Capítulo 10 - Takeshi

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- ¿Y quién sería este renacuajo? - El tampoco lo tomaría en serio al ver a alguien tan pequeño.

Honestamente, él no tomaría en serio a Tsubasa, incluso con ese tono. Sería asunto de risa si no fuera por la situación. Hayato había perdido la compostura, como el, ya no estaba tan fresco como una lechuga y lo señalaría si no fuera por-

- ¿Importa? - El más miedoso de los tres se había acercado, estaba hablando de tú a tú con esta gente, y había visto las armas. ¿Tal vez Tsubasa tenía un hermano gemelo?, ¿quizás?

Iban a morir los tres allí como unos pendejos por culpa de Hayato.

- Yo que fuera tu no repetiría eso. - Sedoso, como si hubiera visto algo muy chistoso o tonto, terminando de tumbar a quien se habia acercado demasiado. Claro que esta acción no gustó. - Como decía, tienen lo que es mío, y me gustaría que me lo devolvieran.

Estaba drogado. O durmiendo. Esto era una pesadilla. Tsubasa no era capaz de hablar así, lucir así, y menos estar tan tranquilo en esta situación. ¿Estaba Hibari por ahí?, si, debía ser, tenía que ser eso...

- ¿No ves que estamos ocupados? - Tsubasa solo arqueo una ceja ante el arma que apuntaron a su frente.

Hayato debía de estarse muriendo, como él, ante el chico que solo sonrió más y se acercó hasta que el metal tocará su frente. Más divertido y sereno no podía lucir, sinceramente.

- Muy bien, ¿que se supone que quieres? - A pesar de decir esto, más de uno de ese grupo estaba con la piel de gallina solo por sus posturas ante el chico que se acercó hasta tener la punta de una pistola cargada en la frente.

No sabía que Tsubasa era suicida. No tenía idea.

- Mis amigos. - Respondió sedosamente Tsubasa, moviendo una mano a la pistola lentamente.

Lo siguiente que pasó quedaría marcado en su memoria por el resto de sus vidas y no precisamente porque notara que Hayato sacara fuegos artificiales y no llegara a tener que usarlas. No, se grabaría en su memoria por dos cosas.

La primera era como de un segundo a otra esa mano pasó de tocar el frío metal casi curiosamente para luego pasar a lanzar el arma con todas sus fuerzas a quien sabe donde y Tsubasa pasará golpear a un hombre casi tres veces más grande que el en el estómago, seguido de la cara y luego patearlo. No quedó solo en ese hombre, y todo fue tan fluido y preciso que parecía estar viendo una película de acción.

Ningún golpe le dio, los esquivó con lo que cualquiera diría pereza o los bloqueó antes de contraatacar. Los ataques de Tsubasa eran precisos, ciertos lugares, ciertos puntos, no eran golpes al azar. Desgraciadamente para Tsubasa, no tenía casi fuerza, pero dado cómo se movía...

La segunda era, honestamente, algún efecto de luz. El que Hayato pareciera ahogarse con algo y luego acercarse a Tsubasa como si no creyera que pudiera tocarlo o algo no ayudaba a su pensar.

Pero tenía que ser un efecto de luz.

Ojos casi dorados dieron con él, con ellos, por el breve momento en el que Tsubasa los miro.

El repentino cambio de actitud de ese grupo al dar con esos ojos, en medio de todo, fue... extraño.

•°•°•°•°•°•

- ¿Familia? - Repitió Tsubasa la pregunta, como si probara la palabra.

Era tan extraño ver a un grupo de gente que bien podrían ser mafiosos tenerle miedo a alguien tan pequeño. Con todo y todo, Tsubasa solo noqueo a 2, incapacito a uno, y dejó a los otros 3 con movimientos rígidos en donde les dio. Todos eran, al menos, tres cabezas más grandes que Tsubasa.

Overconfidence EffectWhere stories live. Discover now