1. Quinta vez en detención.

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Comienzo a sentir la desesperación de la clase de matemáticas. Tantos números, cálculos, porcentajes, sumas, restas, multiplicaciones, divisiones... No son para mí.

Estoy sentada justo al lado de mi mejor amiga; Kate Brown.

Mientras la profesora explica la forma en la que se hace el ejercicio dado en el pizarrón, miro alrededor del aula de clases mientras golpeo mi lápiz en mi banco suavemente a un ritmo rápido. Veo a algunos grupos hablando, otros riendo, otros dibujando y otros simplemente ocupando su teléfono.

Luego se me ocurre mirar a Kate. Estaba muy concentrada haciendo el ejercicio en su cuaderno. Se me ocurre ver lo que tenía escrito; toda la hoja llena de cálculos y números.

Comparo su cuaderno con el mío. Yo ni siquiera había escrito el primer ejercicio, dictado hace un rato atrás.

Se me ocurre ver el gran reloj de la clase, ubicado arriba del pizarrón y justo al medio.

Me quedo mirando la varita indicando los segundos del reloj.

-¿Jones?-Dice la profesora refiriéndose a mí. Yo no me doy cuenta que dijo mi apellido, así que sigo viendo los segundos del gran reloj.

-¿Señorita Jones?-Vuelve a insistir.

-Kim. La profesora te llama.-Me dice Kate en voz baja para que la profesora no la escuche.

Reacciono. Dejo de ver el reloj. Miro a la profesora con los ojos como platos.

-¿Si?-Dije insegura a la profesora.

-¿Podría venir aquí para hacer este ejercicio? Es que la veo tan concentrada viendo el reloj para poder salir al descanso que quiero que venga a resolver el ejercicio para que salga más rápido.-Me dijo la profesora con tono burlón.

Todos se callaron. Dieron media vuelta hacia mí, incluso Kate.

Me levanté de mi asiento sin decir ni una palabra. Me acomodé el short que tenía y fui caminando hacia adelante por un mini pasillo que separaba filas de bancos.

Al llegar al pizarrón la profesora me dio una sonrisa malvada y me dijo:
-Adelante, Jones.

Miré el ejercicio que me tocaba. No tenía idea de que tenía que hacer. Ni siquiera sabía cómo se llamaba esa materia.

Maldita vieja. ¿Por qué me llamó a mí al pizarrón por ver en reloj cuando hay millones de personas haciendo otra cosa?-Pienso-¿O por qué no llamó a Kate? Ella estaba haciendo el ejercicio; al parecer era la única que lo resolvía.

Me quedé pensando en colocar sólo líneas y números extraños. Ella me diría que está mal y me mandaría a mi asiento para que ella lo corrija.

Exactamente, eso fue lo que hice. Puse un par de paréntesis, algunas líneas en diagonal, y coloqué de resultado el número 456.

La profesora se acerca hacia mí. Cierro el plumón con su tapa y hago una sonrisa sincera.

La vieja me mira seria.

-¿Está segura usted de que esto está bien?-Me dice la vieja con tono serio.

Siento que todas las miradas del salón vienen hacia mí. Me alegra que yo no sea tímida, porque ahora estaría roja de vergüenza. Kate, es tímida. No le gusta mucho hablar para hacer nuevos amigos, pero una vez que la conoces, es un loro hablador.

Asiento con la cabeza a la pregunta que me hizo la profesora.

-¿Usted se está burlando de mí?-Me pregunta la vieja con los brazos cruzados y más seria de lo normal.

-No...-Trato de decir pero la profesora me interrumpe:

-Usted hizo una ecuación equivalente a álgebra. Cuando esto es una fracción con dificultad.-La vieja se despeja la garganta- ¿Me puede mostrar lo que lleva escrito en su cuaderno, Jones?

Voy a buscar mi cuaderno a mi banco. Kate me mira con cara de "Yo te dije que hicieras los ejercicios". Le llevo mi cuaderno a la vieja.

Ella se pone sus lentes cuadrados y comienza a examinar la hoja en que sólo tenía escrita la fecha de hoy, el título de la clase y algunos dibujos que hice en la hoja por aburrimiento.

-Es todo. No voy a permitir este tipo de falta de respeto en mi clase. Irás a dirección para que te den por quinta vez en este mes, el pase para ir a detención.

La vieja me entregó mi cuaderno. Lo llevé a mi banco y con mala gana me fui  a dirección.

Cuando llego, toco la puerta y entro mientras la cierro.

Me dirijo donde la directora.

-Hola Mónica.-Digo con confianza mientras me siento en una de las sillas que están en la oficina de la directora.

-Hola Kim. ¿Qué hacer por a...? Oh no. ¿A detención otra vez?

Asiento con la cabeza juntando mis labios.

-Kim, esta es la quinta vez en este mes que te mandan a detención. Si hubieses entrado a esta escuela con una beca, ya te estaríamos hechando.-Me dijo la directora con un poco de tristeza mientras le pone unos timbres a el pase para ir a detención. Me lo entrega.

Escribo mi nombre en él y lo firmo.

-Ya lo sé, Mónica. Pero a veces me mandan a detención por no hacer nada. Todos los profesores están en mi contra.-Le digo un poco molesta.

-Ya sé que no eres la mejor alumna, o la alumna con las mejores calificaciones, pero, ¿Podrías al menos hacer que no te echen?

Asiento.

-Bien. No estarás mucho en detención ya que dura hasta que comience el descanso, y el descanso es en 25 minutos. Ahora trata de que no te echen de detención.-Siguió la directora con un poco de gracia.

Suelto una pequeña risita. Me llevo el pase para entrar a detención y salgo de ahí. Bajo las escaleras con rapidez.

La directora no se equivocaba, si yo hubiese tenido beca, estaría fuera de la escuela hace muucho tiempo.

Llego a una puerta. Hay un letrero en ella: DETENCIÓN. Un lugar en la que he pasado casi toda mi vida escolar.

Y sin imaginarme, en ese momento, todo podría cambiar.

~•~

El Hermano De Mi Amiga. [AC#1]Where stories live. Discover now