el cumple sin parque

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Chiara se había llevado toda la noche dándole vueltas a la cabeza. Sabía que solo quedaba un día para el cumpleaños de Violeta y estaba muy triste. Ya no solo era lo de echarla de menos, que le había pesado mucho durante toda la semana, ahora también era que el martes era su cumpleaños y ni lo iba a pasar en la academia, ni lo iba a pasar con ella. Habían hablado tantas veces de cómo iba a ser aquel día dentro pero toda esa ensoñación se disipó cuando las nominaron juntas y, pasara lo que pasara, no iba a ser lo mismo porque alguna de las dos no iba a estar.

En medio de esa madrugada del día 22 de enero, la noche antes de la gala 8, una idea loca le vino a la cabeza a la menorquina. Le escribiría una carta a Violeta y se la haría llegar de la manera que pudiera. Intentaría chantajear a Noe o a quien fuera durante los ensayos en plató para que se la mandaran a Violeta, aunque fuera en una foto o aunque le llegara días más tarde de su cumpleaños. Estaba dispuesta a hacer lo que fuera porque le llegara esa felicitación personal aunque tenía claro que le iba a gritar a todas las cámaras de la academia para que ese mismo día le llegara una felicitación de parte de todos.

Se decidió por escribir la carta en ese momento. Era muy tarde pero necesitaba hacerlo y no quería que fuera por el día mientras sus compañeros estaban pululando por ahí. Además, le daba vergüenza que la pillaran haciendo algo así, hasta le avergonzaba que lo supieran Martin y Ruslana, aunque sabía que acabaría contándoselo.

Salió de la habitación sin hacer ruido alguno. Todo estaba oscuro y en silencio. Pensó en donde había dejado su libreta y se acordó de que, al llegar de los ensayos de domingo en plató y hasta que se apagaron las luces, había estado al piano en la sala de Manu con Paul escribiendo el himno. Allí estaba su libreta rosa y su bolígrafo azul encima. Los cogió y se fue a la sala de Abril. Allí nada le molestaría aunque realmente en ningún sitio más porque todos dormían pero la sala de Abril le transmitía mucha calma, era su sitio favorito de la academia.

Las palabras le salieron solas en cuanto puso el boli sobre el papel. Le todo lo que se le pasó por la cabeza en ese momento. La felicitó, le contó cuanto la había echado de menos toda la semana, lo que había sentido, lo que había hecho, le preguntó por cómo estaba aunque sabía que la carta no iba a tener respuesta pero le dijo que esperaba que estuviera muy bien y muy contenta y que si estaba poniendo esfuerzo en componer el himno con Paul era, en parte, porque sabía que si el himno se acababa pronto, habría reencuentro para cantarlo. Por último, le dijo lo más importante, lo muchísimo que la quería.

Arrancó la página de la libreta y dobló la hoja con mucho cuidado. Para que no se le olvidara que tenía que llevársela a plató el día siguiente, la metió en el bolsillo de la chaqueta que se solía llevar. No sabía cómo iba a hacerlo pero tenía claro que esa carta le iba a llegar a Violeta de alguna manera, como que ella se llamaba Chiara Oliver. Después, entró otra vez a la habitación pero vio que Martin la miraba desde su cama. Esa semana él y Ruslana habían estado muy pendientes de ella y, aunque Chiara no se había dado cuenta, el vasco había visto antes que había salido de la habitación. Le habló para preguntarle que si todo iba bien y le pegó un susto porque pensaba que no había nadie despierto.

- Kiki, ¿todo bien? Te vi salir y has tardado un rato en volver.

- ¡Joder Martin! Que susto. Sí, todo bien. Solo iba al baño y he acabado tomándome una infusión porque no estoy durmiendo hoy muy bien.

- Ni hoy ni ninguno de estos días y has pasado de las infusiones. ¿Todo bien? ¿De verdad?

- Que sí, te lo prometo. Es que quiero estar bien descansada para mañana.

- Voy a hacer como que te creo y me voy a volver a dormir. Tú también, a descansar.

Chiara se volvió a su cama y se durmió hasta el día siguiente algo mejor. Los días de gala se despertaban más tarde así que ese rato que había estado despierta no le supuso mucho. Si hubiesen tenido fitness al día siguiente, a lo mejor habría muerto en el intento. Desayunó con Rus como siempre y la mañana se pasó muy rápida. Otra vez se volvían a ir a plató y ella tenía una misión que pensaba cumplir sí o sí.

One shots - Kivi Onde histórias criam vida. Descubra agora