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2/3Mileena miraba el mar, sus brazos cruzados, su cabello suelto y moviéndose gracias al viento que hacía, sintiendo la brisa del mar en su rostro, sonrió, extrañaba algo de paz en su vida y extrañamente en ese lugar la sentía, paz y tranquilidad.
--- ¿Todo bien? --- pregunto Embry acercándose a la joven.
Mileena miro al chico, uno de los lobos que estaba con ella casi a diario gracias a qué el alfa se lo había pedido.
--- Si todo bien --- expreso ella. --- Solo pensaba --- susurro.
--- ¿Te quedarás? --- pregunto el chico.
Mileena lo miró y sonrió.
--- No lo se --- expreso la chica. --- Me gusta estar aquí, tengo esa paz que hace años no tengo --- explicó. --- Pero a la vez creo que lo mejor sería irme, no quiero estar en dónde los Cullen ---
--- ¿Quién te espera en Nueva Orleans? --- pregunto el chico.
Mileena lo miró algo apenada.
--- Nadie --- expreso. --- Estoy sola ---
Embry la miro con lástima, llevaba con ellos dos semanas y todo estaban de acuerdo con que la chica se merecía el mundo completo.
--- Y aquí en Forks no lo estás --- Expreso Embry, Mileena iba hablar pero el no se lo permitió. --- No hablo de los Cullen, hablo de nosotros, no dejaremos que te vayas --- explico. --- Ya eres parte de nosotros, eres parte de la manada --- Embry le sonrió. --- Eres parte de nuestra familia ---
Mileena le sonrió al chico y suspiro.
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Mileena llegó a la residencia Cullen, la habían llamado de nuevo pero está vez no iba sola, Sam, Embry y Paul iban detrás de ella.
--- No entraré así que lo que quieran hablar tendrán que salir --- dijo Mileena sabiendo que la escuchaban desde adentro de la casa.
Sam se puso al lado de Mileena.