RICHARD

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La lluvia ligera le había cogido camino al hostal empañándole las gafas, provocando que metiera los pies en un gran charco de lodo mojándose hasta las pantorrillas.

ꟷ¡Demonios!

ꟷ¿Estás bien? ꟷVolteó sorprendida al tiempo que un chico con unas copas encima le extendía la mano. ꟷTe ayudo.

ꟷNo, no es necesario yo... ꟷDemasiado tarde, el joven ya le tomaba de la mano y la cintura ayudándole a regresar a la banqueta.

ꟷDisculpa mi pésima apariencia y las copas que llevo encima, pero ¿me han mandado a volar sabes? Mira que bellas son y no las quiso, simplemente las dejó sobre la mesa y se fue. ꟷLe mostraba un ramo de rosas rojas al momento que le sonreía de manera distorsionada.

ꟷYa me dirigía a descansar si me disculpas de favor.

ꟷOh si lo lamento, no busco nada, solo quería que alguien me escuchara, perdona si te he molestado, buenas noches. ꟷAcomodó el saco sobre las flores para que no se maltrataran con la lluvia, y se alejó hablando consigo mismo cabizbajo, provocando que se sintiera culpable.

ꟷ¡ESPERA! ꟷLe gritó mientras se acercaba y le tomaba suavemente del hombro. ꟷ¿Te gustaría tomar un café?

ꟷ¿Has cenado ya?

ꟷSi hace unos momentos, pero bien me apetecería una rebanada de pastel o una buena taza de café. ꟷÉl le miró con felicidad mientras sacaba un pañuelo secando su rostro, pues el cabello le caía hasta la nariz goteándole.

ꟷBien, en ese caso sígueme conozco un sitio que te gustará. ꟷLe extendió el antebrazo para que lo tomara. ꟷEs más, si no te importa ¿me aceptarías las flores? Solo como un favor sin que te sientas comprometida, en ese restaurante me conocen y no quiero que piensen que soy un fracasado. ꟷElla asintió.

ꟷEste sitio al que iremos es un famoso salón que data por el mil ochocientos me parece, la alcurnia venía siempre aquí a beber y a criticar a todo el mundo, incluso se cuenta que en la parte de atrás las chicas daban servicios sexuales, y se ofrecía el consumo de opio, permitiéndoles dar rienda suelta a sus deseos. ꟷAlzó las cejas mientras le sonreía.

ꟷEn ese caso al parecer no ha habido mucho cambio en las actividades, ¿o sí? ꟷSe miraron riendo y caminando más a prisa.

ꟷNo, tienes toda la razón, por aquí es. ꟷPasaron por un callejón estrecho y salieron a una pequeña plaza, en donde una fuente sonaba en una esquina.

Al paso por uno de los faroles, decidió mirar hacia arriba notándole los rasgos más a detalle. Le parecía que era algo diferente a los chicos que conocía, pues llevaba una piel blanca salpicada de pecas a la altura de la nariz muy recta, ojos color miel claro y el cabello ligeramente largo.

Más adelante una gran vidriera iluminaba hasta la banqueta, leyendo el anuncio luminoso "La recoleta" ꟷ¿Me permites? ꟷSe acercó y abrió la puerta para que ella pasara. ꟷAl ver la lujosa sala se sintió apenada, no debió de aceptar la cita.

ꟷ¿Por qué no fuimos a un sitio un poco más sencillo?

ꟷ¿Lo dices por la vestimenta?

ꟷSi bueno, finalmente vienes de traje y yo vengo tan... fuera de contexto.

ꟷDescuida aún con el outfit correcto sería imposible que no voltearan a verte. ꟷLe guiñó un ojo y le dio un suave empujón por la cintura forzándola a entrar, mientras tomaban asiento en un gabinete a un costado del restaurante, y este enseguida llamó al camarero para pedir dos cafés y una charola de pastas secas para empezar, cuando el viejo tras la barra levantó la mano saludándole.

Crónicas en llamas TOMO DOS "MASCHERA"Where stories live. Discover now