¡A Eren no, Levi! || Riren/Ereri

❰28: Oportunidad❱

*ೃ:.✧✲ﾟ*｡⋆──⋆✩ Que comience la magia ¡!✩⋆──*ೃ:.✧✲ﾟ*｡⋆

Renuncia: Ninguno de los personajes me pertenece, yo solo hago la trama.

*ೃ:.✧✲ﾟ*｡⋆──⋆✩ Y que esta nunca se acabe ¡!✩⋆──*ೃ:.✧✲ﾟ*｡⋆

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|"Siempre he sido tuyo." |

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⇾ Oportunidad⇽

—¿Puedo saber por qué se demoran tanto ustedes dos?—se acerca, pasos ligeros y mirada intrigada. Calmado hasta que nota cierto tono rojizo alrededor de los ojos de Eren.—¿Qué está pasando? ¿Por qué mi hermano está llorando Levi? ¿Qué le has dicho?

Ahora hay una pared humana entre Eren y Levi, y es quizás de las pocas veces que la mirada juzgadora de Zeke le ha calado tanto. 

En realidad, no había sido culpa suya lo de Eren, pero tampoco sabía si decir la verdad ameritaría o no el enojo de su mejor amigo. 

—No te metas en esto Zeke, es solo algo entre Levi y yo. 

—¿Desde cuándo hay un ustedes?

—¿Importa?

—¡Por supuesto que si! ¡Eres mi hermano y él mi mejor amigo! ¡Por supuesto que me importa lo que sea que este pasando entre ustedes!

—No hay nada entre nosotros, estás exagerando. 

—¿Exagerando? ¿Qué quieres que piense si los encuentro a los dos, solos, mientras que tus ojos están rojos? Eh, dime, que quieres que piense. 

Levi no tiene hermanos, quizás un parentesco con alguna que otra prima, pero él realmente no sabe cómo o qué hacen los hermanos en discusiones. Ha pasado mucho tiempo en la familia de Zeke, pero raramente los has visto discutir, así que por supuesto está dudando en intervenir. 

—Solo me encontró y casualmente yo me estaba sintiendo mal. 

—¿Hasta el punto de llorar?

—Oh vete a la mierda, Zeke. 

Eren se levanta con fuerza, harto de la situación y con un inminente dolor de cabeza formándose, agarra su pequeña bolsa que contenía las inocentes velas y parte rápido a casa, sin dirigirle la mirada a ninguno de los dos. 

El silencio es breve, hasta que Zeke voltea a verlo con sospecha. 

—Ten por seguro que no me olvidaré de este incidente, pero lo hablaremos más tarde...

—Eren tiene sus propios problemas, él puede resolverlos solo. —lo detiene, quizás un poco a la defensiva y con el frío acariciando su rostro que lo hace temblar. 

Se ha quedado mucho tiempo afuera, y el frío le ayuda a pensar que tal vez en todo este tiempo no ha parado de decir cosas que realmente no decía con frecuencia y está bastante sorprendido por ello. 

—Sí, pero aún me preocupo por él.—Hay una pausa en sus palabras, hasta que suelta un suspiro de resignación.—No indagaré más en el asunto entonces, pero espero que no haya problemas con ustedes porque no me gustaría elegir bandos.