Capítulo 8: Entre paradojas II

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Cerca de las 7:04 p. m. Yoongi finalmente había llegado al departamento, un poco tarde a su parecer debido al tráfico de esas horas y las vueltas que su chofer había hecho. Cuando salió del auto el viento parecía ser amable con él, pero su corbata comenzaba a molestarlo y su saco era más caliente de lo habitual.

Esperó el ascensor, y al minuto de espera, subió después de una familia, pero antes de que las puertas metálicas se cerraran por completo una mujer de mediana edad y cabello rizado entró de la manera más calmada posible, dándose su tiempo.

Yoongi no le estaba tomando importancia ni atención, muy ocupado en quitarse la corbata que se había vuelto un nudo por la maniobras que estaba haciendo. El sentirse nervioso tampoco lo ayudaba con su labor. Desde que la idea se planteó en su cabeza no dejaba de darle incontables vueltas, recordando su época de estudiante y todo lo que le enseñaron en algún momento en dichosa materia, buscando una explicación que respondiera su enredo.

—Últimamente las cosas se han estado complicando, ¿no crees?

Yoongi alzó la mirada al escuchar la voz de la mujer dirigirse a él y solo asintió dándole la razón, le había hablado con tanta confianza y con un tono cariñoso que no dudó en mostrarle también una sonrisa.

—Ya lo creo, y las soluciones parece que nunca quieren llegar. —respondió.

—Mi padre solía decir que el mundo chocaba entre otros para encontrar las soluciones que el ser humano es incapaz de encontrar.

La mujer notó la gran interrogante reflejada en los ojos del joven hombre de cabellos azules, por lo que continuó hablando.

—No busques demasiada ciencia en tus más profundos deseos porque terminará asfixiándote como tu corbata.

Las puertas metálicas se abrieron en el segundo piso, donde la mujer bajó sin decir más y mediante la pequeña franja que las puertas dejaron antes de cerrarse por completo. Yoongi apreció la manera en que ella desapareció en un abrir y cerrar de ojos, su boca se abriéndose ligeramente y sus ojos parpadeando con rapidez.

Las puertas nuevamente se abrieron y él salió del ascensor caminando con pasos confusos, aún con su mente divagando en distintos lugares, las sagas de Marvel haciendo algunos cameos en sus memorias que lo dejaban aún más confundido.

—¿Qué se supone que tengo que hacer? —musitó.

Estaba por abrir la puerta con ayuda de sus llaves, pero en su lugar fue recibido por una desordenada cabellera rubia y dos ojos brillantes que fruncieron sus cejas al verlo.

—Llegaste tarde, Yoongi, ¿sucedió algo?

La voz de Jimin llegó hasta él como un regaño, pero uno cariñoso. Yoongi detuvo todas sus acciones y ladeó la cabeza ante aquello. ¿Era posible que Park Jimin estuviera preocupado por él?

—¿Estabas preocupado por mí? —le preguntó con incredulidad.

—¡Lo estaba! Las calles de la ciudad a estas horas suelen estar atascadas con accidentes recurrentes, además, no le enviaste ningún mensaje a la señora Yeo, a ambos nos preocupaste.

—Señor Min, lo que dice es cierto. Recién llamé a recepción para preguntar, y cuando dijeron que usted tomó el ascensor, el señor Park estaba por ir a encontrarlo.

El corazón de Yoongi dio un enorme vuelco al escuchar a la anciana, sus orbes negros clavándose por unos segundos en el avergonzado rostro de Jimin por verse delatado. Describir la felicidad que inundó su ser sería imposible, porque por mucho tiempo esperó que su novio abriera la puerta o de sorpresa cayera en el ascensor para recrear una escena cliché, de esas que amaba pero nunca sucedió.

YOUNIVERSE. ➸yoonminWhere stories live. Discover now