[✉️] Capítulo 7

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—Pss, Cameron —murmuré, esperando que nadie me escuchara más que el pelirrojo al que le hablaba. Resultó lo opuesto—. ¡Cam! —esta vez puse mis manos alrededor de la boca para que el sonido llegara a él. ¿A caso tenía tapones en los oídos?

Entendería que estuviera soñoliento en la primera clase porque, vamos, todos estamos recién levantados y con ganas de quedarse en cama, pero él estaba al grado de dormido yendo por el quinto sueño, solo le faltaba la cobija. Si había babeado la cubierta de la mesa no me sorprendería para nada.

—Cameron Bergeron —insistí.

—Yo me encargo —dijo Julie.

Procedió a darle unos manotazos a la mesa donde estaba recargando la cabeza —bueno, más bien yo diría babeando porque estaba en un sueño profundo—, y apenas así consiguió despertarlo.

—¿Mamá?

—¿Por qué estás tan cansado? ¿Estuviste toda la noche despierto?

—Algo así —dijo este, tallándose los ojos con el fin de despejarse un poco.

—La maestra está por nombrarte para que pases al frente a hablar sobre el ensayo que nos dejó de tarea, si te hubiera visto dormido sabes lo que habría pasado.

—Gracias, chicas, que haría sin ustedes —respondió tan desmotivado que parecía que lo dijo con sarcasmo.

Yo no me preocupaba porque iba por orden alfabético y mi apellido comienza por la V, así que era casi seguro que no me tocaría hasta la siguiente semana. Aunque realmente no me considero una mala expositora, si bien podría tener problemas para explicar un tema o idea creo que comunicarme es algo que hago bien.

Mientras mis compañeros hablaban y hablaban una y otra vez del mismo tema yo estaba pensando en la carta del día anterior. ¿En verdad valdría la pena seguirle el juego a quien estuviese detrás de las cartas? Lo que menos quería era tener más problemas de los que ya tenía en ese momento.

Nadie sabía de las cartas más que Mawar, pues era la que tenía más cerca y justo le había escrito a Irene para contarle y que me diera su opinión. No quería hacer mucho revuelo por una carta, pero la neta era que me estaba consumiendo la mente. Necesitaba tomar una decisión.

¿Por qué tarda tanto en responder? Si en México son dos horas más, debe de estar despierta y en la escuela.

Irene
queeeee?
Hay un pretendiente?
Omg *emojis de sorpresa*
No puedes desaprovechar la oportunidad amiga

Annya
Tú crees?
No te parece raro o sospechoso?

Irene
Lo dices por lo de la fiesta?
Yo creo que no es extranjero
Lo más seguro es que no estuviera en la fiesta

Annya
Bueno
Creo que responderé la carta

Irene
Tu date amiga
Me cuentas todooo, ok?

—Señorita Velazco.

En la madre, una llamada de atención, lo que me faltaba.

—¿Sí, profesora?

—¿Estás de acuerdo con lo que el señor Bergeron acaba de comentar?

No escuché nada de lo que estaba hablando, entonces no sabía que decir. Por instinto volteé a verlo. Estaba ahí parado con los ojos bien abiertos, quizá hasta más asustado que yo, o tal vez era solo una forma de mantenerse despierto, yo que sé. Pero algo que debo agradecerle es que nos entendemos muy bien, así que hizo lo que pudo para ayudarme a responder. Primero levantó el pulgar a la altura de su cadera, escondiéndolo por detrás, entonces supuse que era «estar de acuerdo».

El chico de las cartasWhere stories live. Discover now