Llamas y Espadas 2.0

39 7 11
                                    

Mi alma no quería descansar, no podía descansar.

Quería volver a verla, sentirla, abrazarla y... Quizás besarla, digo, es lo que me arrepiento de no haber hecho en vida. Sentía que me alma estaba dentro de un bucle, donde podía ver mis recuerdos más preciados una y otra vez, dándome cuenta que en la mayoría aparecía ella, mi bella princesa.

¿Cuanto tiempo había pasado? ¿Minutos? ¿Horas? ¿Días? No lo sabía, pero ver su dulce rostro me alegraba, y aveces deseaba poder pausar las imágenes que corrían por mi mente y concentrarme solo en su bello rostro.

De un momento a otro, empecé a sentir calor... Como si las llamas que me rodearon en mis últimos momentos me apresaran. Por unos segundos (o eso creo), sentí miedo, no quería sentir esta sensación una vez más, pero al pasar del tiempo, me di cuenta que no se sentía tan horrible como lo recordaba, se sentía cálido, reconfortante, como si estuviera enfrente de una chimenea en invierno con algo de chocolate caliente.

Me sentí así por lo que supongo que fue poco tiempo, antes de sentir mi pulso volver a mi pecho, pero de una manera distinta.

Mis párpados se abrieron de par en par, estaba con la respiración agitada, mi visión borrosa. Sentía mi cuerpo más liviano, de hecho, sentía como si no pesara nada. Cuando mis ojos se ajustaron a mis alrededores, pude divisar el valle de los dragones, me encontraba en el mismo lugar en el cual había sido calcinado vivo.

Empecé a entrar en pánico, y claro, ¿Quien no lo haría? Estaba confundido, desesperado, y tenía miedo de lo que podría pasarme, pero antes de que mi mente pudiera comprender lo que me estaba pasando, escuché una voz muy ruidosa hablándome.

Parece que aún tengo essse don, fantássstico.

Rápidamente la reconocí, era la voz de mi asesino, claramente la reconocería. Supongo que en el pánico del momento y mi confusión, no pude reaccionar como se supone que debería como un caballero, me arrastré para atrás, antes de darme cuenta de que si seguía retrocediendo, caería al vacío.

El dragón solo se rió en mi cara, aunque no parecía una risa malvada ni mucho menos, solo era burlesca.

Cálmate, ¿Quieresss? No volveré a quemarte, sssi no, ¿Qué sssentido tendría revivirte?—Dijo aquella criatura, aún con su forma de galleta.

Re... ¿Revivirme?—Pregunté yo, incrédulo, no podía hacer caso a lo que estaba escuchando.

¡Mírate! Sssi es que no te hubiera revivido, ¿Te veríasss asssí? Yo creo que no.

Inmediatamente bajé la mirada a mi cuerpo, mi armadura ya no lo cubría, pero llamas de un azul fuerte si. Inmediatamente solté un grito (del cual me arrepiento bastante), haciendo el dragón rojo se riera aún más de mi.

Ay, ¡Como adoro sssusss reaccionesss! ¡Ustedesss galletasss son tan fácilesss de sssorprender con tan poco!—Siseó, mostrando sus grandes dientes en una sonrisa.

¿¡Poco!?—Dije yo, aún en pánico.—¿¡Llamas el hecho de haber revivido a alguien al que asesinaste "poco"!?—Después de unos segundos de intentar controlar mi respiración agitada, comprendí que gritar no tenía ningún sentido.—Como... No, no no... Yo no estoy vivo, no tiene sentido poder estarlo, no estando ardiendo en llamas...

—Huh, si tienesss un buen punto... Bueno, digamosss que essstásss... ¡Parcialmente vivo! Desssde ahora, puedesss vivir como un essspíritu no tan libre.

—No tan... ¿Libre? ¿De qué hablas? T-Tengo que hacerte un favor o- —Antes de continuar, el dragón me interrumpió.

