Capítulo 5: El juego de la escondida

5.3K 652 441
                                    

Recuerden que hoy hubo actualización doble, primero deben leer el capítulo 4. Eso es todo.

×
×
×

Capítulo 5: El juego de la escondida

Él sacudió su cabello húmedo, ahora oscurecido por el agua que había en él.
Sin dejar de observarme.

No recuerdo haber hablado con Zenith anteriormente, ni cuando nuestros equipos de vóley competían, pero recuerdo plenamente su amistad con Kader y que ambos eran como la uña y el dedo, inseparables. Siempre creí que era algo creído, aunque la verdad era que jamás había podido conocerlo.

—Supongo que a ti también te tiraron a la piscina en la primera fiesta a la que viniste.

Asintió, dándole un sorbo a la botella, mientras el resto reía detrás de ambos.

—Sí, pero hacía cuatro grados.

Abrí mis ojos en sorpresa, entreabriendo ligeramente mi boca, sin poder evitar dejar ir la risa que vino después de ello.

—Riete de mis desgracias, te dejo. —Sonrió por lo bajo, observando a la botella de cerveza siendo abrazada por una de sus manos.

—Lo siento, lo siento —dije acomodándome a su lado, arreglando la parte del medio de mi short que se ajustaba a mi entrepierna, molestando.

Los mismos, al ser de Theo, me quedaban pequeños. No teníamos cuerpos tan distintos, a decir verdad, pero mis piernas eran un poco más grandes que las suyas, lo que generaba que el short se ajustase a mis muslos, y con más razón, ahora que estaban mojados.

La mirada de Zenith bajó por mi abdomen, lo cual provocó algo de nerviosismo en mí, dejando ver la clara razón por la que no quería venir sin camiseta. No soy un gran fan de mi cuerpo, aunque no quiere decir que lo odie, simplemente nunca me he acostumbrado a él, si es que acaso eso tiene lógica.

Lo observé, curioso.

—¿Qué? —pregunté y él dejó de observar mi abdomen.

—Nunca vi a una persona con tantos lunares.

—¿No? —pregunté, curioso. Tapando mi abdomen con mis brazos.

Negó, sus ojos esmeralda se posaron en los míos de un color similar.

—No me mal entiendas, te quedan más que bien.

Sonreí.

—¿Sí?

Él bajó nuevamente su mirada hacia mí abdomen, sin avergonzarse por un segundo de la manera en la que me observaba.

Reí, sin poder evitarlo, ahora quitando las manos de mi abdomen.

—Y debo admitir que esos shorts te quedan bien —vocalizó aquellas palabras en un susurro repleto de complicidad, para darle permiso a su mirada para que baje más allá de mi abdomen, llegando a mi short.

¿Qué está sucediendo aquí?

—Zenith, están jugando de nuevo, ¿vienes? —La voz firme de Kader llegó a mi igual de fría como siempre lo había hecho.

Volteé para observarlo, los tatuajes, ahora que no llevaba ninguna camiseta se podían apreciar mejor crecer por su muñeca y terminar en su hombro, me sorprendió el hecho de que todavía no tuviera ninguno en su abdomen, dejando al mismo desnudo para que lo único que resalte de él fuese aquellas líneas que dibujaban mínimamente su abdomen. Por debajo, un short de baño rojizo provocaba que su piel resaltase.

—Ahí voy —Le respondió su mejor amigo, asintiendo al mismo tiempo en que aquellas palabras salían de sus labios.
Kader le regaló una sonrisa de boca cerrada para luego pasar a mirarme a mí, de soslayo, sin tener nada que decir o acotar.

Un sueño indeseadoWhere stories live. Discover now