🐯🄳ⓞ🅂🐯

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La carretera gris parecía ser eterna durante el viaje de Roronoa Zoro rumbo a Flevance, los finos ojos del peliverde fijos al frente y la mente viajando en sus pensamientos, definitivamente él nunca esperó vivir aquello.

Mierda, Zoro ¿y si sólo estás imaginando cosas?. Se preguntó el joven mientras chasqueaba la lengua desesperado y revolvía sus cabellos esmeraldas bastante estresado. ¿Híbrido? ¿es en serio? definitivamente el trabajo te tiene loco. Volvió a pensar, tratando de relajarse y concentrarse en el largo día de trabajo que al pobre le esperaba. Pero esos ojos... esos ojos brillantes como la dulce miel, tan profundos como un agujero negro y tan hermosamente peligrosos como su lado de leopardo. Zoro suspiró, en su vida había visto unos luceros tan preciosos como los del gatote salvaje que se convertía en humano como transformer en auto. Zoro rió ante la comparación.

Hay comparaciones estúpidas y después viene la tuya, Roronoa Zoro. Atacó el subconsciente del peliverde.

Pensamientos estúpidos, ojos bonitos y gatotes salvajes pasaron en la mente distraída de Zoro hasta que por fin ¡por fin había llegado a maldito Flevance! y a pesar de que llegaría ocho minutos tarde, el peliverde bajó a una cafetería, necesitaba cafeína en su organismo ya que la junta que se aproxima no parece tener fin. Y no es como que a Zoro le gusten tanto las reuniones siendo el asistente de su asqueroso y gordo jefe.

—¿Alguna idea para alguna prenda en primavera, Roronoa? —pregunta el jefe de Zoro, San Ethanbaron V. Nusjuro.

Zoro pestañeó repetidas veces para esfumar el sueño y aclaró su garganta, su mano estiró el pequeño nudo de su corbata negra y suspiró.

—¿Nuevos modelos en bañadores? —sugirió inseguro, realmente no sabía porqué mierda estaba con la duda en su voz si ya hasta bocetos nuevos tenía para los nuevos modelos en su empresa de moda.

—Buena idea, Flevance tiene playas preciosas ideales para lucir un lindo traje baño. —Nusjuro, quien estaba sentado a un lado del peliverde y a la cabeza de la mesa de juntas, asintió bajando su mano para rozar el muslo de Zoro, actuando como si nada malo estuviera pasando.

Y es que el peliverde lo notó e incómodamente se cruzó de piernas para alejar la mano de su jefe fuera de su cuerpo. Tranquilo, se repetía Zoro nerviosamente.

No era la primera vez que el pervertido de su jefe trataba de robarle un beso o tocarle en partes sumamente prohibidas que sólo una pareja suya podría tener el privilegio de tocar; como su trasero, o las caras interiores de sus muslos... o su entrepierna.

Zoro siempre trataba de alejar las asquerosas manos de Nusjuro sobre su cuerpo. Dios mío ¡el hombre tenía sesenta y cinco años, estaba casado y tenía tres hijos mayores que Zoro! ¿de dónde mierda el peliverde podría pensar que podría ser una noche para el viejito con ganas de un polvo? ¡ni para el arranque tendría fuerza! Además... ¡no era su tipo en caso de que le gustara asaltar bastones!

Pero claro, Zoro tuvo que soportar para alejar las manos del anciano durante dos horas y media.

—¿Lo notaste, verdad? ¡ya me tiene harto! —exclamó Zoro con sus carpetas en sus manos apegadas a su pecho.

—¡Por supuesto que lo noté, cariñito! El señor Nusjuro realmente es asqueroso contigo. —le acompañó una pelirosa en su musculoso brazo entrelazado con el de Zoro.

—Tashigi, ¿podrías matarme y acabar con mi sufrimiento? —Zoro preguntó, sentándose cansadamente sobre su silla de oficina a la vez que lanzaba sus papeles en su escritorio.

ᒪEOᑭᗩᖇᗪO ✧ 𝗟𝗔𝗪𝗭𝗢Where stories live. Discover now