52.COMPASIÓN

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MASON

—¿Qué hiciste ayer?—pregunta Ben.

Kai alza la mirada, frunciendo el entrecejo y esperando una respuesta.

Sonrío emocionado queriendo contarles todo.

—Solo estuvimos ella y yo en la tienda de M&M'S. ¡Me vuelven loco! Creo que se me subió el azúcar.

—Suerte del principiante—murmura Kai.

—¿Envidia, cielo?—me burlo toqueteando el masajeador que tengo en las piernas.

—Pues sí, para qué mentir ¿no?

—Hombre, mentir está mal...—murmuro y cuando escucho un carraspeo por parte de Chilly y una risa burlona de Kai, suspiro derrotado.

Ahí vamos.

—Le dijo la sartén al cazo.

—Ya...—empieza Ben pero Kai no se detendrá. Yo lo sé. Es tan o más terco que Afrodita.

—No te la mereces. Es patético que siga contigo—bufa negando con la cabeza.

—Ahora estamos mejor que nunca...no he sentido en todo lo que llevamos, que nuestra relación sea tan fuerte como lo es ahora. Es más, creo que se ha reforzado al nivel de que nos da igual los demás y sólo nos enfocamos en nosotros. Llevamos sin discutir desde las vacaciones. Ayer, con planes tan simples, me lo pasé fenomenal. A Frofi nunca le han gustado los planes simples y está disfrutando de ellos. Es un gran avance.

—Mase, está bien que estéis bien pero lo mejor es que se lo digas. Mejor antes que después, sólo estás posponiendo lo inevitable siendo egoísta.

—Terminará conmigo—susurro mirando fijamente el césped artificial sin querer ver la mirada desaprobatoria de mis amigos—No quiero eso, Ben. La amo más que a cualquier otra cosa.

—No lo hará si lo habláis.

—Debería terminar contigo—resopla Kai.

Levanto la mirada y bufo hacia mi amigo inglés, ignorando al alemán.

Que aunque lo ignore tiene más razón que un santo.

—¿Crees que seguirá conmigo como si nada cuando le diga que la dejé sola en una isla a miles de kilómetros lejos para correr hacia mi ex?—pregunto tragando saliva—Ni yo perdonaría eso.

—Pues claro que no, ninguna persona podría—bufa Kai.

—Hombre así...—Ben chasquea la lengua y me mira—Pero hay otra manera de explicarlo y es que tú volviste engañado. Ella te manipuló y tú accediste porque tenéis un pasado, y sabemos cómo de romántico, leal y buena persona eres. Afrodita lo entenderá. Además, no hiciste nada, fuiste a su casa y cuando viste que mentía, no volviste a verla.

Trago saliva apartando, de nuevo, la mirada.

Si he vuelto a verla.

—Esa está loca, mentir con que está embarazada...¿Qué tipo de persona hace eso? Cuanto más lejos, mejor, Mason—dice Timo que hasta ahora no había abierto la boca.

—Timo...¡mierda! ¡estáis ciegos! Él le mintió a Afrodita, ¿qué más da la clase de persona que sea la loca de su ex? Aquí lo importante es que él le dijo cosas horribles a Afrodita estando en esa isla, la dejó sola y cuando volvió le echó el marrón haciendo que se sienta fatal.

—¡Iba a decirle la verdad! Tú fuiste el que mintió—exclamo molesto con él.

Aunque, de nuevo, él tenía toda la puñetera razón.

Un amor a medidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora