Capítulo 44: las alas del dragón

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El cumpleaños de Axel era la próxima semana y Aiden y Nadya habían quedado aquel sábado para ir a comprar el regalo perfecto. O ese había sido el objetivo principal de aquella salida. Tres horas después, habiendo recorrido prácticamente todas las tiendas de videojuegos de la zona terminaron asumiendo que perfecto no iba a ser. En aquel momento, casi al borde de la desesperación, se conformaban con encontrar simplemente algo que le hiciera un mínimo de ilusión.

Incapaces de seguir caminando sin hacer un descanso, decidieron hacer una pequeña parada para comer algo, reponer fuerzas y hacer un par de búsquedas por Internet que les ayudase a elegir qué regalo comprar.

En cuanto llegaron a la pequeña cafetería y eligieron la mesa donde sentarse, Aiden se dejó caer totalmente desganado en la silla.

—Nunca pensé que fuera tan difícil encontrar en stock un videojuego que acaba de salir —protestó frotándose la cara con las manos.

Habían dejado la compra del regalo para el último momento porque tenían miedo de que Axel llegara cualquier día con él en la mano. A fin de cuentas, lo conocían lo suficiente como para saber que solía ser de los primeros en hacerse con sus videojuegos favoritos.

—Ya has escuchado lo que nos dicen en todas las tiendas. Hoy en día casi todo el mundo lo compra en digital. Es totalmente comprensible que las pocas unidades que tengan se les termine en la semana de lanzamiento. La culpa es nuestra por no haber previsto esto con antelación.

—Podrían reponerlo, digo yo. Que menos que tener uno o dos juegos en físico... Sobre todo, si hablamos de una novedad... ¡Es que no hace ni quince días que salió a la venta! —protestó frustrado.

—Aiden, estás poco al día de este mundillo. Para algo existen las preventas. Si tu objetivo es comprar un juego sí o sí, te aseguras de reservarlo con tiempo —replicó ella encogiéndose de hombros.

—A veces me olvido de que eres streamer—contestó con una sonrisa de oreja a oreja. Sabía de sobra que a Nadya no le gustaba que sacasen ese tema.

—No lo soy —replicó frunciendo el ceño—. Lo era antes de entrar en la escuela superior. Lo sabes de sobra porque te lo he dicho mil veces.

—Y de eso no hace ni un año...Para mí, sigues siéndolo.

Nadya resopló mientras ponía los ojos en blanco.

—No pienso discutir esto de nuevo.

Uno de los camareros se acercó a tomarles nota y seguidamente, retomaron la conversación sobre qué comprarle a Axel. Después de darle bastantes vueltas, llegaron a la conclusión de que irían a probar suerte a la última tienda de la zona, la que estaba más alejada y de la que no habían podido confirmar el horario por Internet. Había muchas posibilidades de que la tienda estuviera cerrada, ya no existiera o que simplemente tampoco tuvieran lo que estaban buscando, pero no tenían más remedio que ir a comprobarlo. Al fin de cuentas, Axel llevaba hablando de ese juego más de un mes y sabían que era un acierto seguro. Si esa opción también les fallaba, tendrían que decantarse por buscar otras alternativas. Aiden había propuesto una consola retro con juegos clásicos, pero, aunque podía ser un buen regalo, no tenían claro que aquello fuera a hacerle mucha ilusión a Axel. Además, se salía ligeramente del presupuesto que tenían.

El camarero volvió con sus consumiciones y ambos bebieron un pequeño trago del Cola-Cao templado que se habían pedido. En aquella época del año, no hacía el suficiente calor como para disfrutar de una bebida caliente, pero ninguno de los dos apreciaba el sabor de la leche fría.

—Tiene la temperatura perfecta —comentó Aiden saboreando su bebida, lo que ocasionó un par de carcajadas por parte de Nadya.

—Eres de lo que no hay...

Victoria ColateralWhere stories live. Discover now