Capítulo 2

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Decir que Emiliano estaba sorprendido era poco, tristeza, felicidad, dolor, angustia, eran los que predominaban en él.

Tristeza por saber que el amor de su vida, a la que nunca pudo olvidar, ya no esta. Felicidad al saber que tiene un hijo, el fruto de su amor con Claudia.

Dolor por perderse tantos años de la vida de su hijo, y que este ni sepa de su existencia.

Y angustia, angustia por no saber nada del paradero de su hijo, si aún está vivo, han pasado diecinueve años.

¿Quién le asegura que su hijo esté aún con vida? Accidentes, enfermedades, la covid, todo eso pudo haberse llevado ya a su hijo, y él apenas y conoce de su existencia.

Emiliano necesitaba ayuda, y solo hay una persona que puede ayudarlo sin levantar sospechas.

Tomó sus llaves, la carta y salió rumbo al aeropuerto, Lio es el único en quien confía para poder saber algo más de su hijo.

Sin equipaje, ni otra cosa que no fuera la valiosa carta, Emiliano abordo el primer avión con destino a Miami.

¿Se parecerá a él o Clau? ¿Le gustará el fútbol? ¿Habrá crecido con los padres de Claudia? Y si fue así ¿Por qué nunca lo contactaron? ¿Por qué hasta ahora? ¿Y quién envió la carta?

Esas y más preguntas eran las que surgían en su cabeza, su hijo en estos momentos tendría diecinueve años, Claudia escribió la carta estando embarazada de seis meses, entonces su hijo habría nacido a finales de Julio o inicios de Agosto. Después de la visita a Leo piensa tomar otro vuelo con destino a Argentina, los padres de Claudia tal vez aún estés con vida, y su hijo tal vez también esté con ellos.

Horas después, Emiliano finalmente piso suelo americano, ya le había enviado un mensaje a su amigo, y este ya debería de estar esperándolo en el aeropuerto.

Pudo distinguir a su enano amigo, cerca de la sala de abordaje. Como no tenía equipaje, no tuvo que esperar por el, así que fue directamente con Lio.

Lionel lo recibió con un fuerte abrazo.

—Emi, es un gusto verte hermano, vení vamos a casa.—Lio no hizo preguntas, sabía que lo que fuera que le pasaba a Emiliano, sería mejor hablarlo en privado.

—Gracias...

Veinte minutos después, ambos argentinos ya estaban en la casa del más bajo. Emiliano saludo a su amiga, y a los hijos de Leo.

—Emi, vamos a mi despacho.

Emiliano siguió a Lio, apretando la carta que estaba en el bolsillo de su chaqueta.

Una vez solos, sin ojos curiosos, Emiliano finalmente se dejó llevar por las emociones, lloro en silencio, le dio la carta a Lio quien se asustó por la forma en que su amigo prácticamente se derrumbó.

Termino de leer el contenido de la carta y lo único que pudo hacer, fue abrazar a su amigo.

—No te preocupes Emi, vamos a encontrar a tu hijo, yo te voy a ayudar, pronto lo vas a tener con vos.

—¿Qué pasa si él no quiere conocerme? Pasaron diecinueve años ¿Y si ni siquiera está vivo? Lio tengo miedo, miedo de lo que pueda encontrar, y de lo que no pueda encontrar.

—Lo sé, pero ¿Y si tu hijo aún te está esperando? Al menos le debes eso al pibe, él necesita conocer a su padre, y vos a tu hijo, hermano vamos por él.

—¿Qué? ¿Ahora?

—Sí, nos vamos a Argentina, tengo un Jet privado ¿Aún tenes la dirección de la casa de tu ex novia?

—Sí.

—Bien, voy a comunicarme con mis contactos en Argentina, todo será de la forma más discreta.

Emiliano aún sentía mucho miedo, pero Lio tenía razón, tal vez su hijo lo esté necesitando, el no va a volver a fallarle.

Así ambos amigos abordaron el Jet con destino a Argentina, Emiliano no sabe que vaya a encontrar, pero esta seguro de algo.

—Pase lo que pase, haré lo que sea para poder tenerte entre mis brazos... Hijo.—Dijo sosteniendo la carta.

Soy Emiliano...Tu Padre Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin