Capitulo 4 Solo una semana

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Sasuke recibió una noticia molesta mientras cenaba con sus padres, una que costaba creer que fuera cierta, dada a la seguridad que contaba la hija del embalsamador, logró escabullirse hasta la entrada de la propiedad para ser descubierta por uno de los guardias que cuidan el bosque que rodea la propiedad. Para no arruinar la cena de sus padres después de soltar a Sarada con su esposo, Sasuke optó por no decir nada al respecto. Dio instrucciones de llevarla de vuelta a la cabaña y esperar allí. Continuó cenando hasta terminar y despedirse de sus padres, después se trasladó montado en su majestuoso pura sangre negro a la cabaña donde lo esperaba una mujercita mal humorada que intentaba mantener la calma en cuanto lo vio llegar. Lo primero que buscaron sus ojos negros fue la hinchazón en el rostro de la pelirosa. Disminuyó, pero tenía un feo moretón que sería difícil de borrar de su piel blanquecina. Tampoco llevaba más el pequeño blusón de seda, ahora llevaba ropa cómoda que cubría su lindo cuerpo. Y en cuanto su larga cabellera rosada, estaba atada a una trenza que caía sobre el hombro. Parecía cabello artificial de una muñeca de porcelana.

—Dijiste que hablaría con mis padres por ello fuí a buscarte —formuló Sakura cubriendo la verdad de su scape. Nunca tuvo intención de ir a buscarlo, sino de huir.

—Veo, pero no debiste ir demasiado lejos. Dije que volvería pronto. —Sasuke señaló con la cabeza que lo siguiera a la parte trasera de la cabaña por donde había una salita de exteriores con una vista hacia un largo a varios metros de distancia. —Toma asiento para que hagas la llamada a tus padres.

Cruzada de hombros miró colocar un teléfono sobre la mesita de exteriores. El sicario lucía más calmado que antes, llevaba ropa cómoda, pero nada desalineado. No la miraba a ella, toda su atención estaba puesta en el lago a lo lejos. No llevaba más la arma larga con la que asesinó a su esposo. Verlo tranquilo y sin armamento hizo que Sakura sintiera una gran necesidad de asesinarlo con sus propias manos, pero ello imposible, un pensamiento vano. Seguramente sin mucho esfuerzo él la mataría antes de dar un segundo golpe al rostro. Sasuke era alto y tenía un cuerpo que podía notarse que frecuentaba el ejercicio duro para mantenerse en forma.

—Necesito privacidad, así que iré a caminar mientras hablo con mis padres. —Supuso que él se negaría, pero no fue así, Sasuke señaló que fuera a caminar.

Sakura no esperó más, tomó el teléfono y se alejó a hacer la llamada. Con suerte sabía el número de memoria, aunque no tuvo que haberlo recordado ya que solo había un número disponible en la agenda, uno que describía bien la profesión de su padre, "El embalsamador".  Al menos no usó otro nombre desagradable como los que le daban en el pequeño pueblo donde viven. De tan solo recordar los viejos tiempos como la hija del que atiende a los muertos hizo sentirse mal. Fueron tiempos difíciles tener que lidiar con el acosos de los niños de su edad. A menudo en la escuela hacían comentarios al comienzo del almuerzo de que apestaba a muerto cuando la miraban ingresar a la cafetería, y que no podían comer más por el putrefacto olor para después alejarse de ella con risas burlescas. Los comentarios crueles no se detuvieron conforme fue creciendo, pero fueron más discreto escuchar que seguían hablaban mal de su familia. Ese fue el motivo para que buscara una salida rápida de aquel pueblo, conocer a un forastero que iba de paso por el pueblo fue su tiquet de huida, ese hombre resultó ser Naruto Uzumaki, un mafioso subiendo como la espuma que no tardo en proponerle matrimonio a pocas semanas de haberse conocido.

Sasuke no sabía mucho sobre Sakura, solo lo básico que su padre le informó. Que era la hija de un conocido del pasado que pidió ayuda en el día que la cabeza de una familia de mafiosos no puede negarse, en la boda de su hija. El pueblo que mencionó el propietario de la funeraria quedaba retirado de donde se encontraba la mansión. En carro tardaría tres días en llegar, pero dado a la profesión del padre no contaba con mucho tiempo libre para viajar, y la madre no podía reclamar a la hija. Los días que había mencionado tardar para recoger a su hija se alargó a una semana. Kizashi se disculpó por el abuso de estancia de su hija, ofreció dinero para costear sus gastos, pero Sasuke se negó a tomar un solo centavo, de hecho le pidió que tomara su tiempo en venir por ella. Con ello terminó la llamada y espero visitar a la hermosa mujer cautiva en la cabaña de huespedes.

Pesadilla (Anti-romántico / EN EMISIÓN)Where stories live. Discover now