si te vas

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- Es que apenas se ha acercado a mí hoy. Solo los ratos de las comidas, algún abrazo que me ha dado y nada más. Ni en plató y mucho menos cuando estaba haciendo la maleta. Todo el día hablando con Ruslana, con Martin y conmigo nada. Salma, es que yo quería pasar más tiempo con ella.

-  A ver, Violeta, Chiara es una persona que si está mal por algo súper trascendente y que además tenga que ver contigo jamás en la vida te lo va a decir. Eso lo sé yo que la conozco de hace un año y tú que la conoces de hace 2 o 3 meses. Ayer te dijo que estaba baja de ánimos por su pelo sucio pero créeme que no era por el pelo sucio. Está triste, obvio que está triste pero ella no va a ir directamente a decirte que está así por ti. Seguramente te está evitando para que el pensamiento de que puedes irte no le venga tanto a la cabeza porque realmente no está mal contigo porque cuando te ve, te abraza y habla contigo, solo que evita verte tanto.

- ¿Y qué hago? Te juro que estoy fatal, quiero que esté conmigo en este momento. Me siento un poco egoísta sabiendo que podría estar evitándome por no ponerse más triste aún pero me duele. Necesito charlar, que me hable de sus canciones, que me ayude a componer las mías. Siento que si me voy jamás volveré a estar tan inspirada como en las pocas sesiones que he hecho con ella.

- Dale su tiempo. Es buena niña y al final todo acabará saliendo. Si no es esta noche, será mañana por la mañana y si no es mañana por la mañana, será antes de la gala.

- Espero que tengas razón porque está así mañana hasta la gala y te juro que me muero, Salma. No quiero irme y que siga de esta manera.

- Tranquila. Kiki es mucha Kiki pero también necesitará llorar y pronto lo va a hacer.

- Bueno, ahí te quedas, yo me voy a dormir. Tengo la cabeza que me va a explotar. - Dije levantándome del sofá de la terraza con la taza de la infusión que me había tomado allí.

- Que descanses. Mañana va a ser un día complicadito. - Me contestó Salma con media sonrisa.

- ¿Me lo dices o me lo cuentas? - Reí.

Salí a la cocina y fregué la taza para dejarla en un armario. La academia estaba en total oscuridad y completo silencio. No sabía quién quedaba afuera, quizá sólo Salma o Paul estuviera por ahí también pululando por no poder dormir. Fui hasta la habitación y mire cama por cama a ver si estaban casi todos como me imaginaba. Me llevé una sorpresa cuando vi que la cama de Kiki estaba vacía. Era de las primeras que solían dormirse si no tenía nadie con quien hablar pero Ruslana y Martin ya estaban en sus camas así que me asusté por si había pasado algo y fui a buscarla.

Me dirigí a la sala de ensayos. Había pasado para ir a la habitación por el salón, la cocina, los vestuarios y los baños y allí no había ni rastro de ninguna persona. Podía estar en un box o en la sala del piano o en cualquier sitio de por allí. Finalmente, la vi. Estaba sentada en el suelo de un box con la guitarra. Tenía la cabeza gacha y parecía apagada. Me pensé dos veces lo de entrar al box pero, joder, era Kiki y estaba sola a oscuras y pareciendo triste. Se sobresaltó al escucharme abrir la puerta y dejó la guitarra a un lado.

- Joder, Violeta. ¡Qué susto! Pensaba que no había nadie más despierto.

- Bueno yo estaba con Salma en la terraza y ya me iba a dormir pero vi que no estabas en tu cama. Venía a buscarte por si te pasaba algo. ¿Estás bien?

- Estoy bien. Solo es un poco de insomnio. Ya tendré sueño. Estoy cansada de los ensayos.

- ¿Seguro? Parece que estás triste, no me engañes.

- Bueno, quizás no estén siendo mis mejores días aquí pero es normal, la Navidad...

- Si es así, puedo quedarme aquí para acompañarte hasta que te dé sueño y hablamos si quieres.

One shots - Kivi Where stories live. Discover now