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El invernadero estába abierto. El aire puro movía sus cabellos de oro, no sabía si era correcto acercarse, no quería interrumpir. Pero la imagen de Kenny indagando el olor de una rosa, lo hacía perder totalmente el control.
Le gustaba observarlo a escondidas; sin embargo, sólo fue cuestión de un segundo, de un parpadeó, para que él cielo fuera testigo de una mirada que robaba miles de alientos en tan poco tiempo y como si una mirada no bastará, se le sumaron sonrisas.
Butters cierra los ojos, dejando escapar un suspiro, la emoción se presenta en su cuerpo cuando McCormick estaba frente a él extendiendo su mano, para correr juntos a un salón de bailé dentro de una residencia, cuya arquitectura era barroca predominando los muebles de porcelana y esos grandes ventanales que se ubicaban en la parte delantera de la casa. El candelabro colgaba de ese artístico techo, iluminando la sensación de infarto de un nuevo romance.

—¿Quieres bailar?—le pregunta con un tono dulce.

Stoch suelta una risa por lo bajó y asiente con la cabeza, Kenny lo observa como si fuera lo más bello y querido que ha visto en su vida; lo toma con delicadeza de la cintura para balancearlo con su cuerpo pegado al suyo, al ritmo de la canción. Butters se siente cálido bajó el tacto y lleva su propia mano sobre la de Kenny.
Ambos se miraron de forma penetrante pero no dejan de bailar, solo hubo sonrojós ocultos cuando uno de los dos se acercó más de la cuenta en un movimiento casi inconsciente. Kenny podía sentir el aliento de Butters en su mejilla, soltando una discreta risilla por el sonrojo del menor.

So this is love...
So this is love ...
So this is what makes life divine ...

Stoch siente un escalofrío al escuchar a Kenny tararear la canción cerca de su oído, para así cantarle con una voz que se asemeja más a un susurro. Como un secreto que no debe ser revelado. Su canto parecía desvanecerse conforme cada palabra que salía de sus labios. Butters cerró los ojos e inhaló el embriagante olor a vainilla que desprendía Kenny , permaneciendo  cerca de él para extasiar el dulce aroma.  Era un sentimiento lleno adoración mutua que  desvanecía toda crueldad de sus infancias.

—¿De tantos chicos, tenía que ser yo?.—desbordo Kenny con dolor, optando por acariciar la mejilla del menor.

Butters se queda confundido ante la pregunta; pero prefiere dedicarle una fina sonrisa ante el contacto, dejando estático al mayor.

—Eres tú y siempre será tú.

Kenny  no podía creer lo dicho, era como si Stoch supiera que estaba cometiendo el peor error de su vida pero no le importará. Es como ver a un pequeño niño inocente pidiendo que lo quieran.

—El no va a cambiar...No importa cuánto lo ames. Duele decirlo pero el verdadero Kenny te haría mierda.

Entonces es hasta ese momento que  Butters siente la soledad invadiendo. Ahora mismo esas palabras lo torturaban, como si su corazón estuviera en llamas y quemara todo su ser, quería llorar hasta sentir que su piel se quedará seca. ¡Joder acaba de ahogarse en su propia idealización!

Los brazos de Kenny se envolvieron en su cuerpo acogiendolo con cuidado en su pecho y le susurro:

—Desearía ser real.

Butters conectó su última mirada con McCormick, rogando piedad en ellos y  lo lanzó a un abismo oscuro, dejándolo caer en su grotesca realidad...terminando con tan hermoso e imposible sueño.

terminando con tan hermoso e imposible sueño

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