Capítulo 41: la recuperación

58 8 3
                                    


El día después de la competición Rian recibió el alta en la enfermería. Apenas había sufrido daños, pero la deshidratación y la pérdida de energía habían sido los principales motivos para dejarlo en observación. Aiden, por el contrario, tenía que quedarse un par de días más, a pesar de las constantes súplicas por su parte.

Las horas de la mañana eran las más aburridas. Sus amigos no podían hacerle compañía porque estaban en clase y el dolor de cabeza que llevaba arrastrando desde el torneo le quitaba las pocas ganas que tenía de estudiar. Al final, había convencido a Thiago para que le llevara la guitarra y era lo que llevaba haciendo todo el día. A pesar de que llevaba un par de meses sin tocarla, sus dedos recordaban a la perfección cada uno de los acordes.

Axel había llegado hacía un par de horas a la enfermería, pero no le había pedido que parara de tocar. Se había puesto a jugar a un videojuego en el móvil, y movía la cabeza al ritmo de la música. De vez en cuando, comentaban algo: un trozo de la melodía que no acababa de sonar bien o una fase del juego que se le resistía a su compañero. No necesitaban estar hablando todo el rato. Era suficiente saber que estaban el uno al lado del otro, apoyándose. Todo era fácil con él.

A media tarde pasaron a verlo todos sus compañeros del Kettou, acompañados por Loan. Aiden no podría volver a los entrenamientos hasta que le dieran el alta pero ya estaba deseando que llegara ese día.

A la hora de la cena llegó Nadya con un montón de chocolatinas que acababa de coger de la cafetería y los tres se pusieron a comerlas como si fuera casi una competición. Al final, acabaron manchando de chocolate el uniforme de Axel.

—¿Por qué siempre acabo manchado de chocolate cuando estoy contigo? —preguntó recordando la escena del batido de chocolate un par de meses atrás.

—Lo cierto es que es algo que me pregunto yo más frecuentemente de lo que te imaginas... —respondió Aiden sonriendo.

—Oye Aiden, tienes chocolate en la punta de la nariz —le dijo Nadya entre risas—. Por cierto, ¿cómo te encuentras hoy? ¿Te sientes totalmente recuperado?

—Sí, bueno, estoy algo cansado todavía. Y creo que tener que dormir en una cama diferente a la mía complica bastante las cosas—contestó mientras se frotaba con ganas la nariz, intentando eliminar los restos de chocolate.

—¿Y cómo están las cosas con Rian? ¿Has hablado con él? —preguntó su amiga incapaz de contener la curiosidad.

—Todo bien, pero no hablamos demasiado. Tampoco teníamos mucho más que decir. Nos dijimos todo al terminar el campeonato. De todas formas, no lo he visto desde ayer por la mañana, cuando le dejaron marcharse.

— Y... ¿no hay nada que te gustaría contarnos? —preguntó Nadya mordiéndose el labio.

Nadya lanzó una mirada suplicante a Axel, como si estuviera pidiéndole ayuda, pero este estaba demasiado concentrado en la mancha de su falda como para prestarle atención.

—¿Sobre qué? —respondió Aiden confuso.

—Sobre Rian y...

Dos golpes en la puerta llamaron la atención de Aiden, que levantó la mirada justo antes de que se abriera la puerta y Rian apareciera tras ella.

—Hablando del rey de Roma... —dijo Nadya con una sonrisita en la cara—. Axel y yo nos vamos ya. Descansa esta noche y nos vemos mañana, ¿vale?

—¿Os vais ya? —preguntó Aiden sorprendido.

—Parece ser que le entró prisa de repente. Si terminas la canción mándame un audio —dijo Axel levantándose de la silla.

Victoria ColateralWhere stories live. Discover now