--°Capítulo 9°--

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--°♦♠⏳La llegada⏳♠♦°--

Melina se encontraba charlando con Gil, sobre el viaje que iba a emprender el joven que estaba al frente suyo, pero su compañero Ban la llama.

Melina: ¿Hm? ¿Qué sucede Ban?

Ban: Sabes algo capitana...yo he decidido, emprender un viaje, voy a abandonar momentáneamente los siete pecados capitales.

Melina: ¿Eh? ¿Entonces también dejarás de trabajar? Sabes que si tu te vas, las ventas de la taberna bajarán un 100%, yo no puedo cocinar– Reprocha con un puchero–

Ban: Esto es en serio, capitana– Responde serio, al ver que la rubia lo estaba tomando como un juego–

Sin esperar una reacción de parte de Melina, toma una botella de cerveza, y se retira, la rubia lo siguió con la mirada, hasta que desapareció, después de cerrar la puerta de entrada y salida. La pequeña solo dio un suspiro cansado.

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La tercera princesa de Liones, corría por un vasto prado verde, puedo visualizar a la taberna, desde la distancia, quedó de reunirse con Melina, corrio y corrio, pero cada vez parecía que en vez de acercarse, más alejada estaba, de pronto el cielo de negro y sangre se tiño, 10 tenebrosas sombras se alazaron con imponencia en el escenario. Elizabeth pudo ver como una pequeña figura comenzó una breve batalla, era Melina. La batalla no duró mucho, ya que lograron tumbarla al suelo, una de las tantas figuras, se acercó, y comenzó a absorber el cuerpo de la rubia. La princesa gritó desesperadamente, pero aun así la imponente sombra no se detuvo, cuando terminó de realizar su objetivo, aquel ser la observó fijamente, aunque Elizabeth tratase de moverse, le era imposible, cada segundo, la mirada era más aterradora y penetrante, sentía que observaba su alma. Al final aquel demonio, tomó una decisión, con su mano formó un puño, e iba a aplastarla, cuando estuvo apunto de hacerlo...

La albina abrió los ojos desesperada, le costaba respirar correctamente, cuando su visión se acostumbró a los tenues rayos de luz, que atravesaban las cortinas puestas en las enormes ventanas de su habitación. Levantó la parte superior de su cuerpo, y suspiro de alivio, todo había sido una pesadilla, aunque Elizabeth quería de nuevo abrigarse, en el calor de proporcionaba la cama, no podía hacerlo, ya que tenía un compromiso, con la rubia.

Elizabeth se encontraba junto a Melina, le estaba ayudando a arreglarse, para el festival que se iba a celebrar ese día, y también para el evento de condecoración del día siguiente. Luego de proporcionarle ayuda, en lo que podía a la capitana, la dejó sola en su habitación, para que terminara de vestirse. Se encontraba en el primer piso, junto al cerdo parlanchín (Quien volvió a su tamaño original), cuando la rubia bajó rápidamente por el barandal de las escaleras.

Melina: ¡Siento haberlos hecho esperar! ¡Tadaaa! ¿Cómo me veo? – La princesa sonrió emocionada y satisfecha, pues su elección había sido perfecta: El vestido, con la parte superior de color naranja claro, las mangas le llegaban hasta el codo, tenía todo el cuello cubierto, y era decorado con boleros color blanco, de resto la parte inferior era amarillo pastel.

Hawk: Si no fuera por Elizabeth, te vestirías como vagabunda...

Melina lo miro feo, pero luego le resto importancia.

Melina: Gracias por ayudarme Elizabeth...– Agradeció con una sonrisa, en respuesta Elizabeth también le dio una–

Gowther: Yo también estoy listo.

Los tres voltearon a ver al pecado de la lujuria, encontrándose con algo bizarro, aunque no era raro proviniendo de él.

Melina/Hawk: ¿Quién te dio esas fachas?

--°" Heridas abiertas"°-- (Meliodas fem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora