Once Upon a Different Time

El viento.

Habían pasado años desde que la princesa hizo aquella promesa, aún teniéndola en su mente. Ahora era mucho mas confiada que antes, había logrado salir adelante junto a la ayuda de su hermanita, ahora ambas gobernando aquel reino que las adoraba a ambas, bajo el cargo de reinas.

Ambas gobernaban de la mano, respetando las opiniones y desiciones de la otra. El tigre de su hermana era considerado parte de la familia, viviendo felizmente, sin marcar ningún tipo de peligro para la familia o los habitantes. Tiger Lily Cookie había atrapado el corazón de Rasperry Cookie, ahora ambas siendo una pareja bastante querida por el resto del reino, mientras que Princess Cookie seguía soltera.

Su plan de hace años no se había llegado a concretar, se habían dado cuenta de no estaban listos, muchas de aquellas galletas tenían familias formadas o por formar, y la princesa no iba a arriesgar la vida de sus propios habitantes... No lo había pensado antes, y eso la hacía sentir sumamente egoísta.

Ella se encerró durante días, pero, con la ayuda de su hermana, ella pudo encontrar el valor de salir de nuevo y empezar una nueva etapa en su vida... La mejor etapa de su vida.

Ahora era reina, aunque no dejaba de lado su gran espíritu aventurero, mientras que Tiger Lily prefería quedarse en el reino, disfrutando de la compañía de los ciudadanos. Tiger Lily era querida por todos, excepto por ese noble extraño de la casa de los Cranberry... Pero no importaba.

Como Princess Cookie ya no era tanto una princesa, ganó el nombre de Sweetheart Cookie, o Queen Sweetheart Cookie, pero, reina o no, su mente no podía evitar recordar a aquel caballero que la quiso proteger con su vida y alma, después to a sacrificarse a él mismo por ella y su reino.

Ella solía ir a su tumba y hablarle, contándole como le había ido a ella y a su hermana durante la semana, como estaban el resto de caballeros y sobre cosas que pensaba que le interesarían.

Aquel día, ella había ido a visitarlo una vez más.

—Hola Knight... Creo que últimamente nos estamos viendo más de lo común, ¿Eh?—Sweetheart Cookie soltó una leve risa, mientras se quedaba en silencio por unos segundos, como si esperara una respuesta que nunca llegaría.

El viento corría más fuerte de lo normal, el agua rodeando al reino estaba algo alborotada y los comerciantes no eran muchos este día, pero a la reina no le importaba.

—¿Sabes? Papá y mamá deben estar contigo ahora... Espero que todo esté bien.—Ella soltó una lagrima, pero rápidamente el viento se la llevó.—Los extraño a todos... Daría lo que sea por escuchar tu voz mandona de nuevo... Y también para que me cuidaras como cuando éramos jóvenes, tú y tus preocupaciones y yo sin miedo a nada...

Ella sonrió, le gustaba recordar esos tiempos, pero siempre la terminaban poniendo triste. El viento se intensificó un poco, pero no era frío, era un viento que, sorprendentemente, a ella le causaba seguridad.

—Es extraño que haya tanto viento... ¿Crees que sea algún tipo de señal para algo? Tu sabes que nunca creí mucho en las señales de la naturaleza, pero... No puedo evitar que todo esto es algún tipo de mensaje...

Las copas de las palmeras en la playa se movían con intensidad, los cocos estaban que caían al suelo. La princesa no quería detenerse, no aún.

—Me haces mucha falta, Knight... Me gustaría abrazarte, decirte todo lo que pienso y siento... Me gustaría darte el beso que tantas veces soñé darte cuando estábamos en nuestras aventuras...

De pronto, la brisa a su alrededor de volvió increíblemente tranquila, mientras que en el resto del pueblo se sentía igual de fuerte... ¿Que estaba pasando?

Sweetheart Cookie miró a su alrededor, intentando descifrar que estaba pasando, pero nada tenía sentido para ella. Ella sentía como algo la llamaba, una voz conocida...

—...¿Princess Cookie?

Ella inmediatamente volteó la mirada.

Ahí estaba el, su cuerpo estaba cubierto en llamas, pero no quemaba o causaba dolor... Era tibio. Su cabello rubio resaltaba con la luz que su propio cuerpo emitía, y aún así, el se veía sumamente tranquilo.

Sweetheart Cookie apenas lo vió, supo de quien se trataba... A pesar de que su cuerpo estuviera tan cambiando.

—¿Knight... Cookie?

El se abalanzó sobre ella, dándole un fuerte abrazo. La reina estaba al borde de las lágrimas, sentía que su mente le estaba jugando una mala pasada, pero... Todo se sentía tan real...

—Su alteza... No sabe cuántas lunas he esperado para verla una vez más...—Su voz no había cambiado en lo absoluto.

Sweetheart Cookie no pudo soportarlo más y me devolvió el abrazo, con lagrimas en sus ojos, resbalando por sus mejillas.

—Dime que no estoy soñando... Por favor, dímelo...

Knight Cookie soltó una ligera risa, el también parecía estar llorando.

—No lo es, su alteza... Todo esto es real, yo soy real, este momento es real...

La reina sonrió de oreja a oreja, no quería que este momento terminara.

—No sabes cuanto te he extrañado, Knight Cookie... He estado todos estos años pensando en ti, no puedes salir de mi cabeza...

—Mi reina... Me halagas, demasiado.

"Mi reina"... Sweetheart Cookie pensó que nunca iba a escuchar esas palabras de la boca de aquel caballero.

Ella no pudo contenerse más, la felicidad era demasiada y no podía pensar con claridad. Ella tomó a aquel ser por las mejillas y le dio un profundo beso, tal y como siempre había soñado hacerlo.

Aquel ser, o espíritu, no dudó en corresponder al beso, aquel que el también había esperado por años. Ambos tenían lágrimas en sus ojos y mejillas, pero aún así, disfrutaron el beso al máximo.

Una vez se soltaron, ambos se sonrieron el uno al otro.

—Me encargaré de protegerte, tal y como lo hice en vida, su alteza... Nadie nunca te hará daño.

—¿Como es que siquiera estás aquí?—La reina preguntó, aún con una sonrisa en el rostro.

—Digamos que... Hice un trato.—El espíritu le guiñó el ojo, para luego besar su frente.—Pero ya no importa... Porque me quedaré a tu lado, como siempre quise hacerlo...

—¿Crees que sea correcto llamarte Knight Cookie entonces?

—...No, llámame Blue Spirit Cookie desde ahora.

Ambos se miraron, sonriendo, mientras que la brisa a su alrededor volvía a la normalidad, y la ciudad volvía al bullicio de antes.