Capítulo 5 - Hayato

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- Se puede saber en qué mierda estabas pensando maldito. - Lo había espantado, lo había espantado.

- Ma ma, no dije mentiras. - Sin poderlo evitar tomó lo primero que vio y lo lanzó con fuerza contra una pared.

Cualquier sonrisa en el rostro de Takeshi se evaporó y se formó un silencio tenso entre ellos.

- No tienes idea de cuánto me costó traerlo aquí. - Y solo por una merienda. Una que en verdad ni toco. - No tienes idea de lo que hizo o no hizo. - Si era por el vampiro super desarrollado, Takeshi se estaba preocupando innecesariamente. - Te traje aquí sin hacer ninguna pregunta, ni una. - Bueno, solo había hecho un par y realmente no contaban. - Piensa en eso.

Sin querer entrar en posiblemente la primera verdadera pelea entre ellos, tomó su abrigo y salió del apartamento.

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Ese desgraciado infeliz de mierda tenía que venir y arruinarlo todo justo cuando... ¡ugh!

- No me voy a mover. - Informo al infeliz murciélago gigante que no tenía nada mejor que hacer que venir a fastidiar.

La intención asesina en su dirección aumento y sabía que estaba a un paso de una pelea, pero le valía un carajo. No se iba a mover, le gustara a o no a este infeliz de mierda.

- El pequeño animal no está aquí. - Arqueo una ceja ante esto. ¿Hablaba?, pensó que... un momento.

- ¿Pequeño animal? - ¿A quién demonios le pondrian tal sobrenombre y por que ese sobrenombre en específico?

- El pequeño animal no es un estudiante, no lo encontraras aqui. - Repitio el prefecto demonio de Namimori como si fuera conocimiento común. - Le gusta el parque. - Dicho esto, se vio solo. Solo.

¿El murciélago gigante come hombres solo había venido a aconsejarlo?

- El parque, ¿eh? - O tal vez era solo una excusa para alejarlo de alli. Muy posible.

No perdia nada con intentar.

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Al menos podría haberle dicho que parte del parque y cuál parque como tal. Había asumido el más popular, pero era grande y no estaba tomando en cuenta las horas. Por todo lo que sabía tenía un horario preferido y no venía todos los días, y probablemente tenía un sitio favorito. Lo más seguro es que el tipo con complejo de Batman solo quería sacarlo fuera de la escuela, nada más y nada menos. Bueno, le daría unos días, y si no volvería...

- ¿Tsubasa? - Conocía ese abrigo, y conocía ese pelo hecho un desastre...

- ¿Uh? - El chico bajo el árbol se sobresaltó, y gracias a eso vio la cara. Si, era él, no tenía duda alguna. - Oh, hey Gokudera-kun. - El señor de la noche no le mintió, no le mintió.

El interés de ese tipo en Tsubasa no era para pelear o caerle a palos, no si lo conocía lo suficiente como para saber que a Tsubasa le gustaba venir aquí. No, aquí había otra clase de interés...

- Te estaba buscando en la escuela otra vez. - Confesó sin pedir permiso, sentándose bajo ese árbol también.

Entendió inmediatamente que el lugar era solo por la vista, desde allí se podía ver perfectamente el agua y los patos, incluso podía ver a la gente pasar con los perros que querían darse un chapuzón. Aparte de la sombra y lo cómodo, claro está. Lo cómodo no era tanto, pero bueno, detalles.

- ¿Perdón? - Tsubasa tenía los ojos enormes. ¿Tan raro era oír que lo estaba buscando? - ¿Dijiste que me estabas buscando?, no deberías. - Si sacaba un cigarrillo...

Overconfidence EffectWhere stories live. Discover now