¡Bah! ¿Por qué tendría que pedirle un favor a un essspíritu, sssabiendo que puedo hacer lo que yo quiera sssin casssi ninguna ressstricción?

Hubo un momento de silencio, ambos solo nos mirábamos, mientras el dragón se veía algo más incómodo.—...Sssi esss un favor.—Admitió.

Yo no me encontraba en condiciones de burlarme, todo esto era un golpe de información muy grande para mi, mi mente aún no funcionaba tan rápido como solía hacerlo.

Verásss...—Continuó el reptil.—Tengo un... Pequeño individuo como tú aquí, y... Avecesss no ssse cansssa de molessstarme... Sssi, yo misssmo lo reviví y todo essso, ¡Pero no tiene ningún derecho de querer llamar mi atención todo el tiempo! Ahí, esss cuando entrasss tú.—Dijo, apuntándome con uno de sus largos dedos.

Yo solo asentí, pero al mismo tiempo no pude evitar preguntarme: "¿Acaso un dragón, el cual es temido por casi toda Earthbread, el cual me mató a sangre fría, me está pidiendo ser niñera?"

—...¿Y que obtendría yo a cambio de eso?—Respondí, aún algo incrédulo por todo lo que estaba pasando.

Dessspuésss de unasss dosss décadasss de cuidarlo, tu alma ya no ssserá mía, y podrásss ir a donde tú quierasss.—Dijo la monstruosa criatura, y claro, eso era más que bueno para mi.

¡Trato!—Dije sin pensarlo, cualquier cosa para poder ver a mi princesa de nuevo, aunque fuera en dos décadas, era mejor que no verla nunca.

El dragón se rió y me extendió la mano, ayudándome a levantarme. El calor de mis llamas no lo quemaba, pero realmente no me sorprendía, después de todo, el mismo tiraba fuego de su boca.

Me pidió que le siguiera, y eso hice, mis pies dejando rastros del fuego color azul por las rocas, hasta que finalmente llegamos a una cueva algo escondida. El dragón colocó sus largos y filosas garras en sus labios y dio un silbido. El fuego dentro de la cueva se agrandó de una forma que nunca creí posible, pero no sentí que mi cuerpo se quemaba en lo absoluto, era como si fuera un sentimiento... Familiar.

Una figura salió de la cueva, riendo como si de un villano se tratase. Era parecido a mi, pero sus llamas eran de un rojo intenso, sus ropas de un tono más oscuro, y con una larga capa, era un espíritu como yo.

Aquel espíritu se acercó a ambos, sonriendo con algún tipo de malicia juguetona, hasta que se dio cuenta de mi presencia y su sonrisa desapareció, dando paso a una mirada curiosa.

¿Y este quien es? ¿Alguna copia mía?—Preguntó aquel ser, rodeándome mientras levitaba, mirándome de arriba abajo, como si estuviera juzgando todo aspecto de mi.

No, el esss un caballero que... Asssesssiné hace unas horasss.

¿Unas horas? No pensaba que había pasado tan poco tiempo... Espera, ¿Siquiera sabía cuando tiempo había pasado? No importa, es mejor no preguntar ahora.

Ohhhh... Así que el era el que gritaba antes... Ya veo, ya veo.—Dijo el de llamas rojas, antes de tomar mi mano y sacudirla de arriba a abajo con fuerza.—Bueno, ¡Me llamo Fire Spirit Cookie! ¡Estoy seguro que no te aburrirás conmigo!

Antes de presentarme o alejarme un poco, él soltó una risa burlesca y me llevó con el hacia afuera de la cueva.—¡Te mostraré lo genial que es ser un espíritu, ya verás!—No protesté, solo suspiré y asentí.

Estas iban a ser dos largas décadas, ¿Verdad?

Bueno, eso ya no importa, lo importante es que podría ver a mi princesa de nuevo... Mi hermosa princesa... Cuánto la amo...

Once Upon a Different TimeWhere stories live. Discover now