25. (Parte 2) "Nuestra Destrucción"

Magsimula sa umpisa
                                    

—Gracias—abre sus brazos y me hunde entre ellos en un segundo, haciéndome sentir reconfortada y plena de tenerle a él siempre presente—, diviértete mucho, por favor.

—Por supuesto que sí.

Joey me deja ir, me dedica un guiño fugaz y se dirige rápidamente hacia la salida del departamento, abre la puerta y me observa bajo el umbral.

—Nos veremos pronto, Rach—sonríe.

—Michael y yo volveremos antes de que se lo esperen.

Agranda su sonrisa, y desaparece de mi vista sin decir una palabra más. Me percato de la hora apenas tengo la oportunidad; las 7:20 de la noche. Maldición, aún no terminaba de arreglarme. Siento la presión del tiempo sobre mí, dejo el videocasete sobre la mesa del comedor y vuelvo a mi habitación con movimientos torpes y detenidos por los nervios que comenzaban a aumentar rápidamente.

Tomo los pendientes entre mis manos e incluso emprendo una batalla por colocarlos, no comprendo el por qué del nerviosismo, no ahora. Me dirijo a mi alhajero, lo abro cuidadosamente y tomo entre mis manos el prendedor que Michael me había obsequiado entre mis manos. Lo observo en silencio, me derrito al recordar todo cuánto me había logrado inspirar a sentir y lo posiciono cariñosamente a la altura de mi pecho.

Pincho mi dedo al penetrarme el sonido de alguien llamando a la puerta del departamento. Maldición, alguno de los chicos habría vuelto, y yo sin nada de tiempo siquiera para pensar. Decido ignorarlo, con el dolor de mi corazón decido hacerles pensar que ya me he marchado y que ya no hay nadie que pueda atender la puerta, pero el llamado se hace más insistente a cada momento.

—Diablos...

A grandes zancadas, me acerco y opto por abrir la puerta del departamento frente a mí sin perder aún más tiempo en observar a través de la mirilla.

—¿¡Michael!?

Mi vista estalla de lleno en el marrón brillante de sus ojos. Me siento helada, más nerviosa y activa que nunca. Sepulto mis sentidos en la delicadeza de sus rizos húmedos cayendo espléndidamente sobre sus hombros, sujetos en una media coleta que apenas alcanzo a notar. El aroma desprendiendo de su atuendo armado por un elegante saco gris y unos jeans negros sentándole a la perfección ahogaban de lleno mi atención. Y me pierdo en su bendito rostro, Dios mío, su rostro. ¿Cuándo iba a dejar de sorprenderme? De pronto me parece descarado llamar a aquello una sonrisa simplemente, como si no fuera la cosa más hermosa que hubiera visto jamás.

—Rachel, estás... —apenas murmura, y siento su mirada recorrer mi cuerpo entero—. No puedo creer lo preciosa que estás.

—Michael—ahogo un suspiro, la sangre vibra bajo mi piel de inmediato y trato de reaccionar—, estarás bastante equivocado si crees que luzco mejor que tú.

Una pequeña risa suya hace presencia. Le cedo lugar para que pueda ingresar al departamento y cierro la puerta detrás de él.

—¿Qué estás haciendo aquí, Michael? —titubeo un momento—. Creí que nos veríamos en el...

—Bueno, has dicho "cita" —me interrumpe, y acorta la distancia entre nosotros—, y desde que he tenido memoria, pequeña, me han enseñado que en una cita, el chico debe buscar a la chica. Además, has dicho que sería como la última vez, y la última vez también he venido por ti.

Paso una mano por mi cabello, nerviosa aún, teniendo cuidado de no arruinar demasiado mi recogido.

—¿Te he dicho lo mucho que me fascina verte jugar con tu cabello de esa manera? —susurra dulcemente, sin despegar su vista de mis ojos.

Just Good Friends (Michael Jackson Fanfic)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon