Capítulo I; Deseos

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???

Dicen que existen muchos placeres en la vida, dicen que cada día deberías disfrutarlo como si fuera el último, todos dicen muchas cosas. Pero todos suelen equivocarse muy a menudo.

¿Existen muchos placeres en la vida? No lo sé, jamás he experimentado ninguno. Hambre, sed y frío, no creo que ninguna de esas tres pueda catalogarse como un placer cuando lo único que me hacen sentir es miserable.

¿Vivir el día como si fuera el último? Claro que vivo todos los días como si fuera el último, y no creo que eso sea una vida placentera, todos los días me levanto hambriento, tengo que buscar alimento y bebida, tengo que cuidarme de otros tan hambrientos como yo o inclusive peores, tengo que tener aún más cuidado con el carnicero que suele correr tras de mi con un palo tres veces mi tamaño cuando me da por revisarle la basura, si no encuentro comida no como, si no como me muero, así que si, diría que todos los días de mi vida siempre me levanto pensando en que quizás (y muy probablemente) sea el último de mi vida.

Suelo envidiar mucho a los que pasean de un lado a otro sin preocupaciones, siempre cargados con bolsos de plásticos (que muy a menudo se atoran en mis garras) llenos de alimento ¿Cómo lo consiguen? ¿Porque no parecen lastimados cuando salen de caza como nosotros? Solo entran a cualquier sitio con paredes de cristal que parecen moverse solas cuando te acercas y salen con todo lo que yo en mis mejores sueños podría tener. No puedo comprenderlo.

Solo quiero decir que, ellos lo tienen todo, pero incluso si quieres tomar algo que ya han desechado enfurecen como si les quitaras el tesoro más preciado, vamos, ese pedazo de pan tan duro como la roca lleva en ese bote tres días, el panadero no volvió ni una sola vez por el, pero en cuanto vió que fui para buscarlo salió hecho una furia. Debo de admitir que llevo hambriento mucho tiempo y que no soy tan rápido como antes, así que cuando aquel hombre robusto me golpeó con un pedazo de madera no pude ni siquiera reaccionar. No era tan misericordioso como para matarme de una maldita vez.

— Así aprenderás gato estúpido.

¿Aprender? Oh. Claro. Aprender. Aprender cuan de irracionales y crueles son esas criaturas; pero no me miento, porque en el fondo si quisiera aprender... Yo solo... Solo quiero ser uno de ellos.

¿Lo deseas?

Por supuesto, una vida en dos patas, sin hambre, ni sed, cubierto de esa tela extraña que suelen llevar en lugar de pelos enmarañados y sucios.

Una de las tantas cosas que he aprendido a lo largo de mi corta vida es que el color de mi pelo juega muy en mi contra. Por algún motivo extraño que desconozco los humanos suelen huir de mi (en el mejor de los casos). Si me ven pasar cerca golpean el piso con los pies, escupen o me avientan lo que tienen a la mano, pero he visto por lo menos un par de veces a humanos acariciando a otros como yo, pero a la vez tan diferentes, el pelaje de aquellos gatos no es tan oscuro como el mío. Esa se convirtió en mi explicación más lógica porque es lo único en lo que no nos parecemos.

Ni siquiera era consciente de que llevaba buen rato tirado en el suelo, realmente esperaba estar adolorido pero ya ni siquiera sentía nada en la pata en la que el panadero habia acertado aquel golpe, ni siquiera tuve las fuerzas y el valor suficiente para limpiarlo o siquiera para verlo, sabía que estaba de todo menos bien porque se negaba a reaccionar cuando le ordené que caminara. Así que tuve que arreglarmelas para salir a trompicones de aquel callejon.

Gato de media noche [Sasusaku] +18Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz