Teach me

Pervertido.

Domingo. Llevo 10 minutos despierto en la cama, estoy esperando que los chicos vengan a despertarme como cada domingo desde hace 8 años.

Sí. Saltando sobre mí.

Pero son las 10 de la mañana y aún no vienen por mí. Es extraño. 

Tal vez la película de terror los afectó en algo.

Nota: no permitir que Catalina vuelva a mostrarles películas de terror a mis hijos.

Intento dormir un poco, ahora que los chicos me dan un respiro.

10:30. Y mis hijos aún no vienen a mi habitación.

Es raro, aún no siento a Mateo pidiendo su leche de las mañanas.

Pero él está sonriente  y me da señas para que lo baje de la cuna.

Lo bajo, y él camina graciosamente hacia el pasillo.

Lo detengo y lo llevo hacia la habitación de los gemelos.

Abro la puerta esperando a ver a mis hijos jugando, o algo.

Pero no hay nadie.

Estoy algo paranóico.

Nota: no permitir que Catalina vuelva a mostrarme películas de terror.

Voy hacia la pieza de Catalina para... no sé para qué. Pero al abrir la puerta me encuentro con una hermosa escena.

Catalina está acostada boca abajo, usando una polera larga como pijama, en el que podría reparar de no ser porque Tamara está sobre sus piernas, horizontalmente.

Matías estpa apoyado en su torzo.

Así que esa es la razón por la que no vinieron a despertarme.

Pero ¿por qué están aquí? ¿durmiendo con Catalina?

OK. me siento un poco despreciado.

Se ven tan... tiernos.

Sí, Catalina también se ve tierna. Incluso con una calavera en su espalda.

Voy en silencio a mi habitación y cojo la cámara.

Cuando voy con la cámara hacia la pieza de Catalina. Mateo se baja de mis brazos y corre para estar con sus hermanos y con ella.

Los chicos ni se enteran. Sólo Catalina que dice algo inentendible y acurruca a Mateo junto a ella.

Mateo está feliz.

Tomo cerca de 10 fotos de los chicos durmiendo.

Y pongo la grabadora.

-¿Cata?

Ella me responde en un extraño idioma de gente dormida.

No puedo ocultar mi risa. Ella no sabe que la estoy grabando.

-CHICOS! DESPIERTEN, NOS ESPERA UN LARGO DÍA- Grito mientras remuevo las frazadas.

-CÁLLATE IMBÉCIL.- Catalina, como siempre tan femenina.

Sé que me matará cuando se entere de que estoy con una cámara.

Creo que no había visto algo más gracioso que estos chicos despertando.

Los cuatro se mueven como si fueran cachorros desperezándoce. Y lo son.

-Chicos, en serio, tienen que levantarse. No pueden quedarse por siempre en la cama.

Mis hijos rezongan. Y Catalina no se queda atrás.

-De hecho, ese es el plan. Dormiremos todo el invierno.