente impredecible. Pero.... ¿será mucho pedir llegar a tu casa, después de una larga jornada de trabajo, sin encontrar a tus hijos llenos de pintura o una fiesta clandestina en tu living? 

Mi casa está repleta de niños jugando y bailando. No encuentro a mis hijos. Y estoy seguro de que Catalina es la mente, no tan brillante, detrás de este caos. 

Ví que se detuvo cuando la llamé, pero finje que no me escuchó. La llamo otra vez.

Ella se gira lentamente levantando los hombros y cerrando los ojos, como si yo fuera a gritarle y retarla muy fuerte, exactamente lo que quiero hacer. Entonces, ¿por qué no puedo? 

Catalina hace que estoy pareciera como si yo fuera el gran ogro malvado y ella la princesa en apuros. Lo que es completamente falso, porque yo no soy una persona gruñona ni nada de eso, y  ella es totalmete diferente a una princesa, de hecho creo que Catalina es más como la bruja mala que cocina a los niños y luego se los come. 

No sé cómo. Pero me las arreglo para controlar mi voz y sonar lo más calmado posible.

-Cata, ¿podríamos subir a mi habitación...- Ella me interrumpe.

-Hey, puede que no se note pero soy una señorita de bien, y si quieres hacerme propuestas indecentes antes de las 10...- Y ahí se fue toda mi calma.

-CATALINA, CÁLLATE Y SUBE AHORA.

Ella pone los ojos en blanco y sube la escalera murmurando algo que sonó como "amargado" o "todos dicen lo mismo". No quiero imaginarme en qué circunstancias le han dicho eso.

Cierro la puerta de mi habitación mientras Catalina revisa todo con su mirada. Me siento algo incómodo, mientras  otros hombres tiene cosas emm.. "masculinas", mi pieza está llena de pañales, juguetes y cosas de niños.

En fin. No la traje para que vea mi habitación.

Mi voz sale lo más calmada posible.

-Catalina, acabo de llegar a mi casa y me encuentro  con una fiesta clandestina. No encuentro a mis hijos y en la casa de la esquina hay una niña llorando. Imagino que tienes algo que ver con esto. Explícate.

-Wooooww.. ¿tocas la guitarra?.- Catalina toma mi vieja Ibanez que estaba olvidada en una esquina de mi cuarto.

-Bueno.. tocaba. Y ese no es el punto. Dime qué hiciste y dónde están mis hijos.

-Ok. pero después hablaremos sobre la guitarra ¿capicci?. Lo explicaré para que suene lo más maduro posible ¿ok?. Mientras juagaba a ser niñera, tu hija llegó llorando porque no la invitaron a una fiesta, e hicimos una fiesta mucho mejor para que nadie fuera al cumpleaños de esa  mocosa envidiosa mala persona... hija de la gran..!!

-¡¡¡CATALINA!! 

-Ok. bueno, en fin es... eso. Una fiesta-venganza.

-Tenías razón, Cata. Eso sonó muy maduro.

Ella sólo sonrio. 

-En fin. Vamos a buscar a mis hijos.

-Ahh, ellos están en la piscina.

-Cata.

-¿sí?

-No tenemos piscina.

-¡MIERDA! lo sabía. Esos mocosos me engañaron... de nuevo.

Teach meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora