Capítulo 19

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Emiliano soltó el teléfono, estaba temblando ¿Qué iba ha hacer ahora? ¿Quién fue? Aurora tenía la misma expresión que él.

Sin saber que decir simplemente se desplomó en el suelo, Gavi no estaba en un buen momento, y enterarse así... Debió hacerles caso a los demás. Debió decirle.

—¿Cómo pudo pasar esto? ¿Quién fue?—Aurora preguntó temerosa, intentando no perder la calma.

—No sé, no sé, se supone que solo lo sabíamos yo, Lionel, Scaloni, Xavi y un contacto de Lionel, no sé como paso esto.

Ambos se miraron preocupados, sabían que esto sería mucho para Gavi.

—Tienes que decirle tú mismo, antes de que alguien más lo haga, antes de que vea las noticias.—Dijo Aurora, al menos su hijo se enteraría por Emiliano y no por otros.

—Tengo miedo... É-Él se convirtió en mi todo, Aurora vos no sabes cuanto miedo tengo.—Ahí, en el pasillo del hospital, en el suelo y llorando Emiliano parecía un niño asustado, a Aurora se le rompía el corazón al verlo así.

—Lo sé, pero lo has hecho todo por él, solo necesitas contarle la verdadera historia, la verdad por la cual no creció contigo y su madre.

Aurora lo ayudo a ponerse de pie, admiraba mucho a esa mujer, aun en una situación como esta, ella intentaba darle fuerzas.

—La prensa no va ha tardar en llenar el lugar, tan pronto como le den el alta, llévalo a tu casa, veremos la forma de sacarlo sin que lo vean.

Emiliano asintió, se seco las lágrimas que se habían escapado y tomo su teléfono, necesitaría ayuda para sacar a Gavi sin que la prensa se diera cuenta.

—Vení al hospital y traele a la garrapa esa.—Dijo para luego colgar, esos dos iban a servir.

—¿A quién has llamado?

—A las dos garrapatas de nuestro hijo.

Gavi volvía a la conciencia de a poco, la luz lo molestaba, cerró unas cuantas veces sus ojos para finalmente abrirlos y encontrarse con una bonita imagen

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Gavi volvía a la conciencia de a poco, la luz lo molestaba, cerró unas cuantas veces sus ojos para finalmente abrirlos y encontrarse con una bonita imagen.

Emiliano a un lado de su camilla, con la cabeza apoyada en la de su madre quien tenía la suya apoyada en el hombro de Emiliano, era extrañamente reconfortante.

Sus dos figuras importantes ahí, verlos a ellos tan solo despertar era un alivio, le hacía sentir protegido.

—Grandote.—Llamó tocando su brazo, el mayor abrió sus ojos desorientado se fijo en él y luego en Aurora.

—¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Queres algo?—Gavi rió por las preguntas, era algo a lo que le costó acostumbrarse, Emiliano hacia de todo para cuidar de él las veinticuatro horas del día.

—Tranquilo, estoy bien solo quiero un vaso de agua por favor.

Emiliano asintió, de forma delicada puso la cabeza de Aurora en la cabecera del sillón, la tapo con su abrigo y fue hasta el mueble cerca de la puerta.

Soy Emiliano...Tu Padre Where stories live. Discover now