Prólogo

1.3K 82 0
                                    

Advertencias: Historia corta, angst, drama, consumo de sustancias tóxicas, relación enfermiza.

Advertencias: Historia corta, angst, drama, consumo de sustancias tóxicas, relación enfermiza

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Recuerdo que lo primero que me gustó de ti fue tu sonrisa.

Mientras te mecías al ritmo de la música con los ojos cerrados, sonreías como si estuvieras en tu propio paraíso, ajena a todos los cuerpos sudorosos y malolientes a tu alrededor, sin echarle una mirada a los empujes, a los golpes.

Supe tres cosas apenas te vi.

Uno, que eras perfecta para mi.

Dos, estabas bajo los efectos de alguna droga. Cocaína, probablemente.

Y Tres venía de una familia ricachona, lo podía notar en tus ropas, en la forma en la que mirabas con desprecio al resto cuando abrias tus ojos.

Pero una cuarta idea se empujó bajo la última mientras te seguía mirando como un acosadora.

Te encantaba el peligro. De otra forma no estarías
metida en ese bar de mala muerte, lleno de
borrachos, drogadictos, punks y motoqueros. Con
toda probabilidad, estabas buscando un buen rato de diversión que pudiera liberarte de la constante presión y perfección que tus padres te exigían cada día.

Te llegué a conocer mejor que nadie, ¿no es así, Min?.

Dejé la botella de cerveza sobre la barra, poniéndome de pie y caminando hacia tu dirección con calma, empujando los cuerpos asquerosos que se movían de un lado hacia al otro. Tú seguías bailando con los ojos cerrados, ajena al mundo, y me pareciste más bella que nunca bajo las luces estrambóticas del lugar.

Ambas fuimos la perdición de la otra esa noche, lo supe inmediatamente, pero mandé todo al diablo cuando tomé tu cintura y te besé en la boca sin conocerte.

Pero yo también estaba completamente drogada con Cocaína, porque en cualquier otra situación, sólo habría bailado contigo para llevarte al baño y follar hasta dejarte loca.

Tú me golpeaste en el pecho, sorprendida, sin embargo, luego de unos segundos accediste.

¿Creíste que no iba a darme cuenta? cuando acaricié tus labios con mi lengua, algo dentro de ti pareció encenderse, dandome acceso a toda tu cavidad bucal que no dude en devorar

Como un animal.

Tus pupilas estaban dilatadas, tú rostro estaba
completamente rojo.

Me sonreíste, también, y pensé que eras la persona más caliente que había visto alguna vez en mi vida.

-Quiero follarte- te gruñi al oído, sin soltarte un poco.

Te reíste con poco control, pero no me importó.

-¿Ni siquiera una cita?-balbuceaste abrazándome por el cuello.

-Podríamos comenzar una cita al revés- murmuré a
tu oído- primero por el sexo y luego la comida.

Volviste a reírte.

-Tengo mi auto afuera-susurraste.
Supe que mis suposiciones habían sido correctas, sin embargo, no me inmute ante tu declaración.

No iba a llevarte, después de todo, a mi horrible hogar que era sinónimo de golpes, gritos y maltratos.

Ambas salimos de ese apestoso lugar y caminamos
entre tambaleos, apoyándonos en la una y la otra para no caer al suelo. Te detuviste unas cuadras después, frente a un auto que parecía sacado de una película, y abriste la puerta trasera.

No lo dudé un poco, así como tú tampoco. Te metí
dentro de un empujón, oyendo tu quejido, para subirme sobre tu cuerpo y besarte otra vez, de forma impaciente.

Pronto nos convertimos en un manojo de gemidos, sexo y besos que apenas nos permitían respirar. Los vidrios se empañaron con nuestras respiraciones aceleradas mientras te penetraba y tú gemias como una gata en celo, pidiendo más y más, rasguñando mi espalda, moviendo tus caderas, me volvías loca, Win.

Me vuelves loca.

No nos bastó una ronda, ni dos. No sé cuántas veces estuve en tu interior, no sé cuántas veces me corrí en tu interior y tú pecho. Al final, sólo pude echarme sobre ti, jadeando, acariciando tú sudoroso cabello castaño mientras tú bostezabas como si nada.

-No sé tu nombre -dijiste amodorrada frotando tus
ojos.

Besé tu hombro, tratando de recuperarme.

-Karina -respondí saliendo de tu interior con un
morboso sonido en tanto tú te quejabas -¿Y el tuyo?

-Minjeong -contestaste antes de atraerme,
besándome en la boca una vez más. – Eres buena en el sexo. Desde ahora quiero que me folles.

Me reí, sin creer que ese torpe comienzo sería mí
perdición.

Nuestra perdición, Min.

Nuestra perdición, Min

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Recomiendo escuchar Born to die y Let The Light In de Lana Del Rey mientras leen está hermosa historia.

No se olviden de votar💕

Born To Die | Winrina g!pWhere stories live. Discover now