Deseos Ocultos ( ZoSan +18)

18. alcohol

Sanji iba a dar el primer paso; paso el cual Zoro no iba a dudar en seguir. Pero, todo fue interrumpido cuando un Ussop volvió, y no sólo, sino en compañía de un Pedro y Brooks que estaban igual o inclusive más ebrios que él.

Sanji apretó fuerte su puño inconscientemente, pero se contuvo y actuó en paz con esos acompañantes que uno de ellos abrazo fuerte a un Zoro que tampoco estaba con las mejores de las caras.

.
.
.

A pesar de la escasa interacción, la cercanía entre ambos era palpable, sus piernas se rozaban y el silencio dominaba. No se habían tomado el tiempo de intercambiar palabras, ni se les había dado la oportunidad en la conversación.

Ese mínimo contacto era suficiente para encender a Sanji, quien se esforzaba por contenerse. Sentía el ligero calor corporal ajeno, una sensación que le pesaba en la respiración y lo incitaba a tragar más de su bebida.

El calor ascendía, alimentado no solo por la proximidad, sino también por el alcohol que empezaba a adentrarse en su sangre. Viendo la oportunidad, sin saber si captaría la atención de Zoro, Sanji decididamente se quitó la camisa de la manera más provocativa y sutil posible.

En ese instante, Sanji notó que estaba sudando, sus atractivos hombros blancos ligeramente acalorados por el calor que se extendía por todo su cuerpo.

La audaz acción de mostrar su torso pasó desapercibida para la mayoría de los presentes, excepto para un espadachín que, con disimulo, tuvo que cubrir su entrepierna que comenzó a calentarse, apartando la mirada. El cuerpo pálido con tonos carmesíes era el mismo que, en la última ocasión, lo llenó de marcas y mordidas, con tantos daños que no podía entender cómo no quedaban cicatrices de la última vez.

"Quiero morderlo", se repetía a sí mismo, luchando contra el deseo ardiente por Sanji.

Decidió limitar sus miradas en un momento crítico y optó por ignorarlo.

Sanji observó la acción de Zoro con el rabillo del ojo, y no solo no hubo reacción, sino que el espadachín parecía completamente desinteresado, al punto de hacer sentir al propio cocinero como si no estuviera allí.

Con los dientes apretados, Sanji sintió una ligera vergüenza, pero su enojo superaba incluso ese sentimiento. "¡Ni siquiera un rubor!" pensó exaltado, molesto por la aparente indiferencia de Zoro.

Agarro el sake, y trago, trago al punto en que chorreaba todo ese alcohol por sus labios, mojando todo su cuello hasta su torso, no sentía su garganta y su cabeza casi cae rendida al suelo; no era suficiente.

Abrió otra y bebió lo suficientemente como para poder gritarle en la cara a ese inútil hombre que se lo coja, inclusive delante de toda la tripulación. Todos estaban ebrios para notar en el estado que bebía el cocinero, ya que en una situación normal, no pasaría de ser desapercibido; menos para un Zoro que trataba de entender esa actitud repentina.

Sanji exhalaba bocanadas de alcohol, estaba mojado en Sake y los pantalones empapados, y aún así, su expresión era de enojó.

Observo al Marimo, y este veía hacia otro lado al beber; Ussop y Brooks hablaban, y el único que trataba de no incluir en la conversación a Sanji, era un Pedro que comprendía la situación, situación que esas dos personas no entendían.

—OE SANJI! HOY ESTAS DIVIRTIÉNDOTE! DEJAME CONTARTE LA VEZ QUE CAPTURÉ A UN GIGANTE CON LAS MANOS! —Conto entre gritos, en donde un Chopper asombrado se unió para oír la historia de Ussop.

Zoro ya había perdido esperanza de hablar con él cocinero, pero, esté no se iba a dejar perder tan fácil.

Ignoro por completo a un Ussop que contaba entusiasmado, y agarro tan fuerte al Marimo del hombro que asombro y alarmó a esté, sólo para hacerlo observar a un Sanji que estaba por morir de la ira, observándolo fijamente con esos ojos intensamente azules.