Parte 34

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Isabel-


Cuando terminé de bañarme salí del baño, me había puesto lo mismo que traía, mis piernas no dejaban de temblar mientras caminaba hacía la sala, estaba segura que ya había regresado y si, estaba sentado en uno de los sillones con un botiquín en las manos y no tenía playera.

Se estaba poniendo una gasa donde lo apuñale, después se puso una venda, le dolía, me pude dar cuenta de eso por los gestos que estaba haciendo, me acerque a él y al verme se levantó para acomodarse mejor la venda.

-Tampoco vuelvas a hacer esto.

Asentí con la cabeza, se acercó a mí y me abrazo, me apretó, instantáneamente supe lo que quería y lo hice.

-Sólo es un mal día cariño- se separó- dicen que el primer año es el más duro, te limpio esa ceja.

-No es necesario-le conteste omitiendo lo demás que había dicho.

Me volvió a ver mal y me hizo una seña para que me sentara en el sillón, le hice caso y él se arrodilló frente a mí y puso en un algodón algo de alcohol, lo paso por mi ceja y me ardió todavía más haciendo que me hiciera la cabeza para atrás.

-Tranquila, es solo para desinfectarlo.

Me volví a acercar a él y volvió a tocarme con el algodón, con un pedazo de cinta quirúrgica me hizo un parche y me lo puse en la ceja.

-Debes usar maquillaje para que no se te note ese moretón, no me gustaría verlo todos los días.

Asentí con la cabeza y él se levantó, supuse que entro el baño porque escuché el sonido del agua del lavabo, me quedé ahí sentada mientras me tocaba el pómulo realmente me dolía demasiado, nunca había tenido un dolor así, sin incluir el dolor psicológico; al regresar se sentó frente a mi.

-No quiero que vuelvas a hacer lo que hiciste hoy-me vio directamente a los ojos- odio ponerme así, he estado cambiando mucho mi carácter en todos estos meses en mi estancia haya y quiero ser un mejor hombre y esposo para ti-eso me desconcertó- pero lo que no quiero es que esa mala actitud regrese y te lastime.

Suspiro y tomo mis manos.

-Hoy te lastime, estoy arrepentido de eso, pero, quería que tuvieras bien en claro que el que manda aquí, soy yo

Asentí con la cabeza, mis manos empezaron a sudar y a temblar más de lo común, me beso la cabeza y no pude evitar reprimir hacerme para atrás por el asco.

-Y esa es otra cuestión- suspiro pesadamente y tomo mi nuca un poco fuerte- no tolero cuando me rechazas, así que, de ahora en adelante vas a dejar de hacerlo, porque no quiero que vuelva a pasar lo mismo de hoy ¿Entendido?-asentí con la cabeza y me apretó más fuerte- habla.

-S...Si.

-Así me gusta cariño, así esta mejor.

Me soltó y fue al cuarto, regreso con una chamarra.

-Voy a ir a comprar maquillaje para que te cubras ese moretón, cámbiate de ropa para que estés más cómoda.

-Si.

-No intentes volver a salir.

-No lo haré.

-¿Ya vez? Todo va a estar de maravilla de hoy en adelante, hermosa.

-Si.

-Ahora vuelvo, voy por maquillaje, no vuelvas a salir, te lo ruego.

Asentí con la cabeza y se acercó a mi molesto.

-Si, está bien-le conteste rápido y me dio un beso en la cabeza, salió, me levanté y me asome por la ventana, se fue caminando, seguramente fue por su auto, entre al cuarto principal y busque un vestido que no estuviera muy escotado, me puse uno azul cielo, había puros vestidos; volví a escuchar el chillido y volví a sacar las cosas, me quedé contemplando la foto de nuevo, me daba curiosidad saber el porque había fallecido el otro niño.

Quité la caja completamente y me di cuenta que había un cuaderno, lo tomé y lo abrí en la primera hoja, habían muchas palabras en ella, pero no las lograba entender.

Algunas que otras sí.

Eran: Isabel, mía, amor.

Era una especie de diario porque tenía fechas.

Pasé las páginas, tratando de identificar que decía, pero no le entendía mucho, era muy confuso porque escribía muy junto.

Pero pude entender algo, que simplemente me perturbó y sin duda temí por mí.


Quiero dejarla sin aliento cuando la haga mía.

Seguí leyendo con dificultad, venían cosas demasiadas explicitas, cerré el cuaderno y lo metí de nuevo, me dieron ganas de vomitar.

Salí de ahí y corrí al baño.

Después tire de la cadena y me lave la boca, me vi al espejo y estaba echa un asco.

 Prefiero morir a que este enfermo me hago algo.

Escuche el sonido de las llaves haciendo que saliera de mi transe, salí del baño y lo vi entrando con una bolsa, al verme sonrió.

-Ya volví hermosa-se acercó a mí y me dio la bolsa- fíjate como se te ve

-Gracias.

Fui al baño y saqué el maquillaje, había una base, polvo, rubor, uno que otro labial y rímel.

Empecé a ponerme la base, era igual a mi tono de piel, me vi por el espejo y me di cuenta que se podía ver hacía la habitación principal, ahí estaba él quitándose la venda.

Tenia su cara de dolor, cuando se quito la gasa pude ver la cortada que le hice, parecía muy profunda y a juzgar por su cara supe que lo era; en sus manos estaba una aguja e hilo.

Se iba a suturar el solo.

Empezó a coserse la herida, no podía dejar de verlo, sentía mucha curiosidad, parecía que ya sabía mucho sobre esas cosas. Aunque eso hacía que me diera un escalofrío de pensar como habrá aprendido a hacerlo.

Supongo que sintió mi mirada porque me volteo a ver y yo lo que hice fue seguir aplicando la base disimulando, no me puse rubor, rímel ni labial.

Salí del baño y entre a la habitación principal, lo vi poniéndose una musculosa. 

-Perdón- siento que lo tenía que decir, aunque realmente no lo sintiera.

-Ven aquí pequeña.

Me senté en la cama temblorosa y el se dio vuelta para ir a donde estaba.

Me senté en la cama temblorosa y el se dio vuelta para ir a donde estaba

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-Eres mi pequeña Isabel.

Acosador (Bill Skarsgård)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora