Capítulo 8

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"Por Favor, necesito hablar contigo"

Esas palabras resonaban en mi cabeza, aunque no entendía porque carajos el quería hablar conmigo.
Di un pequeño asentimiento mientras levantaba mi ceja derecha incitándolo a hablar, el solamente frunció el ceño y arrugo la nariz. Que hombre tan mas tonto.

- ¡Joder que hables! No tengo todo tu tiempo - exclame un poco molesta.

- Ahh ahh si-i, si claro - dijo tartamudeando y rascándose la nuca - yo quería pedirte perdón por como me comporte el otro día, no fue mi intención hacerte enojar.

- Explícate.

- Veras, Sofia tiene una pequeña, por no decir grande, obsesión conmigo y solo la quise hacer enojar, juro por mi perro que es verdad - cuando dijo eso yo le di un ligero golpe en el hombro, el retrocedió sobándose el hombro y tropezó con una silla - ¡Heey! ¿A que viene eso?

- Nunca vuelvas a jurar en vano por un perro o te ira muy mal - dije señalándolo acusadora mente con mi dedo.

-De acuerdo, no te pongas asi - solto una ligera carcajada y aclaro su garganta - entonces... ¿Me perdonas?

La verdad no sabia si perdonarlo, tenia tres opciones:

La primera era ignorarlo, no perdonarlo, y seguir mi vida normal, aunque se que me molestara hasta que lo haga.

La segunda es perdonarlo, hacer como que nada paso, ser buenos amigos pero había un problema... Sofia.

La tercera, es perdonarlo pero no acercarme a el, por el bien de todos.

- Te perdono, pero con una condicion - el solo un ligero "te escucho" y continue hablando - No quiero que me dirijas la palabra, no quiero que me mires, ni mucho menos que te acerques - tome mi mochila y me dirigí a la puerta - conformate con que te e perdonado - Seguidamente sali azotando la puerta.

***

- ¡Clifford! Ven aca - me llamo la profesora de educacion fisica - Ve al gimnasio a guardar estos balones por favor.

La clase acababa de terminar y todos estábamos cansados después de haber jugado varias partidas de voleibol y justo a mi me tiene que hablar. Tome los balones y me dirigí al gimnasio de la escuela que para mi mala suerte queda casi del otro lado de la escuela.

Los pasillos estaban llenos por lo que mi llegada al gimnasio se hizo mas tardada porque los estudiantes que pasaban chocaban conmigo y hacían que votara los balones, no es fácil cargar 5 balones con mis delgados y débiles brazos.

Después de casi diez minutos de caminar por casi toda la escuela persiguiendo los balones que se me caían pude llegar al gimnasio. Me adentre en el y se encontraban alrededor de 10 chicos jugando Basquetbol y me obstruían la pasada para poder llegar a los contenedores donde dejaría los balones, esto se estaba volviendo estresante, si yo me movia a la izquierda, ellos tambien lo hacian y si me movia hacia la derecha, ellos tambien lo hacian, yo les gritaba para que me dejaran pasar pero al parecer no me escuchaban. En un momento de desesperación solte los balones de una y estos empezaron a botar por toda la cancha, los chicos dejaron de jugar y me volteron a ver desconcertados. Uno de ellos me ayudo a juntar los balones y se acerco apenado ante mi cara de molestia.

- Los siento no te vimos, perdon - el chico se estaba poniendo un poco nervioso porque estaba sudando y no precisamente por estar jugando.

- Estan perdonados, te agradeceria que me ayudaras a llevar los balones a su lugar, ya e batallado demasiado con ellos para venir aca - el sonrio y me indico que lo siguiera.

- Supongo que eres nueva, nunca te habia visto - dijo metiendo los balones en el contenedor.

- Si lo soy - el me dedico una linda sonrisa - Soy Helena Clifford - dije tendiendo mi mano y el la acepto gustoso.

It's SecretWhere stories live. Discover now