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Al final entenderán, que el amor no es cuestión de años  o una eternidad, a veces solo bastan minutos para saber que alguien es especial ”


Pip estába postrado en su cama, las sábanas cubrían ligeramente sus muslos lastimados, las heridas seguían presentes y ni hablar de sus costillas rotas que le impedía moverse. Llevaba casi una semana viendo aquellas cuatros paredes de su habitación a excepción de las visitas de Butters quien lo ayudaba a bañarse y curar sus vendajes.

Aún no entendía con exactitud que había ocurrido. Estaba a punto de morir, pero está vez alguien lo ayudó y cada vez que recordaba de quién se trataba; una sensación de mareo lo embargaba.

Craig lo había llevado en brazos, sintiéndose lo bastante seguro, para abandonar el miedo que tensaba su débil cuerpo, cayendo en un profundo sueño.

—Craig.— susurró; entrando una emoción inexplicable que quizá le provocaría el llanto.—Me ayudaste.

El británico se quedó mirando fijamente el techo esperando algún tipo de respuesta. Arrepintiendose al instante, notando un gran agujero negro perforado su habitación, dándole pasó a un orgulloso  Demonio con ojos dominantes que apenas y podía reconocer.

—Fui yo quién te salvo. Ese “idiota" solo fue un estorbó .—contestó resaltando aquélla palabra detonante.

—No lo creo—dijo Pip en voz baja ignorando por completo a Damian; quién frunció  el  ceño molesto.

Durante la semana completa Thorn lo visitaba todas las tardes después de la escuela para seguir ayudándolo con sus tareas, ahora era más complicado todo; ya que tenía un mes de incapacidad por parte de la escuela.

—Cuantas veces te he dicho que no me gusta que llegues a mi casa sin avisar.— exaltó Pip

Damian fingió un bostezo y miraba atentó los extraños movimientos del británico; quién trataba de ponerse de pie sin llorar de dolor.
Thorn no podía creer lo desgarrador que era ver al rubio sufrir de esa forma. Muy en el fondo sentía culpa de las desgracias de aquél chico. Entonces la única forma de poder dormir por las noches sin sentirse una mierda total era ir a la escuela para que  puedan ir a la universidad; sin embargo sentía que no era suficiente y lo visitaba todos los días para “cuidarlo” pero para Pirrup solo era una carga que no aportaba nada bueno en su vida.

—¡Idiota! ¿¡Qué crees que haces!?
.—gritó el demonio acercándose a Pip para evitar que diera un pasó. Colocando sus brazos alrededor del rubio y el otro alrededor de la flexión de sus rodillas. Pirrup  no puede evitar entrar en pánico, asustandose de inmediato. No era necesario que Damian lo cargará, le era tan incómodo tener que verlo y ahora estar tan cerca de él provocaba que sus pulmones comenzaran a quedarse sin aire por los nervios, sus ojos solo podían observar con detenimiento aquellos rubíes que reflejaban molestia.

—¿Por qué hacés ésto?.—preguntó el británico, sintiendo un dejá vu invadir el momento.

Claramente no era la primera vez que estaba entre sus brazos, en su relación el 50% se encontraba sobre él. En verdad era su parte favorita del día, era lo único que podía llamar “suyo”. Hasta que vio a otra mujer ser cargada de la misma forma, por el mismo hombre y a pesar de que ya había pasado mucho tiempo, ese recuerdo siempre le hacía un nudo en la garganta. Nadie más que él, sabía lo doloroso que había sido estar con ese demonio mentiroso.

—Porque eres con él único débil que haría algo así.

Esa respuesta detonó que Pip lo mirará con total repulsión, a punto de soltar esa bomba que llevaba cargando, pero el timbre de la puerta no se hizo esperar, evitando la tragedia.

Damián suspiro molesto, estaba tratando de convencer al menor con sus encantos pero ese tipo de interrupciones no ayudaban en absoluto, acercó a Pip a la puerta; quien no dudó en sostenerse del cerrojo de la madera, dejando caer su adolorido cuerpo en esta para abrir lentamente.

—Quería asegurarme de que no estuvieras muerto.

El británico no podía creerlo, el mismísimo Tucker estaba fuera de su casa, asegurándose de que se encontrará bien. Era algo que lo tomo totalmente por sorpresa, sonrojándose al instante, recordando que seguía en pijama a altas horas de la tardé.

—Yo lo lamento mucho si te causé problemas.—exclamó nervioso.

—Yo no soy quien fue golpeado por imbéciles, así que no te lamentes o terminare pensando que eres un idiota que no reconoce su valentía. Considero que valió la pena salvarte y no dejarte morir.

Las conexiones existen, surgen solas y no se dan con cualquiera. En un mundo donde incluso la inteligencia comienza a ser artificial, es importante rodearse de realidades. De la autenticidad de una buena conversación, de una conexión real, de un abrazo por la espalda. Así se sentía hablar con Craig, una persona lo suficientemente inteligente para no desconectarse del mundo real.

—Toma ésto y alimentate.—dijo Tucker, entregándole un recipiente llenó de hotcakes.— A Tweek  le gustaron; así que logré mi objetivo.

Con su típica cara de pocos amigos, se despidió y sin agregar algo más, dió la medía vuelta, ignorando por completo el asombro del rubio; quién a duras penas podía mantener el equilibrio. Eu alma estába extraordinariamente feliz, nunca nadie lo había tratado con tanta compasión y no precisamente por lastima como la ayuda que recibió antes, está vez se sentía diferente.

—Eres idiota ¿No?

La violencia en esas palabras lo hizo reacciónar, cerrando la puerta al instante.

Damian lo vió y no pudo odiarlo. Sentía náuseas con solo pensar que Pip tuvo un tipo de atracción por ese asqueroso homosexual, las emociones eran algo repugnantes y difíciles de ocultar, los ojos de Pirrup mostraron una notoria gentileza, en verdad parecía estár agradecido con ese patético imbécil.

—Eres tan ingenuo, ese humano está enamorado de alguien más.

Pip no sabía con exactitud de que estaban hablando; pero Damian parecía muy enojado y eso lo aterraba.

—¿No te da vergüenza ?

El británico dejo el recipiente en el suelo y se recargo sobre la pared, su cuerpo volvía a sentirse pesado y entonces se dió cuenta de que aquél Demonio sabía su mayor secreto, incluso llegó a pensar que nadie se enteraría.

A veces caemos en un pozos  de melancolia que surge dentro de nosotros y creemos que es el fin, que moriremos alli dentro hasta que aparece alguien; que te ayuda sin tocarte, te consuela sin abrazos o palabras. Pip no justificaba sus vacíos, a veces podía parecer la persona más feliz en este planeta, pero por dentro existían tristezas inexplicables, heridas que duelen en plena madrugada y en cualquier instante. Hasta que lograba mirar a esa persona...

Mintió, lo del supermercado no era su primer encuentro, llevaba algunos meses observándolo no de una forma pervertida o acosadora solo lo admiraba, Damián lo había dejado sensible y vulnerable pero eso no le impedía desear algo como lo de Tweek y Craig; así que estudió de cerca su relación, pero nunca imaginó que sentiría algo por Tucker, eso no estaba planeado, tampoco era algo que le diera orgullo así que se puso límites, nunca mencionaría nada sobré eso ni tampoco se haría ideas con un “Tal vez...”

Damián no tenía nada claro, podía hacer lo que quisieran porque ellos ya no eran nada,pero algo dentro de su cabeza no dejaba de causarle molestía, tensando cada músculo de su cuerpo y comienza a reír.

—¿Qué es tan gracioso?

Thorn con ironía suspira, se acerca al menor jalando su camisa.
Pirrup lo mira horrorizado por la forma tan salvaje de juntar sus labios, que podría jurar que si no fuera por su cuerpo adolorido, lo hubiera alejado.

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⏰ Última actualización: Jan 26 ⏰

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