Prólogo.

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En el suave silencio, donde el tiempo parecía correr con el tenues murmullo de algunas voces en la distancia, un salón principal ofrecía una especie de refugio inesperado de algunas risas que provenían de afuera.

Cada rincón del lugar parecía impregnado por algo en particular. Desde las paredes desgastadas hasta el suelo gastado por incontables pasos. A través de las altas ventanas, la luz de la tarde se filtraba en la sala, arrojando destellos que caían sobre las superficies de mesas, dispuestas en todo el largo del salón. Bancos y sillas rellenándolas a los lados, dispersas como si fuesen para docenas de personas.

Todas vacías, excepto una.

En ese rincón aislado, donde hacía falta la tenue luz de una lámpara que colgaba delineando las formas de las mesas largas, una pequeña figura infantil se sentaba solo. La cabeza inclinada sobre su plato que humeaba sopa, resaltando su natural y aburrido aroma reconfortante.

Jugando con la cuchara dentro de ella, se distraía, generando pequeñas olas mientras movía las verduras que flotaban.

Fue en medio de este juego que el sonido de una silla arrastrándose resonó, rompiendo la monotonía del lugar.

Alguien se estaba sentando enfrente del niño, pero que no dejó que su atención fuera hacia ella. Prefirió permanecer cautivo por el plato de sopa.

-¿Que tal, Alex?- Dijo la voz de un hombre delante. -Soy el Sr. Brunner.-

Alex no respondió. Solo se encogió en su asiento mirando el plato..

Su postura revelaba no sólo la carga de sus años, sino también una calma inusual para alguien de su edad. La ropa, desgastada por el tiempo y los juegos en el patio del orfanato, colgaba con la misma despreocupación que su actitud ante el mundo.

-¿Cómo ha sido tu día?- Preguntó el Sr. Brunner de nuevo.

Su silla crujió levemente, un eco de la expectación que flotaba en el aire. Su presencia como su voz sonaba reconfortante. Buscaba derribar las murallas del niño.

Sin embargo, el pequeño comensal no levantó la mirada ni respondió. La sopa, ahora un remanso de calor en medio de su soledad, era su único acompañante en ese momento.

-¿Por qué está usted aquí?-

Alex por fin preguntó. Su voz era tan delicada como segura para un niño de seis. Su mano jugando con la cuchara, logrando visualizar las manos del hombre sobre la mesa.

-¿Acaso piensa adoptarme?- Preguntó de nuevo.

-Me temo que no.- Sonrió tristemente el hombre. -Estoy aquí para hablar. Para conocerte.-

-¿Por qué?-

Viendo la curiosidad del niño, Sr. Brunner tomó la oportunidad y se inclinó hacia delante, apoyando sus brazos sobre la mesa, juntando sus manos.

-Me han dicho que puedes hacer cosas, Alex. Cosas que otros niños no pueden hacer.- Respondió, observando y analizando meticulosamente los gestos del niño, apenas pudiendo divisar alguna.-También me han dicho que tienes problemas para leer, y para concentrarte.-

-Si...- Respondió. -¿Acaso es profesor?-

-Algo así.-

-¿Y por que le interesa eso?- Preguntó, golpeando suavemente la sopa con la cuchara.

-Por que hay un lugar para chicos como tú. Chicos que aprenden a controlar estos defectos y habilidades, y quisiera que un día pudieses conocerlo.-

-¿Entonces por qué miente?- Preguntó, aturdiendo al Sr. Brunner delante.

-¿Por qué dices eso?-

-Porqué se lo que usted es.- Dijo, tomando por desprevenido al hombre, antes de levantar por fin su cabeza y revelar sus electrificantes ojos azules. -Y porqué también sé lo que soy.-

Mirando al niño con completa sorpresa, el Sr. Brunner sintió un leve y familiar escalofrío golpeando su espalda. Alex solo lo miró con un ceño fruncido y desconfiado, antes de parpadear y que todo cambiará, teniendo delante a una niña.

El rotundo silencio se rompió con el sonido del viento soplando sobre la colina, y los jadeos cortados salieron de la boca de Alex al encontrarse con la vista de la niña que sostenía. Su cabello negro corto y puntiagudo sobre unas pecas que salpicaban su nariz, resaltando debajo de un par de ojos azules. Tan azules y electrificantes como los suyos. 

Un momento de shock que se apoderó de él antes de que ella hablara.

-¿Eres tú, Alex?-

-Imprudente.- "La tormenta de Aegis." (Spin off Percy Jackson x Oc)Where stories live. Discover now