"Nuestros labios se deseaban"

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Han pasado ocho meses desde que la conocí y no sé que pasa en mí, pero, me he sentido demasiado feliz, como si ella haya cambiado algo dentro de mí que es inexplicable.
Me ha invitado a comer a su departamento, me he fijado que todo en ella se basa en su personalidad, el departamento es blanco con partes rosas y dorado, como ella, pues siempre se viste con colores vivos, así como era ella, alegre, tierna y dulce, nada de lo que esperaba al verla cada que iba a la tienda, que por cierto, desde hace unos meses ya no la he visto fumar o tener malos hábitos como lo solía hacer, ahora ya cocina más y eso me pone contento.

- Si no te gusta la comida me dices, sin problema.
- De vista se ve muy buena.
- Espero que así sea, me esforcé mucho.

Para mí sorpresa, la comida estaba un poco salada, tal vez sea cosa de gustos, pero no era del todo buena, sin embargo, al escuchar que se esforzó para hacerla, no tuve de otra más que decirle que era buena, pues no quería hacerla sentir mal.

- Muy rica, gracias.
- ¡Que bueno que te gustó! -- lo dice con mucha emoción mientras sonríe dulcemente. --

En efecto, su sonrisa valía la pena, incluso si me tengo que comer algo tan salado. Ella se sentía como un rayo de sol en el frío.

Después de comer, nos pasamos a la sala a ver una película, estaba demasiado emocionada y feliz, eso se le notaba en el hoyuelo que se le formaba al sonreír.

- ¿Te gusta Disney?
- No del todo, digo, no me desagrada pero no he visto las películas suficientes.
- Bueno, ¿Te parece si vemos la princesa y el sapo?
- Pon la película que quieras, por mi está bien. -- Lo decía sin apartar la mirada en ella. --
- Bien... -- voltea su mirada y procede a poner la película. --

Era la parte donde las ranitas bailaban la canción de evangeline, voltee a ver a Lina y mi corazón palpitaba fuertemente, me gustaba, realmente sentía algo fuerte por ella. Así que, me acerque le puse mi brazo en su hombro como para abrazarla, se voltea y comienzo a besarla.
No nos habíamos besado desde la última vez en el mirador y este beso fue tan hermoso y apasionante, que provocó en mi agarrarla por la cintura, subir hasta su brassier y quitárselo.

- ¿Puedo? Si quieres que pare, solo dimelo.
- Solo hazlo. -- sus mejillas estaban ruborizadas. --

Comenzamos a besarnos, cuando sentí su respiración acelerada, ambos sentíamos nervios, lo notaba en los latidos de su corazón, que se empezaban a coordinar con él mío. Mis dedos bajaron hasta su entre pierna, un gemido salió de ella, en ese momento Lina comienza a quitarme la camisa, la agarre y enganche a mi, para poder llevarla a la cama y nuestros labios no tardaron en encontraste nuevamente, me besó con tanta suavidad y profundidad.
Esa noche fue una fantasía, ambos estábamos con la persona que queríamos, al menos eso me demostró al como beso mi cuello entre otras partes de mi cuerpo.

Fue claro que dormí con ella, al despertarme, ella seguía durmiendo, que por cierto, que bella se ve hasta dormida, quise despertarla con un beso en la mejilla, al abrir un poco los ojos, me dio la sonrisa más linda de todas, mi corazón se sintió tranquilo, así que le di un beso en la mano.
- Buenos días, princesa.
- Buenos días, ojos bonitos.
- ¿Ojos bonitos?
- Sí, no puedo evitar de ver tus lindos ojos amielados.
- Es tierno como lo dices.
- Gracias... ¿Cómo dormiste?
- Bien, muy tranquilo. ¿Y tú?
- Tenía mucho sin dormir tan profundo.
- ¿Tenías problemas para dormir?
- A veces, tenía problemas de insomnio, así que dormí como un bebé.
- Eso es muy bueno, me da mucho gusto. -- Le acaricia la mejilla. --
- ¿Quieres desayunar?
- Sí, ¿Te preparo algo?
- Está vez me toca cocinar a mi, ¿Te parece?
- Sí, está bien.

Quería cocinar no porque ella lo hacía un poco mal, si no porque quería esforzarme para hacerle algo rico, digo, su comida no estaba tan mal, solo le faltaba un poco más de práctica, pero, si quería hacerle algo como forma de agradecimiento.
Fue un momento romántico, después de algo pasional, el hecho de hacer algo entre risas, música y felicidad, puede resumirse a algo romántico y lleno de emociones.

- No cocinas tan mal
- ¿Que dices? Hice los mejores chilaquiles que haz probado.
- Tal vez.
- ¿Tal vez? Si te recuerdo que tuve a una gran ayudante.
- ¡Es cierto!, entonces, sí, es el mejor desayuno que he probado.
- Vez, así cambia todo.
- ¿Harás algo en la tarde?
- Creo que no, es domingo, así que, tal vez solo prepare unas cosas para mañana y ya.
- ¿Quieres hacer algo?
- ¿Cómo que?
- Podemos ir a un parque y hacer un picnic.
- Suena interesante, claro que sí.
- Perfecto.

Recuerdo que ese día del picnic la pasamos muy bien, reímos, jugamos, y nos hicimos tantas preguntas, que todo fue muy divertido.
Ella llevaba un vestido rosa, zapatillas blancas, en su cabello un moño blanco demasiado lindo y un bolso rosa en forma de corazón, se veía espectacular.

- Hay que ponernos aquí en la sombra, que lindo es y huele rico.
- Creo que es tu perfume a cereza.
-- Empieza a reír. --
- Tal vez, pero, si pones atención, huele a pino y se siente muy fresco.
- Me gusta como le haces caso a pequeños detalles.
- Es emocionante, cada detalle es importante, es para ver si te sientes cómodo o incluso molesto.
- Y ahora, ¿Cómo te sientes?
- Tranquila, respiro mucha paz y contigo se siente cómodo.
- Contigo también se siente seguro.

Creo que en ese momento se podía ver cómo a ambos se nos iluminó la mirada, nos veíamos fijamente y al sonreír, le robe un beso.

- ¡Oye!
- Di que no te gusto.
-- Sonríe coquetamente. --
- Dámelo bien.

Sabía cómo conquistarme, era tímida, sensual y coqueta a la vez, ella era todo lo que buscaba en una mujer.

- Ya que pusimos la cobija en el pasto, hay que sentarnos para hacerte preguntas.
- ¿Que tipo de preguntas?
- Desde incómodas hasta las más fáciles.
- Muy bien, comienza.
- ¿Que signo eres?
-- Ríe fuertemente. --
- Ese tipo de preguntas ya las hiciste, ya sabes.
- Es que se me olvidó. -- comienza a reír. --
- Bien... Mi signo es capricornio.
- Algo me dice que eres enojon.
- Creo que no soy tanto y te consta.
- ¿Cómo lo sabré? Nunca te he visto enojado, osea, te conozco molesto, pero realmente enojado, no.
- Tu eres libra, se supone que tienes que tener un balance y control y aún así te he conozco muy, pero demasiado enojada.
- ¡Ay cállate! -- Le pega en el hombro. --
- ¡Auch! -- se soba. --
- Ni te dolió.
- Claro que sí, tienes la mano pesadita.
- ¡Ay, por favor! Claro que no.
- Dame un beso y se me va a quitar el dolor.
- ¿Y crees que te lo mereces?
- Por supuesto.
- Muy bien, solo porque me caes bien.
- ¿Sólo eso?
- Sí, por el momento.
-- Se miran coquetamente. --
- Bueno, ¿Qué más sigue?
- ¿Cómo fue tu primer beso?
- Muy sencillo, yo tenía como 14 años y ella 12 años.
- ¿Y ya?
- ¿A qué te refieres?
- ¿Sólo eso dirás?
- Es que, mira, usualmente los primeros besos no te gustan, son sencillos y no sientes nada por esa persona. ¿O contigo fue diferente?
- Creo que mi primer beso fue dulce y suave.
- ¿Y sentías algo por esa persona?
- Creo que no, solo era un amigo de la secundaria.
- Es a lo que me refiero, cuando no sientes nada por esa persona, se vuelve sencillo.
- Entiendo, entonces, supongo que tienes razón.
- ¿Tienes alguna otra para mí?
- ¿Cómo fue tu primera vez?
- Fue muy normal, no teníamos experiencia, digo, no me desagrado, pero, no sentí mucho, lo cual me fue extraño porque por ella sentía muchas cosas.
- ¿Te gustaba mucho?
- Eso creo, sentía que estaba enamorado, pero, a la vez creía que solo era un "capricho" de mi parte, porque no era correspondido y yo quería seguir a su lado. ¿Cómo estuvo tu primera vez?
- No me gustó, sin embargo, él me gustaba mucho, al igual que tú, creía que él era como un amor imposible y creía que para que él se quedará a mi lado, debía de darle mi virginidad.
- Que error, supongo que en ese momento no sabía el valor que como mujer tienes.
- ¿A qué te refieres?
- Eres inteligente, fuerte, linda, muy guapa y en ti veo un poder grande, eres una mujer poderosa, imponente, coqueta, dulce y sensual, así que, vales demasiado y cualquier hombre se tendría que sentir afortunado de tenerte.
- Vas a hacer que llore. -- agacha la mirada. --

- Incluso si yo soy el "indicado" o alguien que te merece, nunca agaches la mirada ante un hombre. -- le levanta la cara. --
- Gracias... Nunca había sentido algo así.
- A noche que tuvimos un momento de pasión, nunca había sentido algo así, pienso lo mismo que tú, me sentí muy bien y sentí una conexión distinta contigo que con otra persona.
- Pienso igual, contigo hubo un destello que no veía con otra persona.
Y nuevamente nuestros labios nos deseaban.
Ese día fue emocionante, lleno de risas, diversión y mucho sentimiento.

Pelirroja Where stories live. Discover